Eloísa (reeditado)

La soledad crea fantasmas, los fantasmas a veces se convierten en monstruos.

Eloísa

Versión reeditada

Los sonidos de la carretera amanecen, poco a poco se abren hueco en su mente. No quiere despertar, se resiste a salir del refugio que le supone cada noche desaparecer de la vida. Es como morir, piensa al apagar la lamparita de la litera del camión.

Pero no muere y cada mañana regresa al mundo de los vivos pegada a la tremenda erección de Paco en la estrecha litera que comparten en la cabina del camión con el que recorren España y si el negocio funciona, Europa. ...

La toma de decisiones (1)

Tener el control en situaciones críticas supone tomar decisiones en milisegundos. No siempre se acierta.

Capítulo 1

Rosa logró rescatar la maleta de la cinta a pesar de los empujones que una inmensa alemana le había dado para ocupar su lugar y caminó hacia la salida del aeropuerto en busca de un taxi.

«Llegué, te llamo desde el hotel, tq»

Veinte minutos más tarde entraba en la habitación. El vuelo había sido corto aunque siempre le cansaba la espera previa, el embarque, el tiempo hasta el despegue. No, definitivamente no le gustaba volar.

Salió a la terraza. Tenía que darle las graci...

Eloísa

La soledad crea fantasmas, los fantasmas a veces se convierten en monstruos.

Los ruidos de la carretera comienzan a entrar en su mente, poco a poco se abren hueco en su sueño. No quiere despertar, se resiste a volver a la realidad cotidiana, a salir del refugio que le supone cada noche evadirse, desaparecer de la vida. Es como morir, se dice al apagar la lamparita de la litera del camión.

Pero no sucede, no muere y cada mañana regresa al mundo de los vivos, pegada a la tremenda erección de Paco que se aferra a su cuerpo en esa estrecha litera que comparten en la cabina del cam...

Top less en la playa (9)

Maneras de vivir el matrimonio. Dedicado a gatacolorada, con cariño y mi deseo que siga con la saga a su manera.

Capítulo 9

Dejé los trastos de la playa en la terraza del apartamento y entré en el baño. Apenas terminé de orinar me masturbé compulsivamente hasta que me doblé sobre la taza mientras el orgasmo me sacudía. De nuevo estábamos allí, como si no hubiese pasado un año, nada había cambiado salvo mi ansiedad por volver a ver a Silvia sometida a Alex.

Me di una ducha rápida y salí al supermercado. Caminaba aturdido, ensimismado en mis pensamientos cuando…

-      ¡Coño! Pablo ¿No saludas a la...

Top less en la playa (8)

Este capítulo estaba escrito antes de la incorporación de gatacolorada a la historia y representa lo que sucedió mientras Pablo se encuentra con Tony. Una vez adaptado a la nueva situación lo publico antes de continuar con la secuencia creada por gata.

Dejé los trastos de la playa en la terraza del apartamento y entré en el baño. Apenas terminé de orinar me masturbé compulsivamente hasta que me doblé sobre la taza mientras el orgasmo me sacudía. De nuevo estábamos allí, como si no hubiese pasado un año, nada había cambiado salvo mi ansiedad por volver a ver a Silvia sometida a Alex.

Me di una ducha rápida y salí hacia el supermercado. Caminaba aturdido, ensimismado en mis pensamientos cuando…

-      ¡Coño! Pablo ¿No saludas a las amigas? ¿Tan...

Emprender en tiempos de crisis - La peluquera (1)

Inicio una serie de relatos independientes sobre formas originales de afrontar las crisis apelando a los instintos mas básicos del ser humano para lograr "hacer caja"

Emprender en tiempos de crisis – El marido de la peluquera (1)

-          La hemos jodido – sentenció Sandra dejándose caer contra el respaldo del sillón. Sin dejar de mirarme con esa expresión angustiada con la que había llegado a la cafetería añadió.

-          ¡En qué hora se nos ocurrió montar la peluquería!

-          ¿Qué te crees, que tenías el trabajo asegurado en el salón de belleza en el que te pagaban cuatro perras? – repliqué molesto por su actitud fatalista mientras recogí...

Me gusta mi polla (2)

La historia de alguien que hizo de su polla su mejor compañera de aventuras

Pronto llegó el momento en el masturbarme ayudado por la visión de unas fotos porno no me resultaba suficiente. No digo con esto que una buena imagen no lograse excitarme, sino que el pico de morbo no llegaba a ser tan alto como al comienzo. Supongo que sucede con esto como con las drogas, llega un momento en el que necesitas subir la dosis… o pasar a drogas mayores.

Con quince años comencé a experimentar situaciones y cosas que me encendían más. El riesgo era una de ellas.

En casa de mis pa...

Top less en la playa - la experiencia de Pablo (7)

BUSCO COMPAÑERA PARA LA HISTORIA. Tras la definitiva ausencia de Silvana, la creadora original de esta historia, me gustaría contar con la colaboración de alguna escritora de TR que desee seguir creando el personaje de Silvia. Si alguna le apetece, poneos en contacto conmigo: beobachter13@gmail.com

Capítulo 7

El viaje a Madrid se me hizo eterno. Abrumado por el frío silencio que se había instalado entre nosotros clavé la mirada en el horizonte y deseé que aquella tortura se acabase cuanto antes. Silvia había reclinado el asiento ligeramente. Mantenía una pierna doblada bajo la otra y permanecía acurrucada mirando por la ventanilla de su puerta.

Un día. Había bastado un solo día para que nuestra tranquila y perfecta vida se desmoronase. ¿Cómo era posible que hubiésemos llegado tan lejos...

Top less en la playa - la experiencia de Pablo (5)

Tras la ausencia de Silvana como coautora, retomo el texto ahora sin su colaboración. ¡lástima!

...yo estaba enmudecido por la excitación, desbordado por las emociones que me producía ver a mi esposa actuando como una prostituta.

*Estuvieron hablando un rato, él apoyó los codos en la piedra y Silvia le imitó. De nuevo le dejaba a la vista sus pechos desnudos bajo el fino vestido. Al inclinarse sobre la balaustrada su vestido apenas tapaba su culo. Tras unos minutos ella se incorporó y le dijo algo tocándole el brazo, luego comenzó a caminar hacia nosotros seguida por la mirada del hombre que no...

Me gusta mi polla (1)

¿Vanidad? ¿presunción? nada de eso, simple sinceridad.

Me gusta mi polla.

No es algo nuevo, siempre me ha gustado. Ya desde pequeño solía tocármela cuando estaba sentado en la taza del váter, me entretenía jugando con ella, intentando retirar el pellejo que la cubre, poco a poco, sin forzar demasiado. De ese modo me libré de la operación de fimosis de la que hablaban algunos de mis amigos. Creo que fue entonces cuando aprendí que, con paciencia, todo se consigue.

Recuerdo que me gustaba el olor que quedaba en mis dedos, aprendí que nada en el cuerpo...