El tanga dorado de mi cuñada
Una vez más pude disfrutar a solas en casa de mi cuñada de su ropa íntima, viviendo unos momentos inolvidables gracias a su generosidad al dejarme muy a mano sus bragas...
*No era la primera vez que tenía la suerte de quedarme a solas en casa de mi cuñada, y sin embargo mi corazón latía a mil por hora. Me había pedido ayuda con el ordenador, que no arrancaba, y ya mientras ella se duchaba yo había dado con el fallo y lo había solucionado. Sin embargo, no podía resistirme a la idea de curiosear entre su ropa, y esa era una oportunidad que no podía dejar escapar. Estuvo un buen rato en el baño, mientras yo me la imaginaba desnudándose, y sintiendo la caricia de su ropa íntima d...