La luz del fuego 8

La despedida entre Mariana y Carolina

La semana de la partida de Mariana lo pasé fatal. Natalia ya estaba sospechando que algo sucedía porque me costaba levantarme de la cama, todas las decisiones cotidianas me liaban como si fueran trascendentales y volví tardísimo del trabajo cada día. Había creado en mi agenda tal lío que tenía todas las horas ocupadas de cosas para no pensar, no distraerme y no verla; sin embargo un par de días antes recibí el consabido whatsapp del número desconocido que ya me sabía de memoria:  “Me marcho mañana en la mañ...

La luz del fuego 7

Mientras Carolina descubre parte del pasado de Mariana, se van aclarando los sentimientos entre ellas.

Hola, disculpen la tardanza! Esta serie ha sido muy difícil de escribir y me queda muy poco tiempo. Ojalá todavía alguien recuerde este relato y le interesen las continuaciones. Comenten si aún están leyendo esto, por favor.

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El mensaje venía de un móvil desconocido y decía sencillamente “Carolina, me aprobaron”. Cuando vi encenderse la pantalla no hice la conexión, pero dos segundos después el corazón me dio un vuelco, obviamente era Mariana y se iba. No quería entrar a la aplicación,...

La luz del fuego 6

Carolina comienza a preguntarse qué es lo que siente por Mariana.

Esa noche mientras recorría el corto camino del piso de Mariana al mío cavilé sobre el visto bueno para el intercambio. No quería tomar una decisión emocional pero me encontraba totalmente sobrecogida por las emociones, finalmente pensé que sería injusto decidir por ella, así que buscaría conversar con Mariana. Sin embargo no quería, o más bien quería pero sabía que no debía, encontrarme con ella fuera de la universidad, porque podría repetirse lo de aquella tarde.

Pasé tres días pensando cómo pedirle...

La luz del fuego 5

Fue como haber oído la largada de una carrera: comenzamos a besarnos con prisa, con ganas. Sentía sus manos en mi cintura, empujándome hacia ella mientras yo besaba su cuello y apretaba sus piernas...

Soñé con ella, estábamos en aquel café, nos besábamos con hambre y al terminar toda la gente nos miraba. Desperté sudando, un poco caliente, un poco asustada, no pude volver a dormir profundamente y me levanté fatal; Natalia lo notó nada más abrir los ojos y se dedicó a mimarme.

Al llegar a la universidad no quería realmente entrar a ese salón pero finalmente me decidí y di la clase en modo automático: hablé sin parar durante 2 horas sobre constructivismo ruso como si alguien le hubiera dado al play,...

La luz del fuego 4

Me siguió hasta el coche solo un paso detrás de mi, aunque no esperaba que lo hiciera, y de hecho habría preferido que no lo hiciera. Las ideas atravesaban mi cabeza a la velocidad de la luz y sentía las piernas temblar ligeramente, ¿qué iba a pasar cuando llegáramos al coche?

Clase a clase me costaba más trabajo sacar de mi mente a Mariana, era innegable que me gustaba mucho; me levantaba ansiosa y si no la veía durante el día llegaba a casa melancólica. No era justo con Natalia, que siempre era especial y dulce. Sentía que me estaba volviendo un poco loca y no sabía con quién hablar, a mis amigos no podía decirles nada de estos pues todos me dirían que era una ridícula que estaba dejándose impresionar por una jovencita, pero sobre todo estaba Natalia...

Ese día terminé cl...

La luz del fuego 3

Carolina comienza a descubrir las consecuencias de su interés por Mariana

Hacia el final de esa semana me reuní con una colega de otra Universidad, Adriana. Lo intentamos inicialmente hacía varios años: termináramos metiéndonos mano medio borrachas en el baño de la casa de unos amigos. No funcionó: ella estaba aún interesada en su ex y yo ya estaba enamorada de mi pareja actual, pero nos habíamos hecho amigas en el proceso.

-       Qué tal las cosas con Natalia? – preguntó Adriana

-       Ya sabes, bien. Todo bien – expliqué sonriendo

-       Ustedes son el verd...

La luz del fuego 2

Carolina y Mariana se encuentran en privado

-       Tengo que decirles que en el examen les fue fatal. El análisis de muchos no estuvo a la altura de lo que hemos discutido aquí y me preocupa; recuerden que estoy disponible en el horario de atención para resolver dudas de cara a los siguientes temas. Antes de que toquemos las vanguardias todo el tema de arte clásico debe ser claro para ustedes. ¡Ya son 3 cursos sobre el tema los que tienen en la espalda!

-       Pero doctora… – la misma voz...

-       ¿Ah? – no estaba de humor para los re...

La luz del fuego 1

Una profesora universitaria comienza a interesarse por una estudiante

Los profesores somos actores. Nuestro teatro, por supuesto, el aula, pero los espectadores son variados, aunque muchos piensen muy limitadamente que son solo los estudiantes quienes nos ven actuar. Para una profesora tan joven como yo, el primer acto siempre consiste en infundir un miedo atroz que pueda irse temperando hacia el respeto a lo largo del semestre. Y no es que disfrute del miedo, es que si entrara con la misma actitud lozana con la que cierro el curso, no lograría terminar ni la primera clase. L...

Tres preguntas 4

... no sé qué poneros aquí hoy ...

Pasaron los días y ni rastro de Isa, toda esta confusión y el no tener nadie con quien hablarlo me iban poniendo cada vez peor. Un día amanecí enferma, enfermísima; estar tumbada ya era un esfuerzo mayúsculo, el médico dijo que se trataba de una gripe fuerte y poco más. Carlos estaba preocupado y como buen novio vino a quedarse a mi piso, mientras me recuperaba; pospusimos los ensayos y no fui a la uni varios días.

También es verdad que no había vuelto a ensayar con las chicas y algo me decía que Isa...

Tres preguntas 3

¿Cómo era que Isa me podía conmover de esa manera en tan poco tiempo, con casi nada?

La mala racha se me acabó una tarde cualquiera, mientras le daba a la guitarra me sonó el móvil. Un mensaje: “te hace una peli? I.” Por más que pensé, no pude encontrar nadie más que se llamara con I excepto Isa, me entró una frenética necesidad de llamarla que soporté con esfuerzo mientras pasaba un tiempo prudencial para contestar, y se me ocurría qué contestarle. Tenía que ser casual, tranquilo, controlado… “me hace más verte” – enviar. Bueno, casual, ansioso e impulsivo también servía.

Quedamos en...