Locuras

Dos locos.

Locuras

Válvulas de salida de la presión del día a día. Espitas del letal gas de la rutina. Puertas abiertas en los callejones de la vida. Todos las hacemos. El apocado ejecutivo que se transforma en agresivo conductor. Las compras compulsivas de bienes innecesarios. Cambios sorpresivos en nuestra imagen. Actos que nos sorprenden hasta a nosotros mismos.

Todos las hacemos, porque todos las necesitamos. Las locuras son, al fin y al cabo, las que no recuerdan que seguimos vivos, aunque enter...

Fantasía de desvirgación anal

A petición de un lector escribo su fantasía favorita acerca de su desvirgación anal.

Por fin has quedado con el tío con el que tantos emails te has intercambiado. Parece muy vicioso y una buena putita sumisa. Ni siquiera sabes su nombre ni como será. Da igual, lo único que quieres es que la chupe bien, tenga un buen culo y sea una puta. Llegas con tu coche al punto de encuentro. Allí está él. Aparenta menos edad de la que dice, es bajito, delgado. No es feo. Abres la puerta del coche y os saludáis nerviosos, con un apretón de manos. Las miradas esquivas, tímidas. Presentaciones de rig...

El jueves es mi día

Toda la semana me la paso atendiendo a la familia, pero los jueves puedo dedicar un poco de tiempo a mí misma.

Hoy es jueves. El día más esperado de la semana. Y el más ocupado. Los jueves son mis días, para mis cosas. Como cada jueves, meto dentro de mi bolsa de deporte la ropa de aeróbic. Guardo en el refrigerador la cena de Paco y los niños, termino de recoger la cocina y, a las tres en punto, salgo de casa.

En 20 minutos estoy en casa de NúmeroUno, que me estará esperando, pues no he recibido ningún mensaje suyo avisándome de algún impedimento. NúmeroUno abre la puerta sin preguntar quién es. Sabe qu...

El experto

Áquel hombre era todo un experto en practicar el sexo oral a una mujer.

La mujer se sentó en el sofá sin dejar de mirarle a los ojos, con las mejillas ardiendo por la excitación. Totalmente desnuda a excepción de los altos zapatos de tacón, el vello de su pubis asomaba entre sus cerrados muslos, negro y ensortijado, invitando a pasar la mano por él para desenredarlo.

Se arrodilló delante de ella y con un gesto hizo que se moviera más hacia el borde del sofá, quedando ligeramente tumbada. Y comenzó el ritual.

Bajó hasta sus pies y sacó su lengua. Comenzó a lamer...

Los sustitutos

Javier era incapaza de satisfacer a su mujer.

Apenas llevaban 5 años casados cuando tuvo el accidente. Un conductor ebrio se saltó un semáforo y embistió su coche. Tras varios meses hospitalizado, la mayoría de secuelas desaparecieron. Pero quedó una para marcarle el resto de su vida. Javier había perdido su capacidad de erección.

Ana, su mujer, le amaba profundamente y no escatimó en cuidados y cariños para demostrar a su marido que aquello no iba a afectar a su amor. Pero Javier se sentía hundido, destrozado. Los hombres valoramos en exces...

Sueños

Noche tras noche, le era infiel en sueños.

Se incorporó como si un pistón empujara su espalda. Hasta que sintió su respiración agitada, el sudor de su frente y espalda y, sobre todo, la humedad entre sus piernas, no fué realmente consciente de donde estaba. Miró el despertador de la mesilla, marcaba las 4 de la madrugada.

  • Has vuelto a soñar con él.

La voz de su marido llegó rotunda a sus oídos, estremecedora. Inútil mentir.

  • Sí... ¿te he despertado?.

  • Cada vez son más intensos... y cada vez hablas más.

  • Sí.

...

La sospecha

Susana desconfiaba de su futuro marido.

  • ¿Qué quieres que haga queeeeeeeeeee?. ¿Tú te has vuelto loca?-

  • No Carmen, no me he vuelto loca, aunque estoy apunto de hacerlo por los celos.

  • Pero, ¿tú de verdad has pensado lo que me estás pidiendo?.

  • Te aseguro que lo he pensado... y mucho. Así no puedo casarme. Tengo que saberlo.

  • Pero... es absurdo, no me lo puedo creer, de verdad, no sé que decir.

  • Carmen, tengo que saberlo antes de la boda, ¿no lo entiendes?, no puedo vivir con esa sospecha. ¡Tengo que saber...

Sirviente de su señor

Preparaban su boda a hurtadillas, intentando que el señor feudal no se enterara y ejecutara su derecho de pernada.

Toda la aldea participaba con alegría en los preparativos del enlace. Trabajando a deshoras, robando tiempo de sus ocupaciones habituales y, sobre todo, en el mayor de los secretos posibles, todos los detalles de la ceremonia iban estando listos. Entre susurros, con miradas esquivas, se organizaban y distribuían tareas. Transportaban los materiales y alimentos ocultos en sus carros de labranza. Almacenaban víveres y licores en emplazamientos que solo unos pocos conocían.

Toda precaución era poca...

La muñeca

Una muñeca hinchable le ayudó a escapar de la rutina de su matrimonio.

Todo comenzó con la típica broma en su despedida de soltero. Los amiguetes, para no abandonar tópicos, le hicieron caminar durante toda la fiesta amarrado a una rídicula muñeca hinchable. De aspecto zafio, oliendo a plástico, con sus ridículos labios rojos y su boca abierta, tuvo que cargar de bar en bar con aquella cosa toda la noche. Al despertar resacoso al día siguiente, la muñeca estaba inerte en el suelo de su habitación. No recordaba haberla traído hasta casa, pero ahí estaba. Parecía increíble...

El secreto de Alberto

Alberto era un chico guapo... pero... ¿por qué no se relacionaba con ninguna chica?

"Yo creo que es gay". Era la frase que más se escuchaba en la oficina como teoría para explicar el misterio de Alberto. Alberto era un chico guapo, 185 cm de cuerpo músculado, moreno de ojos azules. Solitario, de aire misterioso, sus ojos tenían un fondo de tristeza que le hacía aún más atractivo. No había mujer en la empresa que no suspirara por él, que no dejara escapar una mirada furtiva a su espalda o a su trasero. Por eso no se entendían los continúos rechazos de él a toda mujer que se acercaba c...