Mi secreto

A Lilibeth que me dijo que detallara más las escenas. Le he hecho caso. Tanto que yo misma me he...

MI SECRETO

Estaba en la gloria. Gloria bendita. Gloria. Para un hombre con mis defectos esto resultaba tan excitante que mi pene martilleaba compulsivo a fuerza de latidos contra el abdomen. Refrotándome el vástago inspiraba el dulce olor a suavizante que desprendían aquellas bragas. Sabía que eran de ella. De Gloria. Blancas. De inmaculado algodón. De blanco virginal. Blanco neutro. Blanco sudoroso por la humedad que todavía desprendían. Blanco algodón protector de joyas. Blancas asépticas de d...

Sudor

Sola, cubierta por la noche, le pido a una luz lejana que me quite el calor y el ardor.

SUDOR

Sudor. Calor. Transpiración. Calor. Agobio. Calor. Ansiedad. Calor. Eran las únicas reacciones que percibía de mí y del exterior. Mi agotamiento se plasmaba en la desgana con la que estaba sentada en la silla de la terraza de aquel bar, visitado innumerable de veces durante todo el curso. Ni las ganas de Jose en animarme con sus chistes de café, habían conseguido nada más que sacar un esbozo de sonrisa en la comisura de mi boca, mas por compromiso que por su efecto.

A plomo. Caí...

Sin limites (4)

Parte final de esta historia de amor-odio en la que el sexo llegará hasta un punto sin retorno.

Sin Limite IV

Sentado en el orejero, doy tumbos con la cabeza. Entre arrepentimiento y nostalgia por la noche pasada voy recordando los días anteriores para comprender lo sucedido. Debo recordar. No podré olvidar.

Manteniéndome en mi papel, su trato en el trabajo cambió hacia mí. Los guiños, roces y toqueteos en las más disparatadas situaciones hacían que nuestra mente calentara nuestros sexos en una prueba de autocontrol, pues muchas de ellas se producían delante de otras personas y pa...

Sin limites (3)

La lluvia caía fría en cada gota contrayendo mi cuerpo que se apretaba contra ella y su boca. Solos ante los eriales comenzó a desnudarse metiendo la ropa en el coche mientras yo me empapaba por fuera y por dentro.

Sin Limite III

En la vida mi cama me había parecido tan dura, como si quisiera echarme de sus lomos se hacía inaguantable y hasta ella parecía aburrida de tantas vueltas como daba intentando desviar mi atención de la memoria nocturna y descansar un poco pues lo iba a necesitar. Había decidido no levantarme hasta la mañana siguiente pero aquel saco de alfileres parecía retorcerse en su empeño de zafarse de mi, logrando que me levantara en el último empujón. Mas desanimado que nunca mi vejiga me l...

Sin limites (2)

Segunda parte de la adicción por la dominación que su compañera de trabajo tiene sobre él. Su pasión le ira haciendo romper los límites de una relación.

SIN LIMITE II

Mirándome al espejo plateado, me voy dando cuenta del ocaso de esta relación, de cómo poco a poco, todas las circunvalaciones de mi cerebro han ido desapareciendo para que dar en una obsesión plana por esa chica. El contraste de mis ojos rojos con mi pálida cara me asusta en tanto en cuanto me demuestra lo enfermiza de nuestra relación y las moradas ojeras son la consecuencia de mi pensamiento obsesivo hacia ella. Mientras pisaba huevos, me dirigía al calor de mi cama, protegiéndom...

Sin limites (1)

Mi mano se acercó a mi pene y al agarrarlo sentí un escozor que hizo incorporarme para ver lo que tenía mi parte más sensible. Una escocedura en el glande y otra en el prepucio eran las causantes del ardor que mi pito llevaba tiempo haciendo notar. Otra huella de la noche

Sin Limite I

Me daba miedo despertarme. No quería abrir los ojos y que la luz me devolviera al mundo físico, cuando lo que más necesitaba era descansar y no pensar. El cuerpo me dolía, la boca clamaba agua para que disolviera el estropajo que tenía en ella y mi cabeza se debatía entre el recuerdo de escenas anteriores y el golpeteo de un tampón contra mi frente con el título de indecente. A medida que me despejaba, mis terminaciones nerviosas se ponían de acuerdo para que entre risas de veng...

Heterosexual

No quería reconocer el estremecimiento que tenía al sentir su enorme mano apretando mi falo...

Heterosexual

El calor del agua me iba quitando el cansancio. Los distintos chorros de la ducha golpeaban finamente mis músculos desaflojando la fuerte contracción que habían adquirido durante el ejercicio. Mi cuerpo humeaba agradecido del descanso y la suavidad del gel reparaba mi piel del sudor ácido. Apartaba de mi cara todos los borbotones que caían sobre mis ojos y en la ducha de enfrente entraba Javier. Como empleado del gimnasio hacía buen uso de él así como de las clientas que lo frec...

Cambiomorfosis

Al amparo del grupo cambio y me permito licencias que hacen sobresaltarme cuando las recuerdo al ver las marcas de mis braguitas.

CAMBIOMORFÓSIS

Debería ir al baño. Era necesario que fuera al baño si no quería hacérmelo allí mismo. Mi vientre oprimía severamente la vejiga y cualquier movimiento de piernas provocaba un punzonazo que casi me hacía quejar. Entre nervios me levanté de la silla y me abrí paso como pude entre una maraña de chicas, mujeres, señoras y no tan señoras que gritaban, saltaban, agitaban los brazos y saltaban posesas de una noche de escándalo. Nadie reparaba en mí ni en mi forma de andar algo patizamba...

Recuerdos nocturnos

Despertar por la noche con una leve sensación en el pecho y desear que la naturaleza fuera generosa conmigo y poner las manos encima de mis senos esperando notar su crecimiento. Palparmelos cada noche, repasarlos como un avaro su dinero, para comprobar si eran iguales que la noche anterior.

Recuerdos nocturnos

No me di cuenta hasta que se lo oí a mis hermanas. Nunca había reparado en eso y desde entonces pienso que es lo primero que delata a una mujer y desde niña creo que me ha llamado más la atención que cualquier otra parte de la fisonomía de la mujer. Mis hermanas me abrieron la mente y en ese momento entendí que era mujer, una niña-mujer y mi futuro podría convertirse en un proyecto de curvas.

En su cuarto, mis hermanas se intercambiaban sujetadores, con el torso des...

El cuarto engaño

Por cada sacudida el mar me devolvía a él, en la orilla las olas me empujaban contra su miembro cimbreando mi sexo.

El Cuarto Engaño

Cada envite que recibía me hundía más en el agua. Cada empujón una puñalada en el corazón. Cada vez que recibía su polla una lágrima escurría por mis ojos y en un ahogado sollozo de diluía en el mar amargando su sabor. Las olas golpeaban mi cara que se introducía en el agua lavando mi dolor. Mi cuerpo abierto a él y mi cabeza dando vueltas como mi pelo en los remolinos de la resaca. El amor lo puede todo, el amor supera todo, el amor nos hace fuertes como la esperanza. Pero...