Amante furtivo
Relato de una violación que se convierte en la mejor experiencia sexual de una mujer casada.
Como entre sueños escuchó la puerta de la entrada abrirse, soñolienta volteó al lado de la cama que normalmente ocupara su marido y al encontrarlo vacío concluyó que quien entraba a la casa era él, que como cada viernes regresaba de madrugada luego de irse de borrachote con sus amigos, resignada se acurrucó bajo las cobijas y de inmediato se quedó dormida. Minutos después unos amorosos brazos la rodearon y el cuerpo varonil del que supuso su esposo se repegó a su espalda, algo más, algo duro y erecto...