El epílogo de las bragas de Alba

Recopilación y revisión de las dos historias que cierran historia de Alba y su lencería

Las nuevas bragas de Alba

Un nuevo encuentro con Alba, los dos ya completamente entregados a la lujuria y al vicio. El morbo de excitarnos delante de su marido nos lleva a situaciones límite.

– Hola, ¿Dónde estás?

– En el hotel, ¿tu?

– Acabo de aterrizar según Google llegare en unos veinte minutos.

– No te haces a la idea de lo cachonda que estoy. Me acabo de rasurar el coño, estoy desnuda sobre mi cama, solo llevo unas braguitas blancas.

– No te toques

– ¿Po...

Salirse del camino

Ver lo invisible empezó a excitarme, las cosas que no se ven pueden ser eternas como aquella escena de curvas femeninas de luz y penumbra sobre la superficie de una roca. Una brisa de aire movió las flores, sobre las que se proyectaba la sombra de su mano apretando la de sus pechos.

Detrás de mí, un grupo de animados abuelos del barrio se quejaban de que los jóvenes abusaban del alcohol, y que además habían perdido todo pudor y decoro, pero si nos remontamos a las raíces paganas de la Noche de San Juan, esa noche era el momento que celebraban la vida, el amor y la felicidad, y todo el mundo sabe, lo que eso significa en cualquier época y cultura. Además, viendo la velocidad con la que aquellos abuelos vaciaban sus tazas de vino, era patente que esa destreza la habían ido perfeccionando...

No hay que precipitarse cuando se está demasiado..

El instinto me lleva a metérmela en la boca. Además, ¿Sabe una cosa?, no se la voy a dar a probar, fíese de mí. Llévela y no se arrepentirá...

Mientras esperaba a que aquellas filas de bolardos futuristas se iluminaran indicándonos que podíamos cruzar, contemplaba al gigantesco hombrepez de acero inoxidable que se eleva en el centro de la Puerta del Sol, desde allí arriba vigilaba atento a que el sol siempre comenzase a iluminar la ciudad por el mismo sitio. Desde que su inauguración, me había gustado a aquella estatua, pero aún hoy tiene a la ciudad dividida y aquí, como en casi todo, no había término medio. Me gusta pensar que su autor, previnie...

No sufras por no saber cómo detener el tiempo

Recopilación corregida de los tres primeros relatos de la historia Julia. Una relación de sexo corporal, emocional y desgarrador entre dos generaciones.

Creo que no me he equivocado

Hacía tiempo que no coincidía con Susana, la última vez fue en verano en una de esas pijoromerías veraniegas a base foodtracks y un concierto de una vieja gloría de los 80. Susana es una antigua compañera de clase con la que coincidía en alguna salida nocturna sobre todo en Navidad y verano, que era cuando ella y su marido aprovechaban para salir. En nuestra época del instituto había sido una niña bastante mona, con el paso de los años se convirtió en una mujer atractiva,...

Ese silencio absoluto de las bibliotecas

Cada espacio tiene su silencio que lo hace único y te sumerge en su propio universo.

El arquitecto que había ideado aquellos pasillos, seguramente, los había imaginado llenos de chicos, chicas y profesores saliendo de un aula para dirigirse corriendo a otra. Lo cual era cierto, aquellos pasillos estaban abarrotados durante en los meses lectivos, cientos de alumnos y profesores transitado por ellos, los sonidos de móviles y los corros de voces componían una sinfonía muy diferente a la que producían mis tacones sobre el suelo embaldosado.

A finales de junio los pasillos se quedaban vací...

Si lo haces me harás muy feliz

Muchas veces he pensado que el mejor sexo lo tienes, no cuando realizas tus fantasías sino cuando te dejas atrapar por las de tu pareja.

  • ¿Crees que me tienes completamente en tus manos?

  • ¿Tenerte en mis manos? ¿A qué te refieres?

  • Ya sabes, que eres capaz de controlarme sexualmente, que puedes hacer de mí lo que quieras.

  • No, no lo creo

  • Pero, ¿te gustaría controlar mis orgasmos?, meterte en mi mente, hacer que me corra cuando menos me lo espere, controlar ese placer.

El rostro de Julia reflejaba esa expresión tan suya, que se formaba con una media sonrisa y sus ojos negros clavándose en mí, la usaba siemp...

La trilogía de la bragas de Alba

Recopilación de los 3 relatos sobre unas bragas que llevan a Alba a iniciar un viaje a través del deseo y la infidelidad: Con las bragas en la mano, Con las bragas por el suelo y Con las bragas en el bolsillo

CON LAS BRAGAS EN LA MANO

Este fue el año en el que la mayoría de mi círculo más cercano cumplimos 50 años, y las cifras redondas siempre son motivo para celebraciones especiales. Las tres primeras fueron divertidas, conseguir reunir a amigos del cumpleañero de todas sus etapas de su vida daba lugar a reencuentros emotivos, noches de historias y recuerdos de otras épocas. A partir de la cuarta, la cosa ya empezó a decaer, se convirtieron más en un compromiso social que en una fiesta de viejos amigos....

Hoy es el día perfecto para volver a ponérmelas

Para intentar bajarme la calentura opte centrar mi atención en la calle, tras los cristales del coche se apreciaban siluetas enfundadas en bufandas y abrigos caminando con pasos acelerados sobre la acera mojada, no se veía ningún paraguas abierto. por lo que debía haber dejado de llover.

La calidad de la imagen era mala, como correspondía a una foto clandestina como aquella, tenía mucho grano y con muy poca luz, a pesar de esto, se podía distinguir  la cara interior de unos muslos y al fondo una elegante lencería negra de encaje con un lazo azul. La foto venia acompañada de un breve texto que decía “hoy es el día perfecto para volver a ponérmelas”.

– Luis… ¡Luis!

La voz de Gustavo me trajo de regreso al coche, nos dirigíamos al evento de la presentación del nuevo producto en...

Te haría algo que mi madre jamás te haría

A medida que Julia avanzaba en su historia, en mi mente se confundían las imágenes de lo que era real y no lo era, su voz me trasportaba a aquella habitación de Colegio Mayor universitario, a la vez que sentía como su mano o su boca se turnaban en darme placer.

La voz de James Carr cantando The Dark End of the Street hizo que poco a poco fuese saliendo de los dominios de Morpheo, mis ojos se estaban acostumbrando a luz, pero mi cerebro aún oponía resistencia a abandonar la tierra del sueño. El entorno me era familiar a la vez que ajeno, por lo que busque un punto de referencia que me diese alguna información para saber dónde me encontraba. Ese punto estaba a un metro escaso de mí, allí estaba Julia con una taza de café en las manos y la mirada perdida en el mar qu...

Julia

A Julia le gustaban los domingos especialmente sus mañanas, algo poco frecuente entre las chicas de su edad, más dadas a dormir después salir toda la noche. No es que no le gustase salir, al fin y al cabo tenía 27 años.

A Julia le gustaban los domingos especialmente sus mañanas, algo poco frecuente entre las chicas de su edad, más dadas a dormir después salir toda la noche. No es que no le gustase salir, al fin y al cabo tenía 27 años, pero también le gustaba la sensación de levantarse, y contemplar el mar desde la ventana de su apartamento, con una taza de café caliente en las manos.

Julia sabía que era una privilegiada con respecto a muchos jóvenes de su edad, había recibido una buena educación primero en los mejor...