El Pacto
Os presento a Alejandro, mi tío, quien hace muchos años llegó a vivir a nuestra casa para poder asistir al seminario cercano a nuestra ciudad. Él fue el primer hombre que cayó a mis pies y en este relato os contará cómo, según él, terminó pactando su alma a un tal Asmodeo. Pobre! Que inocente!
Mi pacto con el demonio comenzó la maldita tarde en que accidentalmente entré en la habitación de Sajar y encontré sus bragas sucias tiradas en el suelo. Hasta ese instante, aquel había sido uno de esos días habituales, monótonos, ordenados por la rutina de las vidas modernas: dormir, trabajar, estudiar, descansar, una y otra vez, en infinitos círculos de cotidianidad y aburrimiento.
Llegué a casa un poco más temprano que de costumbre con la intención de aprovechar la soledad para tumbarme en silenc...