Zootropolis 2

Ambos entran como agentes encubiertos.

-¿es una broma? ¿verdad? – decía malhumorado Nick cuando la agente Tigra, una tigresa de mirada condescendiente, pero ahora alegre, terminaba de maquillar al enfurruñado zorro.

Y no es para menos, el pobre parecía que lo habían cambiado de sexo, llevaba un vestido con falda y sujetador con rellenos, también un corsé que lo comprimía y hacia que pareciese que sus caderas se ensanchasen, como odiaba ese corsé, sentía que le cortaba la circulación y la respiración.

-¡estas guapísima Nicole! – decía el jefe Bogo con una sonrisa.

Judy miraba sorprendida el resultado, era “preciosa”

Y Tigra observaba su obra con gran satisfacción.

-¡jefe!....

Bogo lo interrumpió y le dijo que suavizase la voz.

Nicole, quiero decir Nick (no me mates por favor) respiró hondo y le dijo a Bogo con voz suave.

-Jefe ¿de verdad es necesario eso?

-tienes talento para la pa(aguantando la risa) para la pasarela y cubriras a Judy si pasa algo – decía Bogo con humor.

-solo será durante la misión Nick…Nicole, seguro que no pasa nada.

Los agentes salieron de la sala de reuniones, un jaguar que detuvió la policía de Zootropolis, se fijó en Nick y le gritó.

-¡tiabuena! ¡cuando salga quedemos en mi casa! ¡seguro que te ponen los malotes!

Diez minutos después el doctor examina al Jaguar, el le dice que una zorra histérica se le echó encima, pero el doctor piensa que el jaguar se ha arrojado bajo las ruedas de un coche.

Hopps y Wilde conducían hacia la mansión de la señorita Snowball.

-recuerdame que no te cabree Nick.

-no pude evitarlo, o eso o me dejaba el culo como la bandera de Japón.

Judy se imaginaba la escena, el a cuatro patas mientras el jag…

-¡¿TE LO ESTAS IMAGINANDO?! – preguntó el zorro histérico.

-noooooooo, para nada – decía la conejita toda inocente.

Al llegar a la mansión, les recibió la conejita blanca con una sonrisa y acompañada por sus dos guardaespaldas, dos gorilas de gran tamaño, pero al ver a Nick, esa sonrisa se tornó en una cara de decepción.

-¿es una broma? – dijo Alicia.

-eso mismo dije yo – dijo Nick.

-verá señorita Snowball, nuestro jefe opina…

-señorita Judy, tengo una estricta política de no poner depredadores como modelos, hasta mis guardaespaldas son gorilas, de modo que su compañero se queda fuera.

Eso le dolió a Nick, otra herbívora que tiene odio a los zorros, pero Judy se plantó ante ella y le dijo.

-entonces volvemos a nuestra línea de investigación porque no pienso ser ningún señuelo.

Alicia se sorprendió y más cuando se dieron la pareja la vuelta, no podía perder a Judy, es una heroína para zootropolis y eso causaría impresión en su desfile.

No podía perderla.

-de acuerdo, esa… esa… ¿Cómo se llama?

-Nicole – respondió Nick con voz suave.

-bien, Nicole puede asistir, pero llevará un collar eléctrico, no quiero riesgos – dijo Alicia furiosa.

Judy iba a protestar, pero Wilde dijo.

-acepto, no seria la primera vez que me pusieran ese trasto.

-¡pero!...

-no te preocupes Judy, gajes del oficio – decía Nick.

Judi asistió impotente como el pobre zorro le ponían el collar.

-Nick – decía Judy.

El zorro la sonrió para tranquilizarla, no le hacia gracia que le pusieran el aparato, pero por Judy haría lo que fuera.

-muy bien, “Nicole” quiero ver como andas.

-Nick empezó a desfilar como “una profesional” ante la mirada inquisitiva de Snowball, cuando hubo terminado, la coneja blanca le dijo.

-caminas de forma excelente, con estilo y profesionalidad, pero debes tener una mirada más fría, eres una diosa, no una fulana.

-¿Qué tiene de malo incitar deseo? – preguntó Nick de forma pasota.

Alicia apretó el botón dándole una electrocución a Nick.

Hopps gritó el nombre de Nick con lagrimas en los ojos.

Snowball dejó el botón y le preguntó a Nick.

-¿has entendido?

-s-si, lo he entendido decía Nick conteniendo su rabia.

Judy consolaba a Nick por el calambrazo, eso enfurecía a Alicia, pero no lo mostraba.

-¡Judy! ¡venga conmigo! He de ver si es usted apta.

Judy iba a negarse, pero Wilde le dijo que fuera, que estará bien.

la conejita policía le dedicó una compasiva mirada antes de irse junto a Alicia.

La coneja blanca se llevó a la coneja policía en su sacta santorum, una habitación muy espaciosa donde había una silla solitaria.

Snowball se sentó en esa silla y observó a Judy, con esa horrible camisa de campesina rosa y esos horrorosos pantalones vaqueros.

-¡le exijo que le quite el collar a mi compañero! – protestaba Judy.

-mientras no se vuelva agresivo, no tendrá que temer a las descargas – decía Snowball con indiferencia.

-¡según la ley…. – Hopps no terminó la frase cuando Alicia se levantó y le dijo alzando la voz.

-tengo diez abogados con los que me reúno tres días a la semana, conozco todas las leyes de esta ciudad y una de ellas me da derecho a colocar un dispositivo de control a los depredadores, si, puede que haya planes para abolirla, pero tras el incidente de los aulladores irá para largo, mi casa mis reglas ¿comprendido?

Judy apretaba los puños con rabia.

-desnudese, agente Hopps – decía Alicia con severidad.

-¿¡QUEEEEEEEEE!? – dijo la coneja policía con sorpresa.

-¿se extraña? Lo hago con todas las modelos, quiero ver que no tengan ninguna inperfeccion, cirujia o prótesis, mis modelos son autenticas, si no quiere, vuelva por donde ha venido.

Judy se tragó el orgullo, Nick lo hizo por el caso, se puso ese… esa monstrusidad en el cuello.

No era justo que sufriese solo el.

Se desbotonó despacio la camiseta rosa que tenia, lenta y sumisamente, nostrando su atletico cuerpo.

Alicia miraba con furia, pero le gustaba lo que veía su cuerpo distaba mucho de las esbeltas modelos a las que estaba acostumbrada a ver, esta era musculosa, pero hermosa, hecha para el duro trabajo de policía.

Pero dulce caramelito para la vista.

Las temblorosas manos de la conejita de ojos turquesa acariciaban el botón de sus pantalones, dudaba, su respiración se aceleraba, nunca se había desnudado delante de nadie.

Entonces pensó en Nick, se imaginaba que estaba a solas con ella.

Era vergonzoso, pero le daba valor.

Movió sus caderas con sensualidad dando palmadas con las manos arriba, los pantalones cayeron como si se agarraran a las piernas de la conejita.

Iba a quitarse las bragas cuando Snowball le ordenó que se quedase quieta.

Alicia bajó y se acercó a Judy que la miraba algo temerosa, entonces la señorita Snowball le dijo que le mostrase su pierna derecha.

Una cicatriz.

Era de esperarlos policías tenían sus cicatrices, esta era superficial y no le impedía ninguna movilidad.

Para algunos podía restarle belleza, otros es una belleza que resalta.

Judy se sentía molesta, aquella coneja blanca la observaba con demasiado detenimiento, le tocaba la pierna con demasiada, dedicación.

Como si ignorara que la dueña de la pata se sintiese incomoda.

-no, no habrá problemas ¿novio? – preguntó Snowball.

Judy pensó en Nick, pero no… oficialmente no era su novio, respondió que no.

-bien, porque vas a sudar tinta a partir de ahora, levantate y muéstrame como andas.

Judy empezó a caminar, pero las manos de Alicia le manipularon la cabeza inclinando la cabeza ligeramente hacia abajo.

-¡manten la cabeza inclinada abajo! ¡pero no la agaches! ¡el cuerpo más erguido!¡una pata delante de la otra! ¡no sonrias! ¡cuerpo erguido pero relajado! ¡más determinación! ¡mueve las caderas!

Hopps pasaba un infierno, una conejita histérica que no paraba de darle ordenes y para colmo se sentía como si volviese a aprender a caminar.

-¡no no no! – dijo Snowball desesperada mientras se quitaba su ropa – mirame bien.

Alicia empezó a desfilar con decisión, se notaba que llevaba años de experiencia.

-¡ahora tú! – dijo Alicia.

Judi intentó caminar como Alicia, pero perdia el equilibrio, Alicia se puso detrás de ella y guió con sus piernas las piernas de la policía, las manos de la modelo agarraron la cintura de la coneja de ojos turquesa, los pechos de la coneja blanca se apoyaban en la espalda de Hopps.

-la coneja gris se sentía muy incomoda, como si una lesbiana la tocara, sentía el pubis de Alicia en su trasero.

-no olvides la cola, todo el cuerpo en movimiento, como un todo, si crees que esto es incomodo, imagina miles de ojos mirándote, miles de fotos retratándote, un fallo y estas acabada, casi nadie se levanta de esto.

Genial, si que sabes animar a una modelo, pensaba Hopps.

-pecho más arriba – decía Snowball mientras agarraba los pechos a Judy.

-el culo se mueve asi – dijo Alicia colocando sus manos en las nalgas de Hopps.

-asi, mueve las piernas de esta manera – dijo la coneja blanca usando sus piernas para guiar las piernas de la coneja gris.

Pero hubo un traspiés y ambas conejas cayeron al suelo.

Hopps vio como Alicia estaba encima de ella, juntas, demasiado juntas.

La mirada de rubi y la mirada turquesa se encontraban.

No decían nada.

“que bonita es” pensaba Alicia.

Inconcientemente la mano blanca de Snowball acariciaba una de las orejas de Judy, que reaccionó nerviosamente.

Esa reacción era… encantadora según Alicia.

Las manos blancas recorrieron las orejas de Judy , siguieron por su cabeza y sus mejillas, recorrieron su cuello y los hombros.

Lentament los labios de Snowball se acercaban peligrosamente a los de Hopps.

Ella no decía nada, demasiado nerviosa, confundida, como una presa a punto de ser devorada.

Pero el móvil sonó.

-¡AH! ¡es el mio! ¡he de cogerlo! – decía Judy escapando de Alicia, la cual la miró suspirando.

Pero también preocupada, era la primera vez que se sentía asi, todos sus novios eran unos… capullos, no solo en el carácter, sino también en el sexo, solo una postura, ella a cuatro patas y el detrás de ella, un minuto y ya esta.

A lo mejor era esa alma inocente lo que necesitaba, a lo mejor en vez de un macho necesitaba una hembra para estar completa.

Miraba a Hopps, es hermosa, es inocente, es energica.

Mierda, tengo que aclararme las ideas pensaba Alicia mientras se vestia.

Nick odiaba ese trasto que tenia en el cuello, le gustaría quitárselo, pero eso empeoraría la situación, solo era esa misión y se libraría.

Pero había una cosa que lo ponía histérico, puso su mano en el bolso que llevaba.

Temblaba y sudaba.

El mayordomo de Snowball había asignado las habitaciones de la pareja, el fue a la suya y se deshizo de sus ropas y el maldito corsé.

Se tumbó en la cama, respirando, cielos, casi no se acordaba de cómo se hacia por culpa de esa prenda, sentía la circulación recorriendo sus piernas, por fin se sentía el.

Oyó el sonido de la puerta de al lado, Hopps había llegado a su habitación.

Hubo un momento de duda, pero había algo peor.

Pasar el resto de la vida pensando que hubiera pasado si se hubiera decidido.

Cogió una pequeña cajita del bolso y fue a la habitación de Hopps.

Al entrar, oia el sonido de la ducha.

Trago saliva y fue allá.

Abrió la puerta, despacio, que excitación sintió al ver el perfil de la conejita en la mampara de la ducha, cerró la puerta y puso el pestillo, no quería interrupciones, no quería que escapara.

-ejem, Hopps, perdona que te interrumpa en un momento intimo, si, lo se, no es el momento ni el lugar y puedes tacharme de pervertido para arriba porque estas en la ducha y yo en esas estúpidas bragas, pero lo que he de decir es importante.

Hubo una pausa, Nick necesitaba organizar sus ideas.

-Hopps, recuerdo que empezamos con mal pie, ya sabes, el incidente del superpolo jeje, recuerdo como te hundías en aquel cemento fresco y me reia de ti, pero me la devolviste con ese chantaje de los impuestos y cuando crucé la verja en el distrito tundra…

Un doloroso recuerdo recorría la mente del zorro.

-y lo aliviado que me sentí al contarte que quería ser boy scout, pero que los otros niños me pusieron un bozal y se burlaron por ser… un zorro.

Cogió aire y siguió con una sonrisa.

-pero ese caso de los aulladores nocturnos… bueno, al principio la cagaste, pero volviste y lo solucionamos, eso es lo que me gusta de ti, que no te rindes, tu nunca te dejas intimidar, ni siquiera por Mascarpone, por cierto la nena es monísima jeje.

Nick dudaba, era un paso delicado que podía cambiarlo todo.

-pero a medida que… estaba junto a ti… no se, un depredador, una presa, jeje, suena a chiste como ¿Qué hacen un Fox y una Bunny fornicando? ¡Funny!

¡CAGADA! Pensó Nick.

-¡olvida eso! ¡estaba muy nervioso! Es que.

Respiró hondo y dijo.

-esto que te voy a decir es lo más difícil que he hecho nunca.

El zorro inclinó la rodilla y abrió la caja mostrando un anillo que compro haciendo trabajos extra y ahorrando todo lo que pudo en un año.

-Judy, yo Nick Wilde, te ofrezco una vida juntos, no solo en el trabajo sino en la vida, se que no podre embarazarte por eso de ser razas distintas, pero podemos adoptar o ir a clínicas de fertilidad, da igual mientras este contigo ¿quieres casarte conmigo?

Lentamente la mampara se abrió, el zorro cerró los ojos por respeto, pero su corazón corria a todas pastilla.