Obsesionado por los pechos maduros II - Jesusa
Sigue la historia de Jesusa, en esta parte aparece también su marido ausente en la primera
Poco después volví a ver a mi amigo en una zona de copas de Madrid y mientras nos tomábamos algo empezamos a hablar.
- ¿Que tal el otro día con tu madre, Jesús (así se llamaba)?, cuando me fui le estabas empezando a comer las tetas.
- Si, y fue lo único que comí, estaba muerto de cansancio y me fui a echar la siesta, si por lo menos hubiese tenido leche.
- No te quejes, que tu te alimentaste de ellas cuando eras pequeño, ya me hubiese gustado a mi mamarselas todos los días.
- En eso tienes razón, lo mal...