Yo. Segunda parte.
En su habitación. Nuestra primera vez. Inicio el camino hacia mi esclavitud.
YOSegunda parte
Recuerdos de nuestra primera vez.
Entramos a un ascensor que nos llevó directo al último piso. En silencio. Mi mano en la suya y mi corazón latiendo fuerte, en una mezcla de temor y deseo.
Me sentía excitada y mis genitales tomaron vida propia. Mi clítoris latiendo e inflamándose y mi vagina mojada por los fluidos que mojaban mi braguita.
Entramos a una espaciosa suite, con vistas al atardecer en la ciudad.
- Violeta, siempre eres tan callada? -
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