Margarita... un domingo por la mañana

Ya sabéis como me gusta que Margarita sea una cochina...

Era domingo. Me desperté como siempre alrededor de las nueve. Margarita dormía o eso me pareció. Me levanté de la cama y me dirigí al baño. No siempre cago por las mañanas, pero la noche anterior habíamos salido a cenar y aquella mañana necesitaba vaciar. Cogí la tablet y me senté en la taza del wc, empecé a buscar algo porno… y de pronto una sombra hizo que levantara mi cabeza:

Margarita estaba frente a mi con ese camisón transparente y cortito que sabe que me pone a cien y que la noche anterior no l...

Margarita y Amalia

Margarita ha decidido introducir a su amiga Amalia en los juegos escatológicos con Pedro

  • Hola cariño ¿dónde andas?

Era viernes por la tarde. Y acababa de llegar a casa. Margarita terminaba más temprano y consecuentemente llegaba antes. Solía esperarme viendo la tele o leyendo algo, pero ese día fue diferente.

  • ¡Aquí, en la cocina!

Cuando entré en la cocina la vi desde atrás frente a los fogones, la vi con solo unas braguitas blancas de algodón y cuando se giró para darme un beso de bienvenida vi que llevaba un delantal cortito y nada más. Estaba deliciosa… para comer.

  • He...

Margarita II

Una chica un poco cochina tiene enamorado perdido a su pareja. Sus juegos de scat ya llevan muchos años y siguen sin aburrirse

Corría el año 2005 cuando os hablé por primera vez de Margarita, de sus urgencias, de su abundancia y… alguna que otra cochinada.

Si os releéis el relato que subí por aquellas fechas os haréis un idea precisa de como era. Pero bueno, tampoco tiene demasiada importancia. Mejor que os relate como es ahora:

Sigue siendo abundante, un poco más que antes como es natural, anda en los cuarenta años, pelirroja, empieza alguna que otra cana que ella se cuida muy mucho de teñirse, con un coño peludito que...

Margarita

Una chica sorprende a su amigo con su nueva faceta de chica marranita.

Margarita llevaba puesto un vestidito corto, de tirantes, de color blanco, que apenas alcanzaba a taparle donde terminan las nalgas y comienzan los muslos. Iba caliente la chica. Se le notaba de lejos.

Yo en cambio aquel día estaba algo decaído, digamos que no andaba en mis momentos más eufóricos.

Estábamos sentados en unas sillas metálicas que hay en el jardín de casa. Un conjunto típico de cuatro sillas y una mesa de jardín, todas de color blanco. Apenas se interponía entre nosotros la di...

Andrés y Cristina

Guardó de nuevo un momento de silencio. Luego se levantó, se puso de espaldas frente a mí, miró a un lado y a otro para asegurarse que no hubiera gente demasiado cerca y... soltó un sonoro pedo.

Hola, me llamo Andrés.

Cristina es una chica simpática, rubia, con melena, no demasiado alta y con la carne justa para decir de ella que es preciosa. Sus ojos verdes, miran de forma directa, con descaro, sus labios carnosos parecen hechos para besar, tiene una nariz suave, todo en ella es suave, excepto su mirada. La redondez de sus curvas es suave, incluso sus nalgas son suaves pese a su rotundidad, quizás sus pechos escapen un poco a ese aire de suavidad apareciendo tensos, pero solo escapan u...

Un polvo

Claudia y Javier vuelven a enseñarnos como les calienta alguna que otra marranada mientras follan.

Me la estaba follando. O quizás nos estábamos follando mutuamente.

Claudia sabía perfectamente lo que me gustaba.

Y me lo estaba dando.

Estábamos en la cama.

Ella llevaba puesta una camisa mía, era blanca y le venía grande. La tenía abotonada a la altura del pecho y el resto desabrochado.

Sus piernas abiertas y algo encogidas.

Su coño sin depilar, algo brillante.

Sus ojos mirándome.

Los míos fijos en sus magníficos muslos, recorriéndolos hasta llegar a la p...

Sandra

Sandra es una amiga de Claudia y se presta para que esta le de una cena sorpresa a Javier.En la cena se ponen de manifiesto las tendencias escatologicas de las dos amigas.

Sandra era una amiga de Claudia que me había presentado al principio de nuestras relaciones. Era una chica pelirroja, de ojos marrones, y de curvas muy pronunciadas. Un poco más alta que Claudia, su figura era un tanto estilizada pero sus caderas y su pecho atraían la vista de cualquier hombre.

Solo la había visto en contadas ocasiones y de forma casual, pero esta noche Claudia la había invitado a cenar.

Cuando fui a abrir la puerta me llevé una grata sorpresa, siempre que la había visto da...

El tiempo ya era fresco sin llegar a hacer frio

Claudia necesita cagarse sobre Javier. Le encanta que la acepte tal como es. Todo termina en un polvo explosivo.

El tiempo ya era fresco sin llegar a hacer frió. Aquel domingo de noviembre nos levantamos tarde, la noche anterior estuvimos de fiesta con unos amigos. Ella despertó primero y me espabiló a mí dándome un dulce beso en la boca.

Son las doce Javier. Hora de levantarnos o se nos va a pasar el domingo en un abrir y cerrar de ojos.

Al despertar vi sus grandes ojos verdes. Le brillaban picaronamente. Se levantó de la cama y quedó de pie mirándome. Yo me había despertado completamente empalma...

Angeles (2)

Termina la jodienda escatológica que empezó Angeles en el relato anterior.

Ángeles salió de detrás del olivo y vino de nuevo a la mesa. Me estaba mirando cuando se sentó en la silla de madera.

Acabo de aplastar mi choricito entre las nalgas Miguel.

Me ha encantado lo que has hecho Ángeles.

Ya lo sé. Por eso lo he hecho. Ahora tengo más ganas de cagar pero creo que no es el momento. Prefiero aplastar y restregar un poco mas mi mierda por el culo antes de dártelo a lamer.

Al decirlo se movió un poco en la silla. Imaginarme como se aplastaba y esparcía...

Angeles

Marta y María prosiguen con la educación de Miguel como cerdito y deposito de sus necesidades fisiologicas.

Desde el día en que María y Marta me llevaron a la pocilga para convertirme en su cerdo no había vuelto a ver a la amiga de mi mujer.

Mi mujer se había convertido en verdadera dueña de mis actos, y yo en el cerdo que se esperaba que fuera. Las relaciones sexuales entre ambos eran una mezcla de lujuria por su parte y de sumisión por la mía esperando siempre que Marta se dignara regalarme un pedo, una meada o una cagada.

Marta, cara al exterior, seguía siendo la feliz y educada esposa del pro...