Al este del meridiano de Greenwich

Historias de Nueva York

Queridos amig@s, espero que me disculpéis por la gran demora, pero realmente en los últimos meses la salud no me acompañó para nada. Con todo mi cariño un gran beso. Mar.

Historias de Nueva York.

Llevaba casi una semana en la gran ciudad, siempre me encantaba volver;  pero esta vez se me estaba haciendo largo y tedioso. Desde las cinco en pie, el día transcurría rápido pero la noche era eterna, mi humor era igual de malo… que mi ánimo.

Apenas eran las cinco y cuarto me calce mis timber...

Al este del meridiano de greenwich 12

De enredos y otras historias.

--¡Adriana joder te comportas de una manera tan injusta! La agarre del brazo mientras caminaba airada por la playa . – ¡Déjame, yo sé lo que he visto! --¿Y qué coño has visto si puede saberse? Porque que yo sepa no ha pasado nada.

--Que te piensas que soy una imbécil,  te estabas besando con ella, ¡Nadie me lo ha contado lo he visto con mis propios ojos! dios no lo puedo creer.

–Ah muy bien; sabes… ves lo que quieres ver, mi palabra,  “mi palabra no sirve de nada”. –le dije a Adriana,...

Al este del Meridiano de Greenwich 11

Mar reía empezó a hablarle como solía hacer en casa, convencida de que el bebe reconocería su voz y se movería jajajajaj dios era increíble en ese momento mi hijo se volvió enseñando su carita y moviendo la manita, sus tías soltaron la carcajada por que realmente parecía que estuviera saludando.

Por fin encontré a mi chica la buscaba por toda la casa, desde que regresamos de Valencia, Mar estaba algo triste pero mejoraba de humor  a ojos vista; la encontré en el solárium estaba sentada mirando hacia la laguna, con un pantalón de gimnasia y un jersey de cuello vuelto en tonos ocre y gris, con esos calcetines tan monos de florecillas, sentada en un sofá de jardín con las piernas encima y la barbilla sobre ellas viendo el espectacular atardecer rojo y aguamarina.

Varios días la encontré así, mel...

Al Este del Meridiano de Greenwich 10

Mar subió hasta llegar a mis labios con los suyos húmedos y brillantes a causa del lubricante de mi sexo, me ponía a cien esa sensación de comer el fruto prohibido.

Cariño despierta mi amor, me decía Adriana mientras acariciaba mi rostro y besaba mi frente, abrí un ojo con mi sonrisa de medio lado pues me sentía muy feliz de despertar de semejante manera.

Adriana había preparado un suculento desayuno que trajo consigo a la cama en una bandeja, mi chica tenía esos detalles románticos que me ensanchaban el corazón, en la bandeja traía una camelia que era una de las flores que mas me gustaban, y de las que mi jardín estaba plagado.

–Ummm, hola cariño, ven mi a...

Al este del meridiano de greenwich 9

Me llevo a la silla, me senté y tire de ella hasta dejarla sentada a horcajadas sobre mi desabroche los botones de su precioso vestidito dejándolo caer por sus hombros tomando inmediatamente sus preciosas tetas, ya que no llevaba sujetador pues con ese vestido no hacia falta.

Frio y oscuridad, un lejano murmullo, quiero abrir los ojos pero no puedo, ¿Joder que me pasa, donde estoy? Y sobre todo. ¿Quién es este, que me esta hinchando a ostias? –Mar, Mar, cariño por favor despierta. –dijo Adriana, con lagrimas en la voz.

No se preocupe Doctora Rizzi, despertara, sus constantes son buenas, pero a tragado bastante agua y sobre todo el principio de hipotermia la tendrá unas horas así. No cuenta con suficiente energía, bien sabe usted que tiene que subir la temperatura por encim...

Al este del meridiano de greenwich 8

Adriana mi amor, necesito probarte, quiero sentir tu sabor en mi boca en mis papilas, tu olor uumm…--ya internando su lengua entre mis piernas, separando con ella los pliegues de mis labios mayores,

Ummm buenisiiimoo, que agradable, aun dormida sentía la extremadamente sensual caricia de mi amante, su lengua húmeda recorrer mi cuerpo, el pie, la cara interna de los muslos, bordear la depresión y el valle de mis glúteos, internar su lengua caliente, por el canalillo entre mis nalgas, camino hacia el torbellino de mi ano, girar y girar lentamente alrededor, volviéndome loca en el proceso, mordisqueaba mis nalgas, lamia y soplaba, erizando mi piel, con una mezcla de frio pero a la vez un calor abrasador,...

Al este del meridiano de greenwich 7

Lleve a Adriana al baño y puse a llenar la bañera, puse sales de loto en el fondo y cuando estaba a me dio llenar nos metimos.

Habían pasado cinco semanas, desde mi llegada, a ese alucinante aeropuerto, de Chek Lap kok en Hong Kong.

El aeropuerto en si, es espectacularmente hermoso, y a la vez sumamente aterrador, situado en una isla artificial, construida a tal fin. Daba la impresión, pero impresión, con mayúsculas, de que fueras ha aterrizar en un sello de correos, en la isla se encontraba la terminal, que era fantástica, luminosa, con una cúpula de cristal grandiosa.

La pista de aterrizaje era sumamente justa, por lo...

Al este del meridiano de greenwich 6

Aventuro su caliente lengua, por la curva de mis labios mayores, justo encima de el clítoris, pero sin tocarlo, girando con su lengua alrededor

Desde el ventanal del Cinco Jotas, un mesón, de la calle Serrano en Madrid, observaba el transitar de toda suerte de personajes, gays trasnochados, jóvenes niños de papa victimas y verdugos de la moda, cantidad ingente de nuevas ricas, autenticas Barbis geriátricas, vestidas con ropas dos tallas por debajo de la suya y completamente remozadas en silicona, como para acabar con las existencias mundiales…en fin una variopinta, y a su modo ordenada fauna urbanita.

Habían pasado tres semanas desde nuestro...

Al este del meridiano de greenwich 5

-Cariñooo…me corrooo, me corrooo, mientras se abrazaba fuertemente a mi.

Al despertar miraba a Adriana, que belleza, no podía estar más feliz, y al mismo tiempo más triste; en pocas horas tendríamos que separarnos, el fin de semana tocaba a su fin.

Adriana estaba acostada sobre las sabanas blancas de mi cama, boca abajo, con su brazo derecho rodeaba mi abdomen, su fragante cabello negro, desparramado por su cara, hombro y parte de su espalda.

La destape un poquito, para sin despertarla observar el conjunto de ese cuerpo, que era un autentico pecado, el contorno armon...

Al este del meridiano de greenwich 4

Sus ojos se pusieron brillantes, me abrazo por la cintura, rozo sus labios con los míos, apoyo su cabeza en mi pecho, y me dijo con su voz embargada de emoción, te prometo esforzarme todo lo posible por tener una relación contigo, acaricie su pelo y note como se estremecía

Dios como lo había deseado, me recorrió una sacudida enorme de la cabeza a los pies, quedando alojada en mi vientre, con unas pulsaciones que no se querían marchar.

La ceñí por la cintura,  pase  mi otra mano por su estilizado cuello, recorrí sus labios con mi lengua, note que habría su boca ligeramente y suspiraba. Estábamos recostadas sobre esa especie de cama que había construido Mar con esos soportes de madera para paletizar, en verdad nadie lo diría era un mueble alucinante y súper cómodo.

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