La luz del fuego 8
La despedida entre Mariana y Carolina
La semana de la partida de Mariana lo pasé fatal. Natalia ya estaba sospechando que algo sucedía porque me costaba levantarme de la cama, todas las decisiones cotidianas me liaban como si fueran trascendentales y volví tardísimo del trabajo cada día. Había creado en mi agenda tal lío que tenía todas las horas ocupadas de cosas para no pensar, no distraerme y no verla; sin embargo un par de días antes recibí el consabido whatsapp del número desconocido que ya me sabía de memoria: “Me marcho mañana en la mañ...