Competición entre hermanas (parte ii)
Ella empieza a apostar mucho más fuerte para ganarse el corazón de papi.
Noto la cabeza de su polla embocando en mi ano. Aprieto con fuerza la sábana y sé que pronto, como en los peores chistes, el dolor de la polla de papi me hará morder la almohada. Su respiración es terrible. Es como si me quemase. Noto la cabeza entrando. ¿Se puede aguantar tanto dolor? Ya estoy mordiendo la almohada y no me alivia. Mis gemiditos se vuelven roncos, casi continuos. No quiero renunciar al mínimo alivio que me ocasionan ni para respirar. Papa me tranquiliza. “Shhhh, cariño, tranquila. Papa te q...