Entrega pública

Un día cualquiera en la redacción de una revista

Entrega pública.

Me llenaba de orgullo estar a su lado. Ni la brisa algo fría de los ventanales abiertos, y ni las miradas de otros curiosos podían estropear ese momento. Conciente de mi casi desnudez con el ridículo atuendo en la amplia y fria oficina de mi dueña, esperaba de pie a su lado con la unica fucion de decorar la habitación.  No era mas que su juguete el cual excibía ante sus compañeras de trabajo.

Nuestra relación era...

Dog!

Una familia y su "perro" No cuenta mas que lo cotidiano.

Vamos!

La señora Mariela me sorprendió restregándome los ojos con mis manoplas de cuero desgastados. Un bostezo, un gemido, y me levanté sobre mis patas saliendo del cesto de cojines. Había dormido de forma fetal en el reducido espacio que me permitió mi cesta y claro,  mis hombros y espalda dolían a medida que gateaba hasta mi dueña.  Como siempre debía besar sus empeines, pero ella andaba muy rápido. No había forma. Veía borroso entre lagañas los finos tobillos de Mariela saliendo de la solana hasta...

Siempre esclavo

La entrega eterna hecha realidad de un deseo morboso.

Por fin el coche se detuvo entre la frondosa arboleda cercana a la casa. Minerva suspiró,  y su mirada burlona con disimulada  compasividad  me buscó  desde su retrovisor interior.

Desnudo con el atuendo especial para hoy, bajé  la cabeza desde los asientos traseros y la escuché decir mientras me miraba...

  • Bueno, ya hemos llegado. Como te encuentras?

  • Creo que bien.

Dije luchando en mi interior por darme valor.

  • Entonces decides seguir con esto?. Veo que no tienes...

Carlos (Los secretos de la tía Zulia III)

Carlos sufre presión

Por fin!, tal como ha ordenado Mariela conseguimos preparar la mesa con los platos, servilletas, cubiertos y vasos listos para ser servidos. Se acerca la hora del almuerzo y Mariela me da un descanso ordenándome a arrodillarme en mi esquina. Mario sigue a Mariela hasta la cocina y me dejan un rato solo con el reflejo de un espejo frente a mi que me recuerda lo ridículo que parezco con este vestido negro. Bueno, que digo vestido… Tan solo tiras en mis hombros y tela negra que cubre mi vientre hasta mi ingle....

El Guardian (Los secretos de la tía Zulia II)

Nos metemos en el papel del tercer esclavo.

Metido en mi caseta huyo del sol mas fuerte que me avisa de la proximidad del medio día. Con el castigo en mi boca babeo desconsolado la bola mordaza impuesta por la señora Mariela por mi supuesto atrevimiento esta mañana. No lo comprendo, ¿como es que soporto dolorido las marcas de fusta en mi espalda y trasero?. ¿Que hice mal?. Ladré la llegada del coche de mi dueña, y su empleada me castigó por obedecer a mis funciones de perro guardián. Dios!, no eran ladridos de extraños para ahuyentar. Solo quería mos...

Los Secretos De La Tía Zulia

La joven Laura con apenas recién cumplido su mayoría de edad decide en contra de sus padres conocer a la misteriosa tía Zulia

Una mañana despejada y alegre en el que Laura iba de camino a la mansión de su tía. La inquietud retratada en su hermoso rostro contrasta con la mirada perdida en sus pensamientos. No iba sola a pesar de parecerlo. Un chofer en silencio la llevaba en un elegante mercedes negro. Este no mostraba ninguna emoción, en el interior del coche reinaba el silencio, y claro…,  Laura se sentía muy incómoda con el. Hubiera preferido ir en el bus, pero su tía insistió mucho en que se dejara recoger por su chofer. Intent...

Reunión

Dos esclavos al servicio de Kristina Klimovish y sus amigos

Ama Kristina tiene dos esclavos: Yo, Bobo, y Servo quien no para de limpiar. Desde mi posición lo veo preocupado por dejarlo todo al gusto de nuestra Ama compartida.

Siempre en tensión...

Ridículo como siempre Servo, es obligado a vestir de sirvienta desde que se levanta tan temprano.   Es mucho mas sufrido que yo, siempre y asustado. La falda de sirvienta apenas le tapa las marcadas nalgas por la paleta de cuero que siempre utiliza nuestra Ama para castigarnos. También bajo los relieves de...

Un día cualquiera

Pues eso, pura rutina 24/7.

El marcador del reloj de la mesita de noche de mi dueña alumbraba en rojo su silueta bajo las mantas. Una delgada silueta que me permitía ver la mitad del marcador marcando las ocho de la mañana. Sabía que pronto llegaría su madre Andie MacDowell para repetir la misma rutina. Pronto la vería levantar las persianas de la habitación de su perezosa hija Sarah Qualley. Pude oírla tras la puerta serrada de la habitación. Andaba de un lado para otro, aunque en realidad pasaba mas tiempo en la cocina. También oí a...

Salobre (Tercer día)

Experiencias en el club.

Por fin Samanta vino en mi busca. Nada mas abrir la jaula besé cada puntera de sus botas de trabajo. Con ella estaba Patricia que daba instrucciones claras de un baño antes de ser entregado. Tirado de la correa hasta las duchas luché por besar unas deportivas blancas que ese día calzaba Patricia, pero Samanta no me dejó opción.

Esa vez tuve un baño mas intenso con los frotes de esponja de Samanta en cuclillas a mi lado. Patricia supervisaba el trabajo en la distancia, y Zulia hizo aparición con otro e...

Leo

Secuencias en otros lugares no muy lejos de Gv1016 o Toy.

La asistenta ya había corrido las cortinas de la habitación de la señora Yurena. Su esclavo Leo se había quedado dormido sobre la alfombra peluda a los pies de la cama de su dueña. Este al despertar entiende que su dueña se había ido y lo primero que mira es el reloj despertador en la mesita de noche.

Las nueve en punto de la mañana y Leo se alerta de la hora en esa mañana soleada. No entendió por que se quedó dormido. Rápido y decidido se incorporó a gatas y observó su erección tempranera atrapada en...