Invitame a pe... a follar
Trabajando en otra ciudad me seduce la última persona en la que pensaría: Un chico. Nunca habría pensado que me pudiera afectar el complejo de lolita de alguien y menos de un chico. Yo siempre me había considerado heterosexual practicante y pensaba que los hombres no eran para mi.
Nunca habría pensado que me pudiera afectar el complejo de lolita de alguien y menos de un chico. Yo siempre me había considerado heterosexual practicante y pensaba que los hombres no eran para mi.
Por razones de trabajo me tendría que desplazar una temporada a otra ciudad lejos de mi domicilio habitual. La empresa se encargaba de todo y me buscó alojamiento en casa de una familia. El padre, la madre y un chico guapísimo de unos diez y ocho años. Delgado, tez pálida, moreno y largo el cabello, claro...