El probador
Aquí os relato el encuentro que tuve con un hombre maduro que conocí en internet cuando era jovencita. Espero que os guste.
No sé qué me llevó a aceptar la sórdida proposición de aquel hombre. Llevábamos chateando por Messenger durante meses, y la verdad es que me sentía más cómoda con él que con la mayoría de mis amigas. Era amable y terriblemente divertido. Me hacía reír como una tonta cada noche mientras chateábamos. Nunca me mintió y eso me daba una extraña seguridad; desde el primer día en aquel chat público me dijo su auténtica edad, 45 años. A pesar de tener casi la edad de mis padres, mantenía una especie de espíritu jov...