Conociendo a Andrés 5

Después de mis aventuras con el portero, conozco a Andrés, un tipo magnífico.

Sigo con mi relato, abandonado el portero, me introduzco en el mundo de Andrés, un tío de cuarenta años, en buena forma, velludo y alto como yo (1.80) que es vecino mío y al que parece que le gusto. ¡Gracias por vuestros comentarios y valoraciones, soy nuevo en esto!

No me arreglé mucho para ir a cenar con Andrés el viernes. Me puse un vaquero, unas zapatillas y una camiseta por eso cuando le vi a él aluciné. Llevaba una camisa de rayas muy finitas, un pantalón de traje y unos zapatos de borlas de c...

Adiós al Portero, hola Andrés. (4)

Sigo con mi historia, aunque este no será tan bien valorado como otros relatos, sentía que así tenía que contarlo

Después del episodio del cerrajero, Andrés bajó duchado y peinado y oliendo a un dulce perfume típico de después del baño. Se había puesto un polo, un pantalón corto de pijama y unas chanclas, muy informal pero lo que me permitió disfrutar de sus perfectas piernas peludas y de sus cuidadísimos pies.

Le conté mi historia, que era gay, que había tenido una historia larga, que por fin me había ido a vivir solo e independiente y que ahora no tenía nada estable. Él me contó que se había casado pensando que...

El portero de mi finca 3 y un nuevo amigo

Sigo con mi portero pero hay sorpresa al final

Me pillé un viernes de vacaciones para hacer gestiones. Hacía un calor infernal y había ido en polo y pantalones cortos pues todas lo que tenía que hacer lo hacía por el barrio. Cuando volví a casa me encontré a Tomás en su garita, pero estaba leyendo unos papeles y no me vio.

“Ey, que pasas sin saludar”

“No quería molestar si estabas trabajando”

“Tú nunca molestas, ¿Qué tal la mañana? ¿Te ha cundido?”

“Sí, no ha estado mal, me ha dado tiempo a todo, ya subo para casa... si quieres...

El portero de mi finca 2

El portero se cuela en casa

Tenía ganas de volver a ver a Tomás, el portero. Tenía ganas de que me volviera a follar. Era muy bruto, muy macho y, aunque no era guapo, su cuerpo, su polla y sus olores me ponían a cien. Como llegaba tarde a casa y él tenía turno de mañana, no me lo encontraba casi nunca durante la semana y sólo sabía de él gracias a los calcetines que me dejaba en el buzón, pero un viernes la cosa cambió.

Abrí la puerta y me lo encontré en el salón. Yo le había dado llaves, pero me llevé un buen susto y, al final,...

Gonzalo, el ejecutivo definitivo

Final de esta historia en 4 partes

Os vuelvo a describir a Gonzalo, 190, bien formado, tonificado, pero no inflado, velludo y con el pelo entre castaño claro y rubio. Verlo pasearse en unos diminutos calzoncillos blancos que llenaba por completo era un espectáculo. Se pavoneaba delante de mí y se llevaba la mano para colocárselo más de lo necesario.

- No uso boxer porque con todo esto lo debo tener bien amarrado, je je.

Habíamos vuelto a pasar la noche juntos y había sido salvaje. Como le había pedido se había dejado los calce...

Mis problemas con los ejecutivos

Sigo con la historia de Adrián y Gonzalo

Gonzalo y Adrián ya no se hablaban. No era que estuviesen peleados por mí, era la prevalencia de un macho alfa (el primero) sobre el más mayor (segundo). Chocaba un poco verlo porque  Adrián era jefe y Gonzalo solo un mando intermedio. La discreción de los tres evitó un escándalo en la oficina que no nos convenía a ninguno y apenas nadie se dio cuenta de que yo llegaba en el coche de uno de ellos el martes por la mañana, Gonzalo vivía cerca de mi casa y era factible que nos hubiésemos encontrado....

Sexo entre tres ejecutivos.

De cómo Gonzalo sustituyó a Adrían

Es una continuación del relato Sexo entre ejecutivos, que podéis encontrar en mi perfil.

Cómo era de esperar, después de lo que había pasado el viernes, Adrían me llamó a su despacho a las 6 de la tarde del lunes. El muy cabrón estaba descalzo jugando con sus zapatos de antifaz. Se estaba descojonando. “¿Qué tal estás? Me has evitado todo el día y yo que quería quedar contigo en los baños, ja ja”

*“Yo no quiero comprometerte, normalmente nos decíamos solamente hola y nada más, no quier...

Coche cama París Madrid

Yo con un comercial que lleva tiempo pasarlo bien.

Una vez me tocó venir desde Paris a Madrid en tren. Realmente no me acuerdo la circunstancia de porque fue así, pero supongo que porque tenía que volver de alguna manera y esa era la más sencilla a finales de los años 90. Me vi con 20 años, mi maleta y mi billete en la estación buscando el coche cama en el que viajaría toda la noche. No tenía más que una mochila y una bolsa e iba en bermudas porque era pleno verano. Cuando llegué a mi compartimiento aún no había llegado mi compañero de viaje, pero me excité...

El portero de mi finca

Así conocí a Tomás y lo pasamos muy bien juntos.

Cuando me fui a vivir solo, encontré un chollo en una urbanización con vigilancia 24 horas, garaje y piscina. Tuve mucha suerte, tenía ya 28 años, un trabajo decente y una vida muy independiente sin aún pareja estable. El piso estaba muy bien y aunque no era grande, era muy luminoso. Tres vigilantes hacían el turno completo de vigilancia, pero el portero oficial era Tomas, un señor de poco más de 50 años, sin algún diente, no muy alto pero que conservaba algo de lo guapo que debió haber sido de joven. No er...

Autoescuela

Así perdí la virginidad.

Perdí mi virginidad a los 18 años, mientras me sacaba el carné de conducir un verano. Quería empezar la universidad conduciendo, me apunté y aprobé el teórico a la primera y sin mucho esfuerzo a finales de mayo. En junio empecé las clases prácticas y me asignaron a Daniel como profesor.

Era un tío alto con pelo castaño y unos muy comunes ojos marrones. Siempre vestido con un polo, que permitía intuir su vello, y unos vaqueros. Tenía entonces 52 años y era muy clásico al vestir, siempre con zapatos cas...