El lector dominante 7
Inés sigue en la tienda donde la había conducido su hija. Le esperan muchas sorpresas.
Quiero dedicar este relato a
Heliogobalo, quiero decirle que siento mi cobardia. Quiero ser suya. Sencillamente, no me atrevo a dar el paso necesario. Le pido publicamente perdon.
No sabia que decir. Lo primero que me vino a la cabeza es ¿que sabia ella?, no pensé en ese momento que si lo sabia es que ella también podía ser “victima”. Me horrorice. Siempre habíamos tenido una buena complicidad, y a pesar de la diferencia de edad nos gustaba vestir de la misma manera. Solíamos ir de compras juntas,...