Entregada al jefe de mi marido

Como poco a poco, casi sin querer hacerlo, me voy metiendo en un juego cada vez más peligroso. La seducción de un hombre mayor que además es el jefe de mi esposo.

—Cariño, si me pongo ese vestido, voy a tener toda la noche al pesado de Don Ramón, detrás de mí como a un moscón, —protesté riéndome.

—Pero si a ti te encanta que los hombres te miren, —respondió mi marido.

—Te aseguro que no en el caso de tu jefe. Se pone demasiado pesado.

—¡Déjalo que disfrute! Mujer, —dijo mi marido sonriendo—. Así se le dulcificará un poco el carácter, que cada vez que cumple años, no hay quien lo aguante.

—Ya… sin embargo, es luego a mí a la que me toca aguanta...

Seducida por el Amigo de mi Hijo III

Cada vez me siento más atrapada y excitada por el amigo de mi hijo

El jueves me levanté muy nerviosa. Sabía que esa tarde iba a tener que enfrentarme cara a cara, a mis propios errores. Tendría que explicarle a un crío de dieciocho años, que todo había sido un capricho, un absurdo juego por mi parte.

Llevaba toda la semana pensando que iba a decirle. Ensayando un discurso que resultara creíble y, sobre todo, que no dañara el ego o la autoestima del chico. Además, al mismo tiempo intentaría limpiar mi imagen ante él. Algo que me hiciera quedar, como una madre y esposa...

Seducida por el amigo de mi hijo. Parte II

Poco a poco, voy sintiendo la necesidad, de convertirme en la amante del amigo de mi hijo

Mientras ponía la cafetera a calentar, esperando que Iván viniera a la cocina. Recordé, que la sensación de excitarme al ver un hombre masturbarse, no era algo nuevo para mí. De repente vino a mi cabeza el recuerdo de un día, cuando aún era muy jovencita. Llevaba saliendo un par de años con mi exmarido.

En mi ciudad, hay un monte cercano donde por la noche suben las parejitas en coche a buscar ese momento de intimidad, que tanto se necesita. Pero a su vez, por la zona también solían subir algunos voye...

Seducida por el amigo de mi hijo

Como poco a poco fui convirtiéndome en la amante del mejor amigo de mi hijo.

Prólogo:

Sin duda este es el relato más difícil de todos los que he escrito hasta ahora. Tan complicado, que incluso al releerlo, he tenido ciertas dudas o miedo, a la hora de publicarlo. Tanto por la cercanía del personaje protagonista, un amigo de mi hijo. Como por unas situaciones personales, que ni entendí en su momento, ni llego a comprender ahora.

Explicar en un solo relato todas las situaciones, las emociones, el sexo, el morbo, el placer, las dudas, el miedo, o los sentimientos encon...

Subastada en una fiesta liberal

Como fui subastada en una fiesta liberal. Entregada a un desconocido con el beneplácito de mi marido.

—¡Que sí tía! animaros. Ya verás como lo pasamos genial —, trataba de convencerme Sandra, después de más de media hora al teléfono

—No sé Sandra. Se lo comentaré a Enrique, pero como mucho podremos ir solo el sábado. Ya te dije que tenemos planes para esos días. —, intenté excusarme, pues la verdad no me apetecía volver a Madrid ese fin de semana.

—Granada no se va a mover del sitio, podréis ir cualquier otro fin de semana. Ya verás como nos divertimos —, comentó Sandra sin dar su brazo a torcer...

Pervirtiendo al Primo de mi Marido

El cornudo de mi marido y yo teníamos un pacto, nada de amantes fijos. Pero todo cambia cuando me encoño por el primo de mi marido.

Cabalgaba sin prisa encima de él, a veces, incluso descansaba moviendo mi cadera en círculos, con su miembro alojado completamente dentro de mí. Enrique me miraba embobado.

«Cómo me gusta ver así a mi marido», tratando de coger mis pechos, con esa mirada morbosa y excitada, que lo hacen tan interesante.

—¿Sabes con quién me gustaría verte follar? —, me preguntó de repente.

—Si me vuelves a decir que, con Sergio, dejo de follar ahora mismo —, lo amenacé bromeando.

Enrique se rio diver...

Infidelidad Obsesiva II

Me convierto en la puta de mi vecino. Segunda parte del relato Infidelidad Obsesiva. U

Los dos días que transcurrieron desde salí enfadada y desencantada, de la casa de mi vecino, no había vuelto a coincidir con él.

Incluso, llegué a dar nuestro juego totalmente por finalizado. Mis últimas palabras antes de dar ese tremendo portazo, gritando: «Puto impotente de Mierda» Conozco demasiado a los hombres, para saber que esas duras palabras, le habrían herido profundamente en su ego masculino.

Por mi parte, yo tampoco quería continuar esa locura. Sabía que estaba poniendo en jaque mi m...

Infidelidad Obsesiva.

Como me convertí en la puta de un vecino, mucho mayor que yo.

En aquella época yo vivía felizmente casada con mi primer marido, tenía veintiocho años, y ya había nacido el mayor de mis dos hijos. Como muchas parejas, iniciábamos una nueva etapa llenos de ilusión, en la que nos acabábamos de comprar un piso.

Como nuestra economía se lo podía permitir gracias al trabajo bien remunerado de mi esposo, ambos, habíamos decidido que yo redujera mi jornada laboral.

Por las mañanas yo dejaba al niño en la guardería, por las tardes, lo recogía de la mi suegra, ella...

El amigo de papá, me estrenó el culo.

Carlos era el mejor amigo de mi padre, ambos lo compartían todo. Nunca pude imaginarme...

Carlos era el mejor amigo de papá, Ambos se conocían desde hacía muchos años, cuando coincidieron estudiando en la facultad de derecho. Desde entonces, habían sido inseparables, y aunque Carlos nunca ejerció como abogado, ya que heredó un próspero negocio familiar que lo convirtieron en un exitoso empresario. Los dos fueron socios en algún tipo de inversión inmobiliaria, de tipo especulativo.

Por lo tanto, conozco a Carlos y a su familia desde que tengo memoria. Su mujer se llama Laura, y es de esa cl...

Zorra de Bar. Parte II

Estaba tan cachonda, que al día siguiente decido volver sin mi marido al bar a por más. Necesitaba que me follara.

Este relato, es la continuación de Zorra de Bar que podrás encontrar publicado anteriormente en mi perfil

Se trata de una historia, que he decidido publicar en dos partes, pues para explicarla bien quedaba demasiado extensa.


Después de ese primer encuentro con Alberto en el que llegué a casa sin bragas, y con una tremenda calentura, tenía claro que quería vivir la experiencia completa. Nunca he sido mujer de arriesgarme a vivir medias experiencias.

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