¿Somos sólo amigos, Mateo? (2)
Tras la bromita de Mateo, Santi y él dan un paso más: ahora ya son capaces de mantener una larga e intensa conversación mientras que sus manos van por libre. Las ideas más excitantes pueden surgir de momentos como ese...
A mí también me hizo gracia la bromita de Mateo, que había colocado su slip sudado bajo la sábana de mi cama para que lo encontrara, pero jugué un poco mi papel de amigo ofendido.
Perdona que te lo diga, colega, pero me parece que eres un poco cerdo.
Sí, lo que tú quieras, princesa, pero no soy yo precisamente el que va por ahí manoseando los gayumbos sudados de la peña.
¿Y se supone que tengo que tumbarme con eso ahí? le miré.
Sólo si te da morbo se volvió a reír Mateo, de...