Mujer de fuego

Prosa poética erótica.

Mujer de fuego

*Te quiero mujer de fuego, te aprecio mucho, y estoy bien gustoso –como un gajo de mandarina– de querer hacértelo saber. Deseo, anhelo probar tus labios, gustar de tus pechos atrevidos como dos porciones de torta a devorar, humedecer y endurecer tus pezones hasta que digan a grito pelado “¡aquí estoy!”. Incendiarlos con un calor intensificado sin gas ni fuego. Mimarte las aureolas, hervirlas. Besuquearte la nuca, el cuero cabelludo, la frente, la nariz, las mejillas, el cuello, el ho...

Mujer fogosa, estoy esperando por ti

Prosa poética erótica.

Mujer fogosa

Mujer fogosa, ardiente como una antorcha y de sonrisa fresca y brillante  que genera un resplandor que da confianza–, si tus ojos opalescentes están escondiendo secretos lujuriosos, imagínate los míos. Tu oferta me tienta. Quiero juntar tu boca con mi boca, entrelazar tu lengua con mi lengua, que tiene ganas reales de pecar contigo, y pensar que estoy haciendo uno de los mejores viajes de mi vida. Poner mi mejilla contra la tuya y coquetear con la idea de que estoy realizando uno de l...

Más de cien lamentaciones

Lamentos de alguien (sea hombre o mujer) cuya última relación sentimental acabó hace casi poco y en malos términos.

Maldigo la primera vez que le vi, estando yo casi a lo lejos.

Maldigo cada arreglo que hice en mi aspecto físico para cautivarle.

Maldigo cada prenda de ropa que me compré para seducirle.

Maldigo el perfume que me puse.

Maldigo cada centímetro que recorrí para acercarme a él/ella.

Maldigo el saludo con el que me presenté por primera vez, aunque no la despedida final.

Maldigo cada mentira que dije para aproximarme a él/ella.

Maldigo cada pregunta que le hice con la i...

Surrealistamente hablando

Prosa poética (casi) erótica.

Surrealistamente hablando

Surrealistamente hablando, quiero abrir agujeros en el cielo nocturno, tanteando las estrellas, hasta que empiece a llover dentro de esos agujeros y, tanto el gozo como el placer que salen de esos grandes orificios, penetren en tu cuerpo descubriéndote más a ti misma, impúdicamente.

*Los periodos dulces y pequeños –para mí siempre serán pequeños–, que pasamos en tu apartamento o en el mío, son como una rutilación que no molesta ni lastima, y que no se parecen en nad...

Aguas danzantes de la ducha

Prosa poética erótica.

Aguas danzantes de la ducha

Nos estamos bañando, y yo estoy queriendo besarte por atrás, abandonando mi pecho en tu espalda. Estoy queriendo jurarle manualmente a tus pechos descomprimidos, el sólido amor que siento por ellos, para que sus tiernos pezones salten en puntillas –como para mordisquearlos sin daño y sin soltarlos–, y luego besar y lamer enardecidamente sus pliegues.

*Estoy queriendo enjuagártelos, para luego descender en tu estómago, siempre yendo muy despacio, con los ojos echan...

Abrazarte por atrás

Prosa erótica.

Abrazarte por atrás

Abrazándote por atrás y apoyar mi nariz en tu cuello, quiero embestirte hasta que no dejes de besarme la muñeca. Destruyendo las paredes de la distancia. Hay una diosa que está suspirando fuerte y en serie.

Abrazándote por atrás y apoyar mi nariz en tu nuca, quiero atropellar repetidamente tus posaderas hasta que no dejes de besar uno de mis brazos. Derribando todos los muros del alejamiento. Hay una diosa que está respirando con la misma intensidad que un motor de máquina pa...

Párrafos impúdicos (4ta parte)

Cuarta (y por ahora última) parte de una prosa poética erótica que tardé casi un mes en escribir.

Amo esas noches escarchadas –en las que, por obvias razones, estás enteramente vestida– en donde te pones a bailar o a moverte como una total desprejuiciada en la habitación, y el aroma de la sensualidad –de tu sensualidad– se convierte en algo casi tan omnipresente como el nitrógeno. A esas noches les tengo casi el mismo amor que siento por la mejor música, el mejor cine y el mejor teatro. Me enloquece cuando juntas y aprietas tus glúteos con mis partes bajas, como si de la nada se hayan convertido en iman...

Párrafos impúdicos (3ra parte)

Tercera parte de una prosa poética erótica que tardé casi un mes en escribir.

Mi prolongación venosa, cuyo bálano está acaloradamente alborozado –en estado de máxima tensión–, quiere aventurarse contigo. Entretenerse, divertirse, retozarse, quemar todas sus energías contigo. Lanzarse, apostar por ti. Pasarse entre tus mamas, entre tus bustos, entre tus esferas. Pasarse entre tus asentaderas, entre tus posaderas. Saludarse afectuosamente con tu monte de Venus, darse pequeños golpecitos y resbalarse varias veces con él o con tu periné. Tocar con su punta la cabecita de tu clítoris relu...

Párrafos impúdicos (2da parte)

La siguiente obra es una prosa poética erótica escrita con la intención literaria de transmitir sensaciones y no tiene como fin mayor la narración de hechos. Se recomienda leerla pausadamente, en silencio y en solitario, estando sentado o acostado en un lugar cómodo, preferiblemente de noche o en u

“Arranque pasional, lleno de irracionalidad”, escribiría una escritora de cuentos con pretensiones de poeta sobre nosotros si estuviera aquí, en su trabajo más largo. “Sus pieles se rozaban, y sus sentidos se iban turbando nuevamente, atenaceados y llevados por la pasión. Hay ternuras vocales, agua que se ve y agua que se escucha, espuma que se ve y espuma que se escucha. Lenguas comprometidas con sus respectivos deberes, agitaciones manuales se ven en los lugares más perfectos. Besos épicos y profundos, me...

Párrafos impúdicos (1ra parte)

La siguiente obra es una prosa poética erótica escrita con la intención literaria de transmitir sensaciones y no tiene como fin mayor la narración de hechos. Se recomienda leerla pausadamente, en silencio y en solitario, estando sentado o acostado en un lugar cómodo, preferiblemente de noche o en un día lluvioso. Se recomienda sobre todo tener la edad suficiente para poner su atención en el siguiente texto. No se aconseja terminar la lectura del libro en un solo día, es preferible que sea en una semana o en poco menos de un mes.

Mujer fogosa, ardiente como una antorcha y de sonrisa fresca y brillante –que genera un resplandor que da confianza–, si tus ojos están escondiendo secretos lujuriosos, imagínate los míos. Tu oferta me tienta. Quiero juntar tu boca con mi boca, entrelazar tu lengua con mi lengua, que tiene ganas reales de pecar contigo, y pensar que estoy haciendo uno de los mejores viajes de mi vida. Poner mi mejilla contra la tuya y coquetear con la idea de que estoy realizando uno de los viajes más lindos de mi vida. Rec...