Las aventuras de Oscar y su hermana 1

Todos los veranos, cuando finalizaba el colegio, nuestros padres nos mandaban a la península a casa de mis abuelos, que vivían en un pueblo pequeño de la provincia de Jaén, situado en lo alto de un cerro.

Esta serie que comienza con este relato es digamos la continuacion a nivel retrospectivo de la que sería serie

El portero se cepilló a mi hermana

http://todorelatos.com/relato/84853/

http://todorelatos.com/relato/84903/

http://todorelatos.com/relato/84982/

Podéis leer antes o después dicha serie pero sepáis que guarda relación

Mis padres son de la península, pero se vinieron a vivir a Canarias hace muchos años (antes de que mi hermana y yo naciéramos) en busca de trabajo....

El portero se cepilló a mi hermana 3 (epílogo)

Tengo mucho que contaros de yo y mi hermana

Pues sí, mi hermana era lo que se podría calificar como "una buena puta"...y además, siempre se dejaba hacer, incluso a veces era ella la que iba en busca de machos jiiji. Mis padres son de la península, y desde muy pequeños, nos enviaban a mi hermana y a mi al pueblo de mis abuelos (un pequeño pueblo de la provincia de Jaén, rodeado de campos de olivos) para pasar las vacaciones de verano, cuando no teníamos colegio. Fue allí donde mi hermana se soltaba más, ya que al ser un pueblo pequeño mis abuelos nos...

El portero se cepilló a mi hermana 2

Yo detrás de la cortina, miraba de vez en cuando, y veía al viejo de lado, con su gran panza, su polla (que aunque no muy larga, era muy gorda) bien tiesa, y a mi hermana sentada abriendo la boca todo lo que podía para tragarse aquel trozo de carne en barra jejeje.

Mi hermana siguió teniendo contactos con el viejo portero, y siempre me llevaba a mi con ella para que mis padres no sospecharan jijiji.

Se la mamó varias veces detrás de la portería, donde había un pequeño cuarto con un sofá y una tele pequeña. A mi me ponían a vigilar detrás de la cortina (el cuarto no tenía puerta), por si bajaba alguien.

Mi hermana se sentaba en el sillón, y el viejo se quedaba siempre de pie, sólo se bajaba los pantalones. Yo, detrás de la cortina, miraba de vez en cuando,...

El portero se cepilló a mi hermana 1

Cuando llegábamos siempre le miraba el culo y las tetas cuando subíamos la escalera

Pues mi hermana tiene cinco años más que yo, y desde muy jovencita siempre fue muy putilla jeje.

Siempre me llevaba con ella a todos lados, incluso cuando ya era más mayorcita y tenía rollos con los chicos de mi barrio. Me acuerdo cuando empezaron a salirle las tetitas y los pelos en el chochito, se bajaba las bragas delante mío y me decía: "mira...tú no tienes todavia" y se reía. Siempre estaba salida, y en verano se echaba la siesta conmigo (compartíamos habitación, porque mis padres vivían en un pi...

El portero se me folla 4

- hola señor Antonio, mi madre no está en casa, dígame.

Paloma sale del ascensor y nadie sabría viéndola de qué piso procede. Si de la planta baja procediendo de la calle o quien sabe de qué piso. La cruda verdad es que procede del ático, el apartado que pertenece al portero y al cual sólo él tiene acceso ¿pero como habrá obtenido Paloma la llave para subir a ese piso? que es tan sólo poseída por el mismo portero y eventualmente por algún administrador de la comunidad que no es por supuesto esta mozuela.

Nadie lo sabría aventurar con seguridad de saber la...

El portero se me folla 3

Aún con el pijama puesto salgo de casa y me acerco al ascensor.

-Adiós mamá.

Despido a mi madre con esa voz aflautá de que me dotó la naturaleza y espero aún conservar durante unos pocos años más. Como si fuera una muchacha inocente y primerizamente virgen, pero no se llegan a imaginar mis papás las últimas experiencias que he tenido con ese hombre tan gordo, feo y desagradable que se ocupa del servicio de portería del edificio. Mamá me dice adiós con el gesto y esa encantadora sonrisa que he heredado de ella y que igualmente le muestro despidiéndola. Si supiera q...

El portero se me folla 2

Desde aquel día, no había vuelto a bajar a la piscina por no encontrarme con el portero al que evitaba. Trataba de salir a la calle cuando él no estuviera de servicio para no encontrármelo, pero hoy bajaría a la piscina a darme un chapuzón y él estaba, en su habitáculo de portero, distraído

En la soledad de mi habitación, recordaba el revolcón con Antonio. Realmente era repugnante tener aquel oso encima de mí, sudoroso, partiéndome en dos trozos de aquella manera tan brutal, pero mi rajita de tan solo recordarlo, se mojaba por momentos, qué me estaba pasando? A mí aquello no me gustaba, me repetía a mí misma, no estaba bien y no se debería repetir, pero cuando me ponía mi nuevo tanga diminuto, no podía dejar de pensar en la tarde en la que perdí el virgo en manos de aquel obseso hará ya para 3...

El portero se me folla 1

Cuando había bajado 3 plantas, me topé en un tramo con el portero, un hombre bastante obeso, calvo y maloliente, un tío que daba asco nada más verlo

Era primavera y mi joven cuerpo estaba lleno de sensaciones hasta ahora desconocidas, algunas veces, notaba como mi rajita necesitaba ser rascada con cierta frecuencia y en aquel entonces, no sabía que aquello era masturbarse, así que yo pasaba muchas horas "ráscandome" todo lo que podía.

Mis padres, trabajaban los dos fuera de casa, mi padre, no llegaba hasta la noche y mi madre, lo hacía por la tarde, aunque algunas veces, llegaba también bastante tarde, casi a la hora de la cena, con lo cual aquell...

Cuidando de mi abuelo 4

- ¿te apetece una ducha?

. . . Abuelito . . . despierta . . .

Con el más exquisito cariño que conozco trato de despertarlo después de la fabulosa noche que pasamos en mi cama.

Después de comer un delicioso abadejo que cociné personalmente y que me quedó a ojo experto; óptimo, nos metimos en la cama y tras un calentamiento entablamos una suave amatoria.

Me besó toda y yo también le hice de todo pero no llegó a haber esa única experiencia que espero que me de abuelito durante esta semana; una vez de una forma m...

Cuidando de mi abuelo 3

- ya está abuelo, espero que te guste. Le dije mientras servía el abadejo en la mesa.

Fui tostando el abadejo con todo el amor con el que podría hacerlo una nieta amorosa que quiere lo mejor para su abuelo. Que de hecho así es como era.

Siguiendo una de las recetas que encontré en el libro de recetas de mi madre, presenté encima de la mesa uno de los mejores platos que comería con mi abuelo y cocinados por mi, a lo largo de esa semana.

Él seguía sentado en su sofá como un geranio a todo lo largo de mi cocinado. Si bien yo iba dedicándole comentarios descubriendo un abuelo que...