Kiko el chimpancé

¿cuando dejamos de ser lo que somos?

Kiko era un chimpancé que vivía en un circo ambulante. Se vestía como el resto de titiriteros, fumaba, comía con ellos en la mesa y, de vez en cuando, se tomaba un chupito de wisky con ellos.

Un día, se cruzaron con otros cómicos ambulantes que, también, tenían un chimpancé. Los dos simios se quedaron mirándose fijamente a los ojos, extrañados, expectantes.

Como ya era casi de noche las dos carretas pararon en un claro y se dispusieron a pasar allí la noche, aprovechando para charlar unos c...

Cómo mama mi mamá

Carmen se retorcía y jadeaba poseída, envistiendo con la pelvis, uniéndose al rítmico compás de sus cinturas. Ignacio observaba su miembro entrando y saliendo, con virulencia, casi con saña.

Sintió como un vacío que precedía a la saturación, poderoso como un tsunami. Y así como en este las aguas se retiran para inminentemente arrasarlo todo con la gran ola, temió su incontinencia, la vio llegar, ruidosa, rugiendo en sus entrañas, abocando al exterior con la fuerza de la marea.

Carmen se retorcía y jadeaba poseída, envistiendo con la pelvis, uniéndose al rítmico compás de sus cinturas. Ignacio observaba su miembro entrando y saliendo, con virulencia, casi con saña. Ella lo agarraba de...

Dios y el sexo

y el hombre creó a Dios a su imagen y semejanza.

Si Dios nos ha creado sexuados, y después de la muerte seremos espíritus asexuados, como los Ángeles, esto, deja al sexo en un ámbito meramente terrenal.

¿Por qué, entonces, se empeña la iglesia en poner tantas trabas, prohibiciones y pecados en una característica otorgada por Dios? Que, además, no es opcional, sino que viene de serie.

Y no me refiero al sexo como sistema reproductivo, sino que al sexo puro y duro, al sexo especialmente dotado para el placer del que Dios nos ha dotado en u...

Blanca y radiante

Entrégate a mi, si, que entre lágrimas te tomo, dulcemente te penetro y cada centímetro de tu piel exploro.

Yo aposté por ti cuando ya nadie lo hacia. Yo te saqué de aquella parcela y te abrí la puerta de mi casa. Yo, al que siempre habías despreciado o, peor aun, ignorado. Pero ahora es distinto, a pasado el tiempo y solo me tienes a mí.

Me alegro, y sabes que te perdono, que no soy rencoroso, que no me importa tu pasado, con cuántos te hayas acostado, sino nuestro presente. Y no digo futuro, por que sé, que no estarás mucho tiempo conmigo, lo sé, pero no me importa, voy a aprovechar hasta el último...

Las cuatro estaciones (de mí, de la otra)

Primavera, verano, otoño e invierno.

Hierve mi sangre, despiertan mis sentidos, arde mi piel en contacto con la tuya. El tiempo se acelera, avidez en las miradas, ansias que no se colman ni con fuegos de pasiones. Me satura la emoción, amor en estado puro, sexo caníbal que devora nuestros cuerpos. Condimento en mi vida, se duplican los colores, y hasta el aire que respiro, me trae tu aroma y me obnubilo. El fuego me domina, me prende una simple caricia, me recorres, me conoces… como nadie nunca antes.


Pasión densa y tranq...

Las ratas

El lobo seguía sin quitar ojo al rebaño, le rugían las tripas y se le hacia la boca agua pensando en hincarle el diente a una de ellas.

Estaba una pareja de ratas, subida en un montículo de tierra y desde su oteadero, observaban un rebaño de ovejas.

-Estas malditas ovejas si que viven bien. Decía una de las ratas. Ahí tienen la hierba, justo debajo de sus hocicos, no tienen más que agacharse y comer, no hacen nada en todo el día; comer, dormir y cagar. Estas si que viven bien.

Al otro lado del rebaño se encontraba un lobo agazapado entre la maleza. Las ovejas, que ya lo habían visto, seguían comiendo inquietas.

-Esto...

El vagabundo

En ocho lineas...

Nadie sabía su nombre, lo llamaban "el pelos", era un viejo vagabundo que llevaba cinco años durmiendo en un banco del parque. Un día apareció muerto y se lo llevaron al depósito.

Dicen que tenía millones, guardados por si algún día le hicieran falta. Pero Manuel Nieto Horticosa no tenia nada, ni dientes, solo tenía una estampita de la Virgen de los Desamparados que guardaba con cariño.

"Dedicado a Manu, esté donde esté"...

El amante fugaz

Su mano me quema y siento en el vientre la frustracion que me aguarda...

Siento que llega

Se acerca a la cama

Noto su aliento

Ya trae unas copas

Me hago la dormida

Me giro cansada

Como si nada

Le doy la espalda

Pesado se arrastra

A mi vera se asoma

Acaricia mi espalda

Y su mano me quema

Me besa en el cuello

Y busca mi boca

Me arde en el vientre

La frustración que me aguarda

Te quiero, te amo

Te necesito

Y yo se que es cierto

Pero solo para un rato

Accedo, me de...

La leche nuestra de cada día.

A ver, jovencito, qué tienes ahí. Y se la chupó alegremente, a conciencia, disfrutándolo

Estela salio de su casa a las nueve de la mañana para ir, como todos los días, al gimnasio. Al llegar al cruce de carretera vio a un muchacho haciendo auto stop. Abrió la ventanilla y le preguntó a donde iba

–Al centro comercial- respondió tímidamente el joven.

–Sube, te llevo. Y qué ¿a pasar la mañana?

-Si, voy todos los días desde hace un año.

-(…)

-Cosas mías

Ya en camino el joven comento:

–Nunca me han hecho sexo oral.

-Bueno… no se…. Si puedo ayudarte…....

Hasta que la muerte nos separe

Un relato en 10 lineas.

Con paso trémulo sube a la banqueta, deja caer el cuchillo y se arregla el nudo alrededor del cuello. Con un movimiento vuelca el taburete y su cuerpo, en suspensión, se balancea como un péndulo. Estertores. En un último aliento de arrepentimiento, con sus manos, agarra la soga y no hace más que alargar la agonía.

Sus ojos se clavan en los de su esposa, miradas pálidas, caras de pánico. Se agota el aliento, un último suspiro, y ella parece, parece… que sonríe.

El cuerpo inerte gira en la s...