Taxi a Paris
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Los siguientes días fueron como unavance de las hogueras del infierno: iba al trabajo, volvía a casa, dormía, iba al trabajo...
Dormir no es precisamente la palabra adecuada para describir las largas horas que pasaba dando vueltas en la cama, y tampoco se puede decir que fueran noches inolvidables.
Después de una semana así, tenía el aspecto de un fantasma. Mis colegas, siempre tan bienintencionados, me mandaron a casa con el convencimiento de que allí podría descansar, pero en realidad sólo sir...