Esposas Perfectas S.L. (I)

Una sociedad de hombres extraordinarios. Un nuevo socio. Una hembra que necesita dueño.

Esposas Perfectas S.L. (I) - El regalo de bienvenida

"Una sociedad de hombres extraordinarios. Un nuevo socio. Una hembra que necesita dueño"

La hembra permanecía de pie sobre altísimos tacones de aguja; las manos cruzadas sobre el regazo, las piernas juntas, la espalda recta, firme. Una estatua de carne prieta, un mueble más adornando la lujosa habitación. Puede que incluso el más caro. Puede. La mirada culta de Sebastian reconoció la firma de Dalí colgando de una pared. Justo al lado, sobre fo...

Mujercitas (III) - Una yegua joven a medio domar

La disciplina se hace necesaria para que la pequeña aprenda a respetar al hombre de la casa.

Este relato es la continuacion de:

"Mujercitas": http://www.todorelatos.com/relato/104048/

"Mujercitas (II) - Jovenes y abiertas": http://www.todorelatos.com/relato/105048/

MUJERCITAS III – Una yegua joven a medio domar

Hay mujeres que llevan la rebeldía en la sangre. En ellas no es una cuestión de educación, sino de carácter ardiente. Pero un domador experto sabe qu...

Mujercitas (II) - Jóvenes y abiertas

Mi vuelta a casa será toda una sorpresa para mis dos hijas adolescentes, que duermen, tranquilas y juntas, sin saber lo que les espera

Este relato es la continuacion de "Mujercitas":

http://www.todorelatos.com/relato/104048/

MUJERCITAS II – JOVENES Y ABIERTAS

Laura y Elena. Laurita y Elenita. Dos yeguas feroces. Los suculentos frutos de la juventud alocada e inocente de mi mujer. Bloques de arcilla que el destino puso en mis manos. Durante años les di forma con humedad y suaves caricias. Cuando la arcilla endureció, pulí los detalles a golpe de cincel. Ahora poseo dos...

Mujercitas

Después de un largo viaje, un padre de familia vuelve a casa y les da una sorpresa a sus chicas.

Supongo que ya no soy tan joven como antes. La noche anterior había caído rendido, tras el largo viaje de vuelta a casa y el reencuentro con mis chicas. Han sido pocas horas de sueño y esta mañana me he levantado agotado.

Aún conservaba al despertar el breve recuerdo -uno de esos recuerdos inseguros de sueño a la fuga- de los labios de Roxana dándome placer a primera hora de la mañana, su cabecita arriba y abajo mientras se afanaba con suavidad, con cuidado de no despertarme. Aun ahora, completamente...