Bestiario Millennial: Carmen

Una rubia steampunk aparca su coche frente a un club de carretera al que entra en busca de la chica más deliciosa que tengan.

El deportivo frenó en seco frente a la puerta del luminoso club de carretera. Su sonido duro robó las miradas que acechaban los pechos expuestos, los traseros elevados en tacones, las feminidades adulteradas apenas escondidas tras el hilo del tanga. Las líneas aerodinámicas del chasis negro, con iridiscencia en rojo sangre, retuvieron lo suficiente la atención de los hombres que rondaban el Matadero para alquilar carne caliente como para permitirles sorprenderse. Tampoco era quienes las descocadas mujeres q...

Lola.

Vecinita provocadora y promiscua que esconde el oficio del que vive.

El silencio se hizo más fuerte cuando Lola entró en el ascensor, abierto en la séptima planta. Aquel viernes, la chica iba subida a unas botas negras de tacón ancho. Sus piernas eran abrazadas por la tela azul de unos vaqueros a la cadera, y tras los escasos centímetros de piel bronceada comenzaba la cazadora abierta. Sobre el cuello escotado de la camiseta clara, asomaban sus pechos apretados y redondos, emulando la silueta de un corazón que latía al ritmo de su respiración. La melena castaña tenía el ondu...

You’re bitchin’, but you’re not a bitch

Mónica vuelve a encontrarse con Pablo, y pese a no lograr descubrir demasiadas cosas de él consigue desvirgarlo.

Continuación de They made me do it

Mintió como una bellaca. Se había puesto unos vaqueros junto a una amplia camiseta de su hermano que tenía a Elmo disfrazado de Freddie Krueger como estampado y había bajado a hablar con la policía. Un gesto hosco de su madre había desaprobado el vestuario, pero los dos agentes no parecieron darle importancia. La interrogaron en el salón de su casa, sin nadie de la familia cerca.

Se mantuvo firme en la versión más verosímil: había ido a la consulta, habían...

They made me do it

Mónica accede a tener sexo con su psiquiatra a cambio de que no la envíe a un manicomio, pero en su sesión 47 se añadirá un invitado inesperado que cambiará en transcurso de los hechos.

Como todos los miércoles, Mónica se despidió de sus amigas a las siete. Tras apagar el cigarrillo, eludió la pregunta de a dónde se dirigía avivando así los rumores de que se estaba viendo con alguien. ¿Quién lo dudaría? No solo tenía desparpajo, sino que incluso había conseguido un par de trabajos como modelo de publicidad. Su trasero perfecto salía en unos anuncios de crema anticelulítica en revistas de todo el país, terso, suave, le gustaba alardear de que apenas habían utilizado Photoshop.

Aunque...

Fuck that groupie, dude! {1/3}

El anuncio en internet era sencillo: un pase para el backstage, un polvo. Lorena fue incapaz de decir que no si ese era todo el pago para ver a su grupo favorito. Pero todos los contratos tienen letra pequeña.

Lorena despertó miradas en el autobús que la llevaba al recinto ferial en el que, aquella noche, tocaba el grupo de rock alternativo del que era fanática. No era para menos. Lucía unos ajustadísimos vaqueros que rozaban sus caderas. Un poco más arriba, comenzaba una camiseta negra con el logotipo del conjunto, cortada para hacerla más sugerente. Los bordes deshilachados dejaban a la vista parte de su tripa, sus hombros bronceados y un generoso escote en pico que las amplias ondas de su melena rubia enmarcab...

Lo que es mío

Existen distintas formas de recuperar a un amante perdido, pero atacar en el momento en el que está más vulnerable suele ser lo más efectivo.

Había anochecido. En la casa prefabricada a las afueras de Las Vegas se condensaba todavía el calor desértico del día. Todo estaba tal como Daytona lo recordaba, limpio pero desordenado. Un caos que para Leizer tenía su orden. Al entrar, con las luces del ocaso, usando la llave oculta bajo el tablón suelto del porche, se acuclillo y acarició el cuello del galgo negro que corrió ladrando feliz a su encuentro. Leizer no temía que nadie se adentrase en su casa, los suburbios solo son peligrosos para quien no v...

Obedecerás a tu hermano II: Clases de pádel

Si tu hermano dominante te ve demasiado cerca de uno de tus profesores, puede castigarte con una raqueta, la cinta de una bolsa de deporte y un bote de desodorante.

Estoy en mis clases de pádel, fue mi hermano Abel quien insistió en que las tomara. Juraría que es solo una excusa para verme con este aspecto. Llevo mi melena rubia recogida en una coleta alta, bien tensa. Un vestidito deportivo blanco, con tres líneas rosa bebé que recorren los costados. Él me mira desde las gradas, sentir su mirada fija en mi me presiona. Ojalá pudiera aprender más rápido para que mi hermano se sienta orgulloso de mi y me premie.

Bruno, el profesor, se coloca detrás de mi, cogiéndo...

Obedecerás a tu hermano I: Rito iniciático

Para que tu hermano se convierta en tu sádico dominante, siempre es necesaria una primera vez.

Mi hermano Abel me lleva doce años, tiene veintisiete. Este fin de semana son las fiestas del pueblo en el que vivo, y aunque mis padres están de vacaciones, me han dejado quedarme porque le he dado tanto la brasa que ha venido desde Madrid para cuidarme mientras ellos no están. Lo que mis padres no podrían imaginar es que iba a despertarme esta mañana haciendo gemir a mi mejor amiga acompasada con los golpes del cabecero contra la pared. Al principio creo que hasta me he sonrojado. Sabía que estaban “durmi...

La hermana de tu mejor amigo

Esa soy yo. Sé cómo me miras a pesar de que mi hermano te haya dicho que te cortará la polla si lo haces, y sabes que te deseo. Se acabó la espera, me tienes caliente, expectante y a tiro.

Ya no soy la cría que conociste, he crecido sin que te hayas dado cuenta hasta que un día te descubriste mirándome como una mujer. Puede que hayas intentado negártelo, o que las amenazas de mi hermano, tu mejor amigo, sobre cortarte la polla si se te ocurre mirarme con deseo hayan despertado en ti esa estúpida lealtad masculina. ¿Sabes? Me gusta pensar que se ha puesto dura pensando en mi, que te la has cascado imaginando que tus dedos eran los míos. Yo si me he masturbado pensando en ti en mi cama, mo...

Adiós en pompa

Ruptura tempestuosa y polvo de despedida.

  • Ahí tienes tu mierda- dejo caer la bolsa sobre la mesita baja del salón y miro a Tavo con una sonrisa burlona, cruel-. Ahora ya puedes irte a tomar por el culo- me cruzo de brazos y lo miro, repiqueteando con el pie sobre la alfombra de modo impaciente. Él abre la bolsa y hace repaso de sus cosas. Así son las rupturas, hoy estamos, mañana no, y todo lo que has significado para alguien cabe en una bolsa del Eroski.

Está muy bueno, solo hay que verlo. No he conocido a un tío al que le queden mejor los...