Antecedentes y Sucesiones - 2
Gracias a Mr. F.
Emma se abrazaba a sí misma, contemplando un reluciente Central Park a través de la ventana. Era un día extraño, pues, sólo era viernes por la mañana, como todos los demás, ruidos neoyorquinos: entre naturaleza y urbanismo, bocinas, taladros, pajaritos, un día cualquiera, pero extrañamente no era cualquiera. Siempre pensó que un día así no tenía nada de especial, nada de diferente, que era un día como los demás, que simplemente no se iba a trabajar y que, a la hora, a la que usualmente salía del estudio, es...