Mi mejor desayuno

Cuando la vida se comparte con la persona apropiada.

S

olo existía algo mejor que despertar con la luz del nuevo día, y era despertar con la luz del nuevo día haciendo contraluz en su cuerpo asomado a la ventana. A ella le gustaba mirar los colores del amanecer, a mí su silueta recortada y los claroscuros en su piel. El humo se elevaba delante de ella, era su primer cigarrillo, lo que me decía que ya había tomado el café. Me quedé mirándola, siempre lo hacía, era mi manera de despertar, ella lo notaba y sabía cuánto me gustaba, por eso se quedaba ahí, aunq...

Tras la barbacoa

Cuando la fiesta decae no está necesariamente acabada.

Estábamos bastante perjudicados al caer la tarde.

Isa dormía una buena cantidad de alcohol en el sofá mientras Elia, Salva y yo seguíamos compartiendo porros alrededor de la mesa de café, sentados en el suelo.

-No me queda energía, creo que me voy a echar. –Dije mareado después de apurar la cerveza.

Habíamos empezado a las diez de la mañana y sólo quedábamos los cuatro en casa de Elia.

Los cuatro éramos amigos desde el colegio, por lo que aquella casa no nos era nada desconocida.

...

La petición de Ana

Disfrutando los placeres de Ana, mi amiga exhibicionista.

“Hola, me llamo Ana, y he leído tus relatos. El motivo por el que te escribo es porque me gustaría darte una historia a narrar. Tengo un punto exhibicionista que me gustaría explotar en tu compañía, yo pasearía por un lugar acordado y tú me seguirías durante todo el trayecto. Al final tendrás material sobre el que escribir. ¿Te parece buena idea?”

Así fue mi primer contacto con Ana, al recibir este e-mail. Le respondí aceptando su propuesta. Habíamos quedado a las diez en uno de los centros comercia...

Sácatela

Si ella te pide que lo hagas: hazlo.

C

uando entramos al salón Isa ya dormía en el sofá, así que bajamos la música para no despertarla y nos sentamos en el suelo junto al equipo de música. Echó los brazos atrás y se apoyó sobre las manos. Cerró los ojos y movía la cabeza. Yo escuchaba la canción y la miraba. Me sentí afortunado de ser quien era y tener lo que tenía. Elia salió de su ensimismamiento.

—Ufff... Esta canción es genial, hasta me excita.

—Pues soy la única opción que tienes, así que tú sabrás si cambias la canción...

Es verano en el Bus

Siempre tuve la fantasía de hacerlo en un sitio público, nunca sospeché qué lugar sería.

El autobús iba completo, nos apretábamos como podíamos. En cada arranque y parada podía ver como los cuerpos se hacían hacia delante o hacia atrás, tropezándose entre ellos. Además, era verano, y el calor que desprendíamos era muy notable. Yo había conseguido ponerme al final, en la esquina y en pie, pero apoyando la espalda, y ya iba sudando. Volvía a casa después de haber pasado unas horas en la piscina, por lo que llevaba el bañador y una camiseta únicamente, pero aun así el sudor resbalaba por mi cuerpo...

Salida rural

A la naturaleza se le responde con naturaleza.

Por la mañana fuimos a hacer senderismo, nos perdimos montaña adentro caminado hasta llegar a una enorme roca que hacía las funciones de mirador. Nos habían comentado que en esa época los ciervos estaban en celo y se podían ver las luchas entre los machos desde ese mirador, pero cuando llegamos no vimos nada más que el paisaje.

Sacamos unos bocadillos y comimos esperando pacientemente.

Cuando acabamos me tumbé. Todos hicieron lo mismo y nos quedamos dormidos.

Pasó más de una hora ha...

La chica del chat

Una inocente jovencita quiere experimentar.

C

hateábamos a menudo. Ella tenía diecinueve años y me había confesado que aún era virgen, hasta el punto de no haber visto un pene. A mí me sorprendía porque, según se sabe, hoy los adolescentes están en contacto con el sexo mucho antes que de lo que lo estuvimos los de mi generación, pero ella era distinta, me confesaba que tenía ganas, pero que no se decidía, que sentía un poco de miedo, por una parte, y por otra no sabía en quien confiar para pedirle sin consecuencias que la dejara hacer, experimenta...

Recuerdos del instituto

Siempre hay una primera vez, y no siempre está controlada.

Rebeca era mi mejor amiga, nos conocíamos desde niños, pero ella había sido más precoz, había estado con varios chicos y en ese momento tenía novio, un chico que estudiaba medicina en la universidad. En cambio yo, a mis casi dieciocho cumpleaños, aún era virgen. A lo más que había llegado era a besar y tocar sin demasiada fortuna, y ella siempre me decía que era por mi timidez, que debería lanzarme, pero cada vez que lo intentaba no me acompañaba la suerte.

Un día, caminando hacia el instituto, me pre...

Una vecina voyeur

Mi vecina sabía que me gustaba mirarla por la ventana, así empezó el juego.

Ella solía estar en casa con las braguitas y una camiseta corta, hacía tiempo que lo sabía y a veces me paraba a mirarla. Me apoyaba en mi ventana y la observaba como iba limpiando de aquí para allá. Ya se había dado cuenta de mi presencia semanas atrás, pero no parecía disgustarle. Diría incluso que le gustaba exhibirse, porque cuando la miraba hacía gestos y posturas provocativas y orientadas hacia mi ventana. A fecha de hoy no conozco su nombre, aunque cuando nos vemos por la calle, en el supermercado o...

Te espero en el bar

El arte de disimular gozando.

Y

o estaba leyendo el periódico cuando la vi entrar con aquel vestido ligero de verano y venir hacia mi mesa.

  • ¿Llevas mucho esperando? – Preguntó.

  • Diez minutos, no te preocupes. – Respondí.

Ella se sentó a mi lado, en el extremo de la pequeña mesa, a cuarenta y cinco grados de mi posición. Nos besamos cordialmente, hacía seis meses que no nos veíamos, y ambos sabíamos que ese era mucho tiempo. Hicimos un gesto a la camarera para que nos tomara nota. Pedimos una bebida cada uno...