Patricia
Una historia de amor, simplemente.
Hoy fui al sex shop a pagar la última cuota y el vendedor me dijo:
Al fin es suya Fernández, me imagino lo contento que estará me cobró y trajo del depósito una caja más grande de lo que me imaginaba.
Al final es mía, luego de seis interminables meses de espera. Ahora sólo tengo que buscar un lugar para guardarla donde mamá no la encuentre.
No entiendo porque mamá sigue tratandomé como si tuviera 10 años, si el més que viene cumplo los 40.
Siempre vigilandomé, controlando con q...