Mi hijo, mi amor, mi perdición

Una vez la enfermera se hubo marchado, me puse a preparar un desayuno pantagruélico: vitaminas, proteínas, glúcidos y lípidos. La señora Diaz lo había dejado muy claro: era muy importante que David comiera muy bien estos dias para poder regenerar su piel y fortalecer su organismo. Para fortalecer su... ¿Más todavía?

Mi hijo, mi amor, mi perdición.

Capítulo 4

Una vez la enfermera se hubo marchado, me puse a preparar un desayuno pantagruélico: vitaminas, proteínas, glúcidos y lípidos. La señora Diaz lo había dejado muy claro: era muy importante que David comiera muy bien estos dias para poder regenerar su piel y fortalecer su organismo. Para fortalecer su... ¿Más todavía?

Mientras lo iba preparando, mi hijo me demostraba como podía cuál era su centro de interés. Me daba besitos en la nuca, buscaba mi bo...

Mi hijo, mi amor, mi perdición. Capítulo 3

Me va a costar hacer una cronología de lo que pasó entre el momento en que le ofrecí mi chochito como entrante hasta el momento en qué tuve que levantarme deprisa y corriendo para abrir a la enfermera antes de que ésta alertase a los vecinos. Pero vamos a intentarlo

Mi hijo, mi amor, mi perdición.

Capítulo 3

“¡Ding-dong! … … ¡Ding-dong!”

El timbre de la puerta de casa sonaba y sonaba. Una y otra vez.

  • ¡Mierdaaa! David... ¡Despierta!
  • Hummm... Mamá... Estás aquí...
  • Sí, cariño... ¡Y la señora Diaz también! Son más de las diez. ¡Venga! ¡Arriba!

Me va a costar hacer una cronología de lo que pasó entre el momento en que le ofrecí mi chochito como entrante hasta el momento en qué tuve que levantarme deprisa y corriendo para abrir a la enfermera...

Mi hijo, mi amor, mi perdición. Capítulo 2

Llevaba puesta una “nuisette”, un camisón de tirantes, azul marino, cortito. Sin ser provocador dejaba ver mis muslos y en ellos estaba fijada su atención. No me estás escuchando, David. Deja de mirarme las piernas... Si no te miro las piernas, mamá. Miro tus manos. Tienes unas manos preciosas.

Mi hijo, mi amor, mi perdición.

Capítulo 2

Tras el incidente del baño, estuvimos unas dos horas sin decirnos una sola palabra. Lo vestí, le preparé y di la cena, le lavé los dientes, le ayudé a ir al aseo, lo desvestí -desnudo podría ir al baño sin necesidad de llamarme- y una vez en la cama, me senté a su lado, lo cubrí con la sabana hasta la altura de su pecho y hablamos un buen rato. Bueno, principalmente hablé yo. Le hice saber hasta que punto aquella situación me perturbaba y que debía cons...

Mi hijo, mi amor, mi perdición

Desde muy jovencita, he intentado darle a mi cuerpo todo aquello que me pedía, sin límites... y sin tabúes. No, el sexo no es mi problema. Al contrario, considero que es la cosa más maravillosa que nos ofrece la madre naturaleza. El problema ha sido y es mi hijo, mi único hijo...Mi gran amor y mi perdición.

Mi hijo, mi amor, mi perdición

Mi hijo, su mujer y sus tres hijos, mis nietos, acaban de volver a casa, a la ciudad donde viven, a mas de 500 kms de donde vivo yo. Han estado dos semanas conmigo. Como vivo cerca de la playa, pues aprovechan que tengo sitio y se auto-invitan para pasar unas vacaciones de sol y playa que les salen casi gratuitas. Pero a mí me da igual porque es una ocasión estupenda para tener a mi hijo cerca de mí, y en cuanto podemos, dentro de mí que es cómo más lo quiero.

Teng...