Crónicas de Nihilistán (1)

Ésta es una saga sobre esclavitud masculina. No es recomendable su lectura para quienes no sientan interés por dicha temática. En esta primera entrega haremos una erudita descripción general del poco conocido Reino de Nihilistán. Un país en el que los amos son muy amos. Y los esclavos, muy esclavos. A partir de la próxima entrega, las historias en sí.

Crónicas de Nihilistán (I)

Introducción.

Breve descripción general del Reino de Nihilistán.

En el Asia meridional, en algún impreciso lugar de las intrincadas cadenas montañosas al norte de la India, se encuentra el singular Reino de Nihilistán.

Al igual que la Troya homérica, el reino de Thule, la Atlántida de Platón y otros lugares míticos, es imposible certificar de modo seguro la existencia de Nihilistán. Pero al igual que en los ejemplos citados, sería harto imprudente afir...

El oasis de Jufrah (12, última entrega)

En esta entrega, que cierra la saga, la esclava rumana Anuska pasa una noche con el Sheik, Abdul Nassim Rahman. Y le pide que le conceda su más apremiante deseo.

EL OASIS DE JUFRAH (XII, última entrega)

  1. El Sheik

En algún lugar de las vastas arenas del noroeste de la Arabia Saudí —en el Oriente Medio— está el desierto de An Nafud.

Y en algún lugar del desierto de An Nafud, está el paradisíaco oasis de Jufrah, dominios del Sheik Abdul Nassim Rahman.

En el interior del serrallo, la rubia Anuska, bella esclava del poderoso jeque, meditaba profundamente.

Sus pensamientos la habían trasladado muy lejos de allí en el espacio y el t...

El oasis de Jufrah (11)

Isabel y su madre Julia son traficadas al Medio Oriente y vendidas en un mercado de esclavas. Allí se encuentra el Sheik Abdul Nassim Rahman.

EL OASIS DE JUFRAH (XI)

  1. Isabel y Julia en el mercado de esclavas.

En los paradisíacos dominios del Sheik Abdul Nassim Rahman, la bella esclava Isabel continuaba su relato. Su amiga, la rubia Anuska, la escuchaba cn verdadero interés.

—El viaje en la parte trasera del pequeño camión, maniatadas y amordazadas, fue un suplicio —dijo Isabel—. Todo fue ocurriendo muy rápido. Dos horas después estábamos en la oscura y maloliente bodega de un barco, hacinadas y aseguradas como ganado, si...

El oasis de Jufrah (10)

Isabel es llevada al club Paradise. Allí el lascivo señor Garreé se divierte con madre e hija. Comienza el periplo de Julia e Isabel hacia los dominios del Sheik Abdul Nassim Rahman.

EL OASIS DE JUFRAH (X)

  1. Isabel en el club "Paradise"

En el paradisíaco oasis de Jufrah, dominios del Sheik Abdul Nassim Rahman, Isabel —bella esclava centroamericana— continuaba confiando sus tumultuosos recuerdos a su amiga, la europea oriental Anuska.

—Cuando cumplí dieciocho años, el señor Valentini decidió ponerme a trabajar en el club "Paradise", en donde ya estaba trabajando mi madre Julia. Había pasado casi un año desde que nos habíamos separado, y yo estaba muy feliz de...

El oasis de Jufrah (9)

El señor Valentini coloca a Isabel en uno de sus prostíbulos. El lascivo señor Garreé es su primer cliente. Al parecer, un médico pediatra frustrado...

EL OASIS DE JUFRAH (IX)

  1. Isabel prostituta

En el serrallo del Sheik Abdul Nassim Rahman, Isabel y Anuska, dos bellas esclavas del poderoso jeque, continuaban confiándose recuerdos.

—No estuve más que seis semanas como sirvienta de la familia Valentini —siguió contando Isabel, acomodando su cuerpo desnudo sobre un par de almohadones—. Cuando acababa de cumplir diecisiete años, el señor Valentini se apareció una noche, me subió a su auto así como estaba, y me llevó con rumbo desconoci...

El oasis de Jufrah (8)

Isabel empieza a contar su propia historia, como sirvienta maltratada y abusada en casa de la familia Valentini.

EL OASIS DE JUFRAH (VIII)

  1. Isabel

En el paradisíaco oasis de Jufrah, amenizando la monotonía de la vida en el serrallo, la morocha esclava Isabel continuaba relatando a su amiga Anuska las vicisitudes que ella y su madre Julia habían tenido que atravesar, antes de arribar allí.

—En cuanto a mí —dijo Isabel—, fui colocada en la casa del señor Valentini como sirvienta. Un día después que mi madre empezara a trabajar en el "Paradise", el club nocturno de la calle 25 de Mayo, el señ...

El oasis de Jufrah (7)

El malvado señor Valentini empieza a enviciar a Julia. La convierte en una muñequita para diversión de los hombres. Y la hace debutar como strip-teaser.

EL OASIS DE JUFRAH (VII)

  1. Julia en el escenario

En pleno desierto de An Nafud, Anuska e Isabel, dos bellas esclavas del Sheik Abdul Nassim Rahman, gran jeque del oasis de Jufrah, continuaban amenizando las horas en el serrallo confiándose sus recuerdos.

—Así fue como mi madre quedó a merced de ese señor Valentini, un sujeto de lo peor —contaba la morocha Isabel, con el rostro demudado—. Ahora que la tenía en sus manos, tenía planeado hacer de ella una muñequita, un juguete para...

El oasis de Jufrah (6)

Isabel empieza a contar su propia historia. Cómo su madre Julia,a los 48 años, acorralada por las deudas que le dejó su marido, debió emplearse en un cabaret.

EL OASIS DE JUFRAH (VI)

  1. Julia

En el paradisíaco oasis de Jufrah, en pleno desierto de An Nafud, al noroeste de la Arabia Saudí, Anuska e Isabel continuaban intercambiando recuerdos. Una buena manera de amenizar las aburridas horas en el serrallo.

—Nací en 1908 en San Salvador, la capital de un pequeño país de Centroamérica —dijo la bonita trigueña Isabel—. Por desgracia, mi padre murió cuando yo tenía nueve años. Se llamaba Francisco Morales, y guardo un cálido recuerdo de él. Tre...

El oasis de Jufrah (5)

Anuska es vendida a un poderoso Sheik y embarcada hacia el Medio Oiente.

EL OASIS DE JUFRAH (V)

  1. Anuska rumbo a Oriente

En el paradisíaco oasis de Jufrah, la bella esclava Anuska continuaba relatando su azarosa vida a su compañera de harén, Isabel.

—Permanecí allí en sur de España, como pupila de casa de Madam Rosalyn, por más de diez años —dijo Anuska, en su imperfecto castellano—. Sin menor oportunidad de huir, ni comunicar con resto del mundo. De a poco fui acostumbrando, casi parecía normal...

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El oasis de Jufrah (4)

Anuska, sola y sin dinero en Bucarest, comete el error de confiar en la persona equivocada.

EL OASIS DE JUFRAH (IV)

4. La subasta de Anuska.

Confinadas y aburridas en el serrallo del Sheik Abdul Nassim Rahman, las esclavas Anuska e Isabel mataban el tiempo intercambiando recuerdos.

—Tenía catorce años y era primera vez que veía Bucarest —dijo la rubia Anuska en aceptable castellano—. Había pasado toda mi vida en pequeño pueblito de Dejlad. Tú puedes imaginar contraste. Bucarest me parecía enorme...

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