Las bailarinas del Marte Rojo

Mi amigo y yo no podíamos quitarnos de la cabeza a aquellas dos nuevas strippers del club... hasta que decidimos pasar a la acción.

Tecleé la dirección con dedos temblorosos, tuve que rectificar un par de veces antes de apretar enter. Mi amigo se acomodaba en la silla mientras yo me dedicaba a mover la ruedecilla del ratón arriba y abajo en busca del enlace deseado. Ambos estábamos ansiosos por si algún buen samaritano había vuelto a colgar otro de aquellos videos que tanto nos habían marcado en las últimas semanas.

Marcos señaló un icono en la pantalla y pinché en él con el cursor. Al tiempo que se cargaba el buffer, di gra...

Dulce obsesión

Era sólo una amiga, pero me obsesioné con ella. Transcripción de un suceso real que me llevó a cumplir mi sueño de poseer a aquella chica que me traía de cabeza.

Te lo pregunto a ti, lector, y te insto a que hagas la misma reflexión con tu propia experiencia: ¿has estado alguna vez enamorado? Ya seas hombre o mujer, seguro que contestas afirmativamente en el silencio de tus pensamientos. Las manos titilantes, el vuelco en el estómago, el corazón que se desboca, la garganta que se cierra y se seca… Vemos a la amada (mujer en mi caso, como hombre heterosexual que soy y que escribo estas confesiones) y el mundo se reduce a ella, no existe nada más, y queremos mir...

Anécdotas (1: Elena, la novia de mi amigo)

Hace años que transcribo cosas que me pasan y las guardo en una carpeta perdida. Es hora de recuperar estos relatos inconclusos pero fidedignos.

Mayo, 29 de marzo de 2004.

Tengo muy poco tiempo para escribir, así que iré más rápido de lo normal. Pido disculpas, pero al final desvelaré el porqué de esta falta de tiempo

Todo comenzó ayer por la noche. Fui con unos amigos a tomar unas copas a una discoteca, y la verdad es que la juerga comenzó bastante normal, pero acabó de forma muy extraña.

Alrededor de la una de la madrugada, mi amigo David se empezó a encontrar fatal. "Te has pasado con las pastillas", le dije. En realidad, y...

Anécdotas (2: Hermanas y vecinas)

Hace años que transcribo cosas que me pasan y las guardo en una carpeta perdida. Es hora de recuperar estos relatos inconclusos pero fidedignos.

Miércoles, 21 de julio de 2004.

Una tarde cualquiera de verano entré en el portal de mi apartamento cargado de bolsas de la compra. Aunque, en realidad, mi residencia actual no podría describirse como "apartamento"; es más bien un ático que consta de dos habitaciones y un cuarto de baño. El inconveniente es que el pasillo es demasiado bajo, no así el resto de la casa. Pero bueno, vayamos a la historia.

Como decía, empecé a subir las escaleras acompasadamente, pero me detuve cuando los vecin...

Marián

No éramos amigos, así que no teníamos nada que perder. Historia real.

MARIÁN

Cuando escribo estas líneas, sólo han transcurrido apenas 24 horas de la historia que os voy a contar. No tiene nada de especial, pero por alguna razón no me la saco de la cabeza desde que ocurrió (que fue ayer mismo, como ya os he mencionado), así que me voy a desahogar transcribiéndola lo más fielmente posible en este teclado.

Todo empezó a eso de las seis de la tarde de un caluroso día de julio. Iba hacia la facultad para recoger las últimas notas del curso, y por el camino me en...

La proposición de mi primita

Historia real de una propuesta (in)decente que nos llevó a mi primita y a mí a conocernos más a fondo.

LA PROPOSICIÓN DE MI PRIMITA

Después de tres años sin publicar, se podría decir que mi "profesión" de escritor de relatos eróticos había llegado a su fin. Debo reconocer que me halagaba ver incrementado mi contador de visitas y de puntuaciones, así como los comentarios que profesaban mis trabajos, pero decidí dedicar mi atención a otros asuntos. Sin embargo, hace apenas unos pocos días me ha ocurrido un suceso real del que he sido incapaz de no escribir sobre él. Por tanto, y tomando el pre...

Ángeles en la Tierra

Hay muchas chicas guapas por el mundo, pero sólo unas pocas son angelicales. Mis amigos y yo tuvimos la fortuna de encontrarnos con algunas de estas bellezas divinas.

Hay muchas chicas guapas por el mundo, pero sólo unas pocas son angelicales. Mis amigos y yo tuvimos la fortuna de encontrarnos con algunas de estas bellezas divinas.

Ángeles en la Tierra

Este es un relato de ficción. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Cuando el presentador dijo nuestros nombres me pareció estar soñando despierto. Los focos del plató provocaron en mis amigos un sentimiento de euforia que yo no compartía. Debo confesar que estaba muy nervioso, y...

Aida y Sandra (III: La violación)

Se volvía loco pensando en Aida y en Sandra... se imaginaba de todo.

Aida y Sandra III: "La violación"

Antes de empezar, quiero decir que este relato y los anteriores

sólo

tienen en común a sus protagonistas, que son los mismos. Para no tener que recurrir a la descripción de personajes en cada relato, al principio de cada uno incluyo el comienzo del primer relato.

Cuando me ocurrió esto, yo tenía 15 años. Nunca había tenido novia, y eso que me gustaban mucho las chicas. Sobre todo Sandra y Aida. Eran de mi edad, y me excitaban muchísimo.

Sandra er...

Aida y Sandra (II: En el gimnasio)

Se lo pasa realmente bien con sus compañeras de clase.

"Aida y Sandra" (II): "En el gimnasio"

Antes de empezar, quiero decir que este relato y el anterior

sólo

tienen en común a sus protagonistas, que son los mismos. Para no tener que recurrir a la descripción de personajes en cada relato, al principio de cada uno incluyo el comienzo del primer relato.

Cuando me ocurrió esto, yo tenía 15 años. Nunca había tenido novia, y eso que me gustaban mucho las chicas. Sobre todo Sandra y Aida. Eran de mi edad, y me excitaban muchísimo.

Sandra...

La Chica perfecta (I: Iria)

Siente gran atracción por una chica, y por casualidad la descubre algo que le sorprende...

Cuando me ocurrió esto, yo tenía 15 años. Nunca había tenido novia, y eso que me gustaban mucho las chicas. En especial una. Ni siquiera había hablado alguna vez con ella, sólo la veía cuando salía de la academia. Ella salía a las cinco, y yo entraba a la misma hora, así que sólo la veía unos segundos tres días a la semana. Me parecía demasiado poco, pero un buen día un amigo me alegró la vida.

Me contó que la conocía de verla en una discoteca, que era muy simpática y que se llamaba Iria. Cómo no...