Un encuentro afortunado (2)
...con un arranque nada propio de mi la levante por la cintura y la arroje contra la cama , ella me miro sorprendida pero al instante se acomodó entre los cojines, gatee por la cama como acechándola y la volví a besar, sus manos me jalaban contra ella y sus piernas se abrieron esperándome...
-Ahora si me vas a decir de donde conoces a esa diosa-
Gerardo hablaba cubriéndose la boca para evitar que la profesora de literatura lo viera perdiendo el tiempo en lugar de tomar apuntes, desde aquel día en el bar no había parado de preguntarme por Laldia, yo solo le respondía encogiendo los hombros “es una amiga del campus”, pero él quería detalles y yo no estaba dispuesto a dárselos
-ya te dije es una amiga nada mas-
La profesora nos lanzó una mirada asesina desde la pizarra donde esta...