La Libertad_10
Mi excitación sexual, desbocada por todo lo vivido (y lo reprimido) en casa de mis primos, prende fuego en la casa de Lorena. Y en parte del vecindario...
Cuando Lorena me cogió el teléfono, pensaba que la llamaba para quedar más tarde, como habíamos acordado. Al decirle que estaba en su calle llegando a su casa, no tardó ni medio segundo en decirme que sí, que no se había puesto aún a trabajar, pero que no tenía problema alguno en empezar antes si a mí me venía bien. Su voz sonaba sorprendida y contenta, hasta con un nervioso matiz de euforia. Mmmmm. "Es tan linda" me dije.
- Pues estoy allí en un minuto.
Bueno, por lo menos la cosa me iba...