Epístola de amor
A ver...
Amada mía:
Es un elíseo mi vida desde que tú arribaste.
Torrentes de lava viva enervan mis arterias.
Sofocada está mi alma, sedienta de tus ósculos.
Cada noche que te pienso me arrebata el éxtasis.
A todo lugar que voy, te llevo conmigo.
En todo sitio que llego, tú estás ahí.
Cada jardín que visito me recuerda tu bálsamo.
En donde sea que acecho, te presiento allí.
¡Concédeme, querida; déjame ser tu amo!.
**Permíteme d...