Zorro plateado
Un reencuentro entre dos amantes años después de haber abandonado su relación. ¿Volverá a ser todo igual?
Mi nombre es Sergio, y tengo 45 años. Como presentación es algo escueta, ¿Pero se necesita algo más? Mi cabello es moreno, más gris que moreno para ser sinceros, pero moreno a fin de cuentas, y me conservo en forma, de hecho creo que mejor que hace unos años. ¿La razón? Pase por una crisis de estres y una amiga me recomendó correr, y desde entonces es algo que hago cada mañana. Me ayuda a relajarme, a despejar mi mente e incluso a escribir cuando llego a casa. Sí, me gano la vida escribiendo, soy guionista. Y me parece que como presentación es más que suficiente.
Suelo salir a correr por el paseo marítimo de mi ciudad cada mañana antes de que amanezca, no suelo encontrarme a nadie tan temprano y es una gozada ver el amanecer en la playa cada mañana. Pero esa mañana mientras corría no pude evitar fijarme en una figura que hacia estiramientos en la arena, conforme me fui acercando fui observando la figura de una chica de pelo castaño, y cuando estuve lo bastante cerca no pude evitar pararme en seco.
- ¿Lily? - No podía dar crédito a mis ojos
- ¿Sergio? - Respondió la chica tras girarse y quedarse unos segundo asombrada – No puedo creerlo dijo mientras corría a abrazarme
- Cuanto tiempo – Dije devolviendo el abrazo a mi antigua novia
Había conocido 14 años atrás a Eli en un rodaje, ella haciendo su primera dirección de fotografía y yo cuando aún trabajaba como operador de cámara. Fue pura química desde el primer momento, nunca había sentido nada así hasta que la conocí. Empezamos una relación llena de pasión, sexo, y muchos inconvenientes. No coincidíamos en los mismos proyectos, apenas nos veíamos, y finalmente tome un decisión, hablar seriamente con ella. Le dije lo que sentía y que creía en la relación, quería algo estable y teníamos que buscar una solución. Sin embargo ella no estaba en ese punto, era joven (21) llena de energía y quería centrarse en su carrera. Eso me dejó tocado y no reaccioné bien, lo reconozco, y decidí romper todo contacto; no volví a saber de ella. Hasta ahora.
- Hacia mucho que no me llamaban así – Me dijo regalándome la hermosa sonrisa que yo recordaba
- ¿Nadie te llama ya así? - Pregunté extrañado, era una broma interna del trabajo y siempre era lo primero que te explicaban cuando alguien te la presentaba..
- Me parece que hay mucho de que ponernos al día – Dijo dejando una insinuación que yo no dude en recoger.
- Conozco un buen vegetariano, podríamos ir esta noche
- También hace mucho que no soy Vegetariana – Vi en sus ojos como buscaba una reacción a un tema que siempre nos hacia discutir, pero yo estaba demasiado confuso para eso.
Decidimos quedar esa noche en un restaurante que no fuera vegetariano. Decir que volví a casa muy contento sería quedarse ridículamente corto. Puedo intentar resumir un poco como transcurrió el día más o menos. Llegue a casa, me duché, me masturbé, escribí un escaleta de un corto que se me había ocurrido de camino a casa, me masturbé, acabe una escena para un proyecto en el que llevaba atascado varios meses, me masturbe, apunte las notas para un largo que se me acababan de ocurrir, y miré el reloj. Me había pasado todo el día escribiendo y cascándomela y ni siquiera había comido. Un día normal en la vida de un escritor soltero inspirado vamos. Así que me volví a duchar para acudir a mi cita. Sí, no era una cena con una amiga, para mi era una cita, una segunda oportunidad que me parecía imposible que se me hubiera concedido. Solo si has estado enamorado, de verdad me refiero, puedes entender como me sentí durante ese día y no me voy a molestar en intentar escribirlo. Hace años que decidí que no podía escribir sobre el amor verdadero sin que el resultado me pareciera una mierda pretenciosa y artificial.
Llegue primero al restaurante y pedí un Pinot Noir Los Aguilares 2008, un vino bastante decente mientras esperaba a que ella llegara. Justo antes de que apareciera el sommelier con la botella entro ella por la puerta y creo que ha llegado el momento de describirla. es castaña-rojiza y tiene unos enormes y sinceros ojos grises que cambian a verde según la luz, no es extraordinaria o exóticamente guapa, pero tiene una belleza natural, si es que con eso entendéis lo que quiero decir, y cuando se quita la ropa revela un cuerpo fantástico que no podías imaginarte, con unos pechos generosos, un culo firme y bien puesto y unas piernas excepcionalmente bien torneadas. Yo nunca la había visto arreglada, nunca perdía más de diez minutos en ponerse cualquier cosa hacerse una cola y ponerse una base de maquillaje. Pero esa noche era diferente, estaba claro que había cuidado muchos detalles y llevaba un sencillo pero elegante vestido negro y desde luego había dedicado más de diez minutos a arreglarse.
- Siento el retraso – Dijo regalándome una sonrisa y un pico
- No importa, la espera ha valido la pena – Le devolví la sonrisa mirándola de arriba a abajo
- Buena elección – dijo mirando la botella que el sommelier que acaba de llegar a la mesa nos mostraba antes de servir
- Siempre te ha gustado la Pinot noir – dije mientras daba el visto bueno al vino y el sommelier nos lo servía
- Me fascina el cariño que requiere el cultivo de esa uva y nunca puedo evitar pensar en Beaune cuando la pruebo – Dijo mirándome muy seria.
Beaune, que sacara ese tema en concreto de forma tan directa y rápida y la seriedad con la que lo dijo dejaba poco lugar a las dudas. Allí fue donde me declare formalmente tras dos semanas inolvidables de vacaciones. Me estaba enviando una señal bien clara, seguía pensando en mi lo mismo que yo en ella. Seguimos hablando durante toda la velada, me contó como había dejado el cine, que se había mudado y hablamos de un millón de cosas mientras acabábamos de cenar y la segunda botella de vino.
Al salir del restaurante ya iba debajo de mi brazo y nos besábamos como dos adolescentes recién enamorados. Sentirla entre mis brazos de nuevo era un placer y mis manos no dejaban de acariciarla por encima del vestido mientras ella besaba mi cuello. Yo no tenia ninguna prisa, me recreaba simplemente en recorrer su cuerpo con mis manos y en sentir su aliento y sus labios. Llegamos a mi casa y en el ascensor la besé, un beso suave, dulce, pero muy intenso al tiempo que la atraía hacia mi cuerpo y sentía sus pechos apretados contra mí, notaba su desesperación en la respiración pero yo seguí controlándome. Años atrás me la habría follado ahí mismo en el ascensor, no esta vez, quería disfrutarlo al máximo. Llegamos a mi piso y como pude abrí la puerta de mi casa.
- Quiero que me folles toda la noche – Me susurro al oído mientras yo metía la llave en la cerradura
- Sólo si te portas bien – Le dije con una sonrisa de suficiencia mientras la besaba y cerraba la puerta.
- Ya veo – Dijo dejando caer su vestido en el pasillo y revelando su estupendo cuerpo y un precioso conjunto turquesa de sujetador y culotte
- Me encantan los culottes – Dije atrayéndola hacia mi cuerpo y besandole el cuello y el escote.
- Lo recuerdo muy bien – Me dijo entre suspiros desabrochándose el sujetador y dejándolo caer al suelo
- Chicas os he echado de menos – Comenté con sorna mientras observaba sus esplendidos pechos y me lanzaba a recorrerlos con mi lengua.
Entre risas y jadeos llegamos dando tumbos al dormitorio y nos tiramos en la cama mientras seguíamos besándonos y retozando. Yo me levanté y ella me miró con ansias. Empece a desabrocharme la camisa botón a botón muy lentamente sin dejar de mirarla a los ojos, dejando al descubierto mi pecho y continué desabrochando mi pantalón, primero el cinturón, después los botones y la cremallera. Ella me miraba con deseo mientras se acariciaba por encima del culotte. Deje caer mis pantalones mostrando los apretados calzoncillos con un buen trozo de carne marcándose. Me acerque a ella y me agarro del culo para estrecharse contra mi apretando su pelvis contra mi polla bien dura y empezó a moverse y a frotarse. Yo la besé esta vez con más ansias y fui bajando por su cuello, entreteniéndome en sus pechos y sus pezones agarrándolos, chupándolos mordisqueándolos. Ella seguía moviéndose contra mi polla bien dura con las bragas empapadas. Seguí bajando mi lengua por su estomago hasta llegar al culotte, le abrí bien las piernas y pasé mi lengua por encima de la tela empapada, ella se retorció y lanzó un gemido. Empecé a quitarle las bragas lentamente y al acercarme para comerla entera se me empañaron las gafas del calor que desprendía su coñito, parecía un horno. Sonreí me quite las gafas y volví a acercarme para comérmela. Acerqué mi lengua y recorrí lentamente sus labios empapados separándolos e introduciendo la punta de mi lengua. Ella me agarró del pelo y empujó mi cabeza para sentir más profunda mi lengua, yo seguí recorriendo cada vez más rápido su labios de arriba abajo, de abajo a arriba, a la vez que acerqué mi pulgar a su clítoris y empecé a frotarlo. Se retorcía y gemía como una loca, pude ver que estaba apunto de correrse en mi boca y llevé mi lengua hacia su clítoris e introduje dos dedos dentro del coño. Empecé a follarla, mis dedos entraban y salían a gran velocidad a la vez que mi lengua castigaba su clítoris. Se corrió como una loca, llenando toda mi barba con sus fluidos. Estaba exhausta en la cama recobrándose cuando me quité los calzoncillos dejando mi polla libre al fin. Sabiendo lo sensible que estaba empecé a acariciarle el coño con la punta de mi polla
- ¡Hijo de puta! ¿Como me has puesto tan caliente? - dijo entre jadeos
- ¿Yo? Ya venias predispuesta – Dije sonriendo y metiendo un poquito la punta de mi polla en su coño.
- Y una mierda, antes no eras tan buenooaaaah- dijo lanzando un gemido
- Tengo algo más de experiencia - dije encogiéndome de hombros a la vez que metía toda mi polla
Empecé a follarla a buen ritmo agarrándome bien de sus muslos y atrayéndola hacia mi. Cada vez se la metía y se la sacaba más rápido. Su coñito estaba chorreando y ardiendo y volví a acariciar su clítoris mientras la follaba. Ella gemía cada vez más fuerte, y contra más fuerte gemía más fuerte la embestía yo. Me acerque a sus pechos y los chupé y los mordisqueé, estiré de sus pezones entre sus dientes mientras la follaba cada vez más rápido, estaba apunto de correrse de nuevo, así que la follé con todas mis fuerzas a la vez que con la palma de mi mano golpeaba su clítoris ella se corrió como una loca gritando y yo saque mi polla y acabé en su estomago soltando una gran corrida y empapándola entera. Caí rendido a su lado entre jadeos, sudor y satisfacción..Ella se abrazo a mí y descansamos.
- ¿Cuanto es algo más de experiencia?- Me preguntó juguetona al cabo de un rato de silencio
- ¿Como? - pregunté haciéndome el tonto.
- ¿Cuantas?
- El buen amante es el amante discreto.
- ¡Seras zorro! - Dijo entre risas
- En serio ¿cuantas?
- No sé, no tengo un cinturón con muescas. ¿Debería? ¿Con cuantos has estado tu?
- Yo soy una señorita – dijo aparentando dignidad
- En la cama desde luego no – reí
Entre risas y jugueteos se puso encima mio y empezó a besarme. Sentir su sabor y su olor de nuevo era un sueño. Quería quedarme así eternamente. Mientras me besaba llevó su mano hacia mi polla que empezaba a despertarse y empezó a acariciarla primero y después a masturbarme directamente. Bajo por mi pecho besándolo y después llegó hasta mi polla y sin dejar de masturbarme puso sus labios en mi glande y empezó a besarlo. Mi polla estaba apunto de explotar y ella no le dio ninguna tregua comenzó a recorrerla entera con su lengua de arriba a abajo agarrando mis huevos entre sus mano jugando con ellos mientras su lengua continuaba recorriendo todo mi tronco y su pulgar jugaba con mi glande. Se subió encima mio ronroneando y cogiendo mi polla se la acerco hacia su coño la metió dentro despacio lanzando un gemido y yo me agarre a sus pechos con firmeza, los sujete y los acaricié jugando con mis pulgares en sus pezones, ella se excitó y me cabalgó más rápido. Lleve una de mis manos hacia su coño y empece a acariciarle el clítoris. Ella gemía y gritaba, me clavó las uñas en el pecho y se me acerco al oído.
- Zorro, quiero que me folles duro, como si te fuera la vida en ello. - Me susurro con desesperación.
Me levanté motivado ante lo que parecía un retom y muy excitado la puse en cuatro y me coloqué detrás de ella, le comí el coño chorreante y el agujerito de su culo mientras agarraba sus nalgas y las separaba. Llevé mi polla hacia su coño y se la metí de golpe sin contemplaciones y empece a follarla bien rápido, ella gritaba y se retorcía en la cama, comencé a darle palmadas en el culo, cada vez más fuertes, mientras sus nalgas se quedaban enrojecidas seguí follandola con fuerza y noté como estaba apunto de correrse, lleve un dedito hacia su ano y empecé a acariciarlo la agarré del pelo pelo con fuerza y la atraje hacia mi sin dejar de bombearla, mis huevos golpeaban en su trasero mi polla entraba y salia cada vez más rápido y ella gritaba gemia y se retorcia de placer. Gritó al correrse y cayó rendida en la cama, yo seguí follandola estaba apunto de correrme y saqué mi polla la puse entre sus nalgas y deje que todo mi semen saliera disparado hacia su espalda y cayera entre sus nalgas chorreando. Me volví a dejar caer a su lado. Estuvimos retozando juntos de nuevo un rato.
- Te he echado de menos - dijo apoyandose en mi pecho y acariciandome
- Y yo también – nunca debí dejarte escapar
- Me gusta como te queda la barba con canas – dijo juguetona mientras me acariaba
- Es que ahora soy zorro plateado. - sonreí
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