Mi hijo, mi amor, mi perdición
Una vez la enfermera se hubo marchado, me puse a preparar un desayuno pantagruélico: vitaminas, proteínas, glúcidos y lípidos. La señora Diaz lo había dejado muy claro: era muy importante que David comiera muy bien estos dias para poder regenerar su piel y fortalecer su organismo. Para fortalecer su... ¿Más todavía?
Mi hijo, mi amor, mi perdición.
Capítulo 4
Una vez la enfermera se hubo marchado, me puse a preparar un desayuno pantagruélico: vitaminas, proteínas, glúcidos y lípidos. La señora Diaz lo había dejado muy claro: era muy importante que David comiera muy bien estos dias para poder regenerar su piel y fortalecer su organismo. Para fortalecer su... ¿Más todavía?
Mientras lo iba preparando, mi hijo me demostraba como podía cuál era su centro de interés. Me daba besitos en la nuca, buscaba mi bo...