La señora Ysabela y yo (6)
Siguen los encuentros.
Después de una veda obligada por enfermedad de mi madre, a quien atendía al no poder ir a trabajar. No tuve otra que esperar hasta la recuperación de mi progenitora y por tanto mediante una llamada a mi vecina le hice saber mi ausencia por los siguientes días.
Como no hay mal que dure cien años ni cuerpo que la resista, a los 4 días ya estaba sólo en casa presto para visitar a la señora Ysa.
Ante mis silbidos no demoró en salir al patio y hacerme señas de que el campo estaba libre. Ella est...