Pídeme Lo Que Quieras 3
Inevitablemente bajé la vista a sus labios, tal vez no podía leerle la mente, pero definitivamente su boca dejaba muy en claro la necesidad de un beso.
Elena va hasta el sofá y se sienta como si estuviera en su casa.
Me mira de una forma que me hace sentir como el estúpido ratón que ha caído en la estúpida ratonera seducido por el estúpido dibujo de un pedazo de queso (Para quien no lo entendió su miradita me hace sentir como una estúpida a la tercera potencia).
—Era broma por cierto —murmuró tomando un pequeño cuaderno rojo que estaba ahí— solo quería probar mi teoría.
Me apuro a ir hacia ella y le arrebato el cuaderno.
— ¿Qué teor...