Conversaciones con Vieri32

Longino se adentra en los dominios de Vieri32 para conversar con él. ¿Será bien recibido?

Las sandalias claveteadas permitían cierta ventilación de mis doloridos pies. El mayor problema lo ocasionaba el pesado pectoral de escamas que hacía sudar la gota gorda en aquella impenetrable jungla. Los calambres en el brazo se sucedían uno tras otro sin tregua. Llevaba más de tres horas cortando maleza con el gládius sin que el menor claro se vislumbrase. El herrero me iba a crucificar por hacer tan mal uso de uno de sus estupendos filos.

Por fin llegué al sitio indicado en el mapa. El pequeño cla...

La vecina de Julia

Ojeé entre mis cortinas. El comedor de mi vecina estaba tenuemente iluminado pero, a pesar de ello, se podía ver con claridad la escena. Gloria estaba arrodillada encima del sofá con los codos apoyados sobre el respaldo. Ofrecía su espalda y sus nalgas a un tipo de impresionante cuerpo esculpido dur

Por enésima vez aquel día, me cagué en todos los santos que conocía. “Es una bendición encontrar trabajo hoy día con las cosas como están”, dijo Carlos cuando me llamaron de mi antiguo trabajo. No era exactamente para el mismo supermercado, debería cubrir las vacaciones veraniegas en otros centros. Sabía que tenía que aceptarlo, ¡pero coño!, justo ahora que me iba a marchar al pueblecito costero de mis suegros. ”Por lo menos harás algo productivo en vez de tirarte los dos meses tomando el sol con los niños”...

31d 24h

Feliz año en 199 palabras. Para que luego digan que me extiendo mucho.

¡Coño! con 199 palabras me dice que es demasiado corto.

La plaza estaba salpicada de pequeños puntos blancos. Miles de tiendas de campaña, de todos los modelos y de un solo color, el de la nieve recién caída. Una marea multicolor de indignados abarrotaba la plaza y las calles cercanas.

Una joven de rastas ofrecía una naranja a un sonriente Policía. Una niña se hurgaba la nariz, mientras observaba alucinada cómo una pareja de góticos se devoraban las bocas. Un discapacitado en silla de ruedas zig...

A ciegas

Fue un beso lento, largo y profundo. Se saborearon con deleite por las sensaciones tanto tiempo olvidadas. Las manos acariciaban con ternura mientras los brazos se enredaban en fuertes lazos de consuelo.

Los cinco metros de ascensión, desde la boca del metro hasta la cima de la pirámide de cascotes, se hicieron eternos para Mya. Debía apoyarse en manos y pies para lograr mantener un precario equilibrio en aquella montaña de piedras y ladrillos sueltos.

La claridad, a pesar de la luna nueva, no fue un problema para la joven, que había tenido suficiente tiempo para aclimatarse en los diez largos minutos de escalada.

Oteó a su alrededor en busca de potenciales peligros. La luz de las estrellas no p...

La calentura de Julia

Tomé tus manos y las dirigí a mi cintura. Como siempre, enseguida bajaste hasta aferrar con fuerza mis nalgas. Tu boca se separó de la mía corriendo a tomar un enhiesto pezón entre tus labios. Pero no. Aquel día no necesitaba tus besos ni tus caricias. Necesitaba urgentemente ser follada.

En aquella mañana de domingo, solo una idea dominaba mi mente; cómo deshacerme de nuestros hijos. No, no es que los quisiera matar, aunque en ocasiones… Tan solo deseaba perderlos de vista el tiempo necesario para aplacar el cosquilleo con el que me había levantado.

Me acerqué al baño donde te observabas en el espejo con un bote de espuma de afeitar en la mano.

Desde detrás de ti, acaricié ese rostro tan familiar. Primero, de arriba hacia abajo, sintiendo el aterciopelado vello del rostro; luego...

La exhibición de Julia

Abrí el grifo y poniendo las manos en forma de cuenco, empapé mi camiseta. La forma de los pechos se podía percibir sin ninguna dificultad. Los pezones oscurecían la tela marcando su endurecido relieve de forma nítida.

Tomé mi generoso busto entre mis manos mirándome frente al espejo del baño. Bajé acariciando la ligera curva de mi vientre. Llevé las manos a mis costados, sintiendo la imperceptible piel de naranja que adornaba mis muslos. Solo tenía aquel cuerpo y estaba decidida a disfrutarlo.

Ahora sería incapaz de decidir en qué momento cambió todo. Tal vez fue el día que Ángela comenzó el instituto. Pudo haber sido cuando mi madre me advirtió la presencia de patas de gallo en mi rostro, puta manía de sonreír tan...

Caricias especulares. (Soberbia)

Cuando el triunfo, el poder, te eleva tanto por encima de todos los demás que ni siquiera logras encontrar alguien sexualmente a tu altura.

Se sorteará un desodorante de aerosol entre todos los comentarios.

El solitario camino, desde la plaza de aparcamiento hasta la puerta de los ascensores, se me hizo interminable. Cada uno de mis erráticos pasos, sobre mis altos tacones,  me traía a la memoria las seis copas de Moët Chandon que había tomado durante la cena. Me había ganado con creces, todas y cada una de aquellas diminutas burbujas. Diez meses de angustiosa tortura habían concluido aquella misma mañana. Era un motivo más que suficiente...

El pianista

Toca otra vez, viejo perdedor (coma) haces que me sienta bien. Es tan triste la noche que tu canción sabe a derrota y a hiel. Aquella noche tendría un sabor a victoria y miel gracias a una musa que vino a alejar sus demonios.

Entre todos los comentarios se sorteará un metrónomo mecánico. Sí, hay que darle cuerda y no diferencia entre el compás y los tiempos pero es más auténtico con su péndulo.

“Un plano inclinado de firme deslizante es una combinación perfecta para el desastre, para acercarse peligrosamente al abismo. Un ligero cabeceo y una caída hacia un fin agónico”.

La columna de dos cubitos se deshizo cuando El de encima cayó al dorado líquido con un tintineo que devolvió al hombre al presente. “Siempre dos hie...

Piel, cartón y fuego

Quién no ha deseado en alguna ocasión que algo inesperado ocurra. Quién no ha tenido la fantasía de hacer el amor en un sitio abarrotado de gente.

Entre todos los comentarios se sorteará un masclet.

Destellos de distintas tonalidades adornaban fugazmente el oscuro cielo. Explosiones de brillantes colores: plateados, dorados, rojos, azules, provocaban las admirativas expresiones de la aglomerada concurrencia.

El gentío se hacinaba en la pequeña plaza, transmitiendo sus afectuosas intenciones de las más diversas maneras: Había quien, con su codo, deseaba acariciar el costado de su compañero; los habían que hacían piececitos dejando caer indi...

Cuervo blanco

Un jardín, un violín y 50 años de diferencia.

Me siento en la obligación de advertirte, querido lector, que el contenido sexual de este relato es meramente circunstancial sin contribuir al objeto principal de la trama.

Hablando en plata, que no es para leer con una sola mano.

Entre todos los comentarios, se sorteará un walkman con dos cintas TDK de cromo.

Recomendación: http://www.todorelatos.com/relato/73488/

RELATO

La suave temperatura y el agradable sol de principios de primavera, invitaban a pasear por aquella ciudad M...