Lo que mi hija me susurró al oído

EL CUENTO QUE MI HIJA ME SUSURRÓ AL OÍDO DESPUÉS DE SODOMIZARLA. Una propina/final común para la historia del padre y sus dos hijas.

Ella no se mueve. El pelo se le pega a la cara, pegajosa de sudor, y respira agitada pero sin excesos. Yo no puedo dejar de mirarla. Sólo lleva la camiseta blanca y su culo parece que aún tiemble. Muy pronto, sino ya, empezará a expulsar mi semen como la lava ardiente de un volcán. Pero la he follado demasiado fuerte, demasiado profundo. Hay una parte de papi que no saldrá jamás. Ella me mira con ojos vacios y suaves. Nunca la había visto así. Nunca me había mirado sin preguntas ni interés. Ahora está compl...

Y mientras tanto mamá...

Un desconocido viene a romper la rutina desesperante de mamá.

LA VISIÓN DE MAMÁ

Por aquel entonces tengo recuerdos muy vagos de lo que sucedía a mi alrededor. La vida era una rutina aburrida entre unas hijas que no me necesitaban y una televisión que me absorvía. También estaba mi marido, que con los años había terminado por convertirse en una sombra brumosa que a veces insistía en follarme, casi por rutina, como un trámite fisiológico más que le exigía el exceso de esperma. El vivía entre el fútbol y su senil obsesión por malcriar a nuestras hijas, y no había m...

La cocaína de mi nieta

De como el abuelo aceptar guardar un secreto a cambio de que su nieta le haga un favor que los dos podrán guardar en secreto.

MI NIETA.

"Me gustan las bebidas como las mujeres: Muy frescas" .

Los padres de Sofia habían tenido que realizar un viaje de improviso y claro esta que pensaron que lo mejor era dejarla en casa de su abuelo. Así se la quitaban de encima y me cargaban a mi el paquete. Sofia no era ninguna reina de la belleza, pero en conjunto tenía un buen cuerpo: Era morena, con el pelo no muy largo, buenas piernas y buen culo...aunque de tetas no estuviese espectacularmente bien dotada. El culo era lo me...

Mis preciosas hijas me adoran (capítulo final)

Ha llegado el momento de que la ganadora se lleve el premio. Pero el que de verdad se lleva un premio es papi: Va a desvirgar el estrecho culito de su hija mayor.

“Cuando no estén ellas…ven a mi habitación…y hazme lo que quieras”

No he podido dormir. Ha sido imposible. La noche ha sido eterna. Sabía que lo único que tenía que hacer para conciliar el sueño era follarme a mi mujer o hacerme una paja furtiva en el baño. No. Ella no se lo merece. Yo tampoco. Necesito toda la leche de mis huevos para mi gran momento. Para disfrutar a tope. Para llenarle el culo a mi hija mayor con toda la leche que tenga. No quiero que su padre la decepcione. Voy a romperle el cul...

Mis preciosas hijas me adoran (capítulo iv)

Mis pequeñas suben las apuestas por el amor de su papi. Mi hija mayor me ofrece el regalo más bonito que ninguna hija puede ofrecer a su padre.

Sé que todo esto, que ya no dice nada bueno de mi como padre, tampoco dirá nada bueno de mí como hombre, porque vivía en una casa donde era la pareja (O al menos a mí me gustaba pensar que mis niñas no buscaban más caramelos fuera de casa) de las tres mujeres que vivían conmigo bajo el mismo techo. Una situación que muchos padres encuentran irritante a mi me parecía el mismo cielo. ¡Tenía un haren formado por tres preciosas mujeres que además eran familia entre ellas! Por no decir que también lo eran mía. P...

MIS PRECIOSAS HIJAS ME ADORAN (Parte 2)

Las siestas en las que metía mano a mi hija mayor me enseñaron a lo que sabían sus tetas.

“Ella no puede darte lo que yo”.

Y era verdad. Negarlo sería absurdo. Y una hipocresía. La mayor, mi vaquita, si que era toda una mujer, por encima de su edad. La pequeña era demasiado tonta como para saber lo que yo necesitaba, y el ritual de la siesta se convirtió no en la parte más importante del día, sino en la única parte del día que me importaba de verdad.

Aunque nunca dormíamos.

Toda nuestra relación cambió, y ella floreció ante mis ojos. Que dulzura entrar juntos de la mano en...

MIS PRECIOSAS HIJAS ME ADORAN (Parte 3)

Papa y la pequeña van a jugar a "Siete minutos en el cielo" en la despensa de casa.

SIETE MINUTOS EN EL CIELO

Mientras la mayor florecía, la pequeña se marchitaba. Yo no tenía tiempo para las dos, ni ahora tampoco tenía paciencia. Mi relación era tan maravillosa con la mayor, que no me quedaba tiempo para la pequeña, y hasta procuraba evitarla al ver que aquellos ojos inmensos que yo había adorado me miraban siempre, no con reproche, porque no era capaz, sino con infinita tristeza, con una demanda muda de atención. Yo no renunciaba a mis deberes paternales, pero ahora era…no se…h...

Mis preciosas hijas me adoran

Papi cuenta su verdad

Como pasa el tiempo. Como un sueño. Un día tienes a tu novia adolescente debajo de ti. Sientes su cuerpo duro, flexible, firme. Oyes sus gemidos y su voz es dulce y cristalina. No quieres volver a oír otra cosa. Sientes el placer infinito de entrar con tu virilidad invencible en ese cuerpo delicado. De romperla, de abrirte camino entre un placer infinito sabiendo que eres el primero y gozando del placer que eso conlleva. Tienes el sabor inexplicable de esa boca fresca. Chupas esos pechos recién madurados, c...

COMPETICIÓN ENTRE HERMANAS (Parte I)

Una hermana mayor celosa está dispuesta a ganar definitivamente el cariño de papi. Quiere portarse tan bien que papi se olvide de su preciosa hermanita menor.

Estoy tumbada en mi cama y no puedo soportar la mirada sorprendida de mis peluches. Sólo llevo puesta una camiseta. Nada más. Y un hombre adulto tantea con sus dedos empapados de mi crema hidratante favorita la estrechez prometedora de mi ano virgen. Es peor de lo que parece. Mi otro orificio también es virgen. Pero de algún modo perverso él entiende que es esa virginidad la que debo perder primero. Quizás porque luego me resultará más fácil reservársela. Que esa parte de mi permanezca como siempre suya. Qu...

COMPETICIÓN ENTRE HERMANAS (Final)

Ella gana. Pero es papi el que consigue un premio.

Ahora gemimos los dos. Yo gimo con un gemido sordo y continuo, el con uno agitado y repetitivo. Yo gimo como una pobre vaquita atada al pesebre. El como el toro semental al que han traído para preñarme. Si no fuese por el lubricante me habría roto el culo en canal. Me cabalga con un salvajismo que desmiente su edad (Por no hablar del vínculo paterno-filial) Su polla está dura como un bate de madera. Arde como un hierro al rojo. Siento que me quema dentro. Y al final, con estremecimientos, mientras tiembla,...