Zaida: El nacimiento de una sumisa (3)

Comienza el camino...

"Recomiendo la lectura de los anteriores capítulos de esta serie para una mejor comprensión. Disfrutad de la lectura"

Les despertó la luz del sol pasado el mediodía. Las últimas 24 horas habían sido agotadoras, tanto física como mentalmente, por lo que necesitaban el descanso. Recién despiertos, tan solo una mirada cargada de comprensión bastó para que asimilaran lo ocurrido: A partir de ahora serían amo esclava en la intimidad, Pero ¿Por dónde comenzar? Ángel solo tenía sus fantasías y perversiones, y Zaida el poco material que había leído y sus más oscuros instintos. Se vistieron, bajaron a la playa, comieron y pasaron la tarde en la piscina, siempre hablando del tema, intercambiando opiniones, aportando sugerencias. Como siempre, Zaida resultaba más resolutiva, por lo que fue a ella a la que se le ocurrió un punto de partida.

-Tengo entendido que en esta zona (una playa de levante donde hay mucha fiesta y muchos locales de ambiente liberal) hay pub liberales. ¿Qué te parece si empezamos por ahí?

-¿Y qué vamos a hacer? ¿Vamos al camarero y le decimos: "Perdone usted señor barman, podría decirnos de alguien que pudiera iniciarnos en el mundo de la dominación"?

-Jajaja, pero mira que eres tontito- He de reconocer que nunca la había visto tan bella, parecía que su nueva condición la iluminaba el rostro y la mirada- Vamos allí, nos tomamos algo, vemos el panorama y si vemos a alguien que pueda estar metido en este mundo, pues nos acercamos a hablar con ellos.

-Si claro, eso tiene más lógica, jajajaja- Nos reíamos mientras notaba que tenía las mejillas encendidas. Fui moviendo dos dedos como si fuera un corredor cuya salida la tenía en sus pies y la meta en su monte de venus. Realmente la excitaba todo aquello -¿Qué te parece si nos vamos preparando? Pregunté con tono pícaro.

-Sí, nos vamos preparando pero de otra forma, eso lo dejamos para luego, cuando este tan cachonda como una perra en celo, jejeje – y esquivó con una gracia de contorsionista mi intento de asalto. Vamos a la habitación a vestirnos, cenamos y probamos en uno de estos sitios.

-A sus órdenes mi general!!!! Jajaja – En público habíamos decidido mantener el trato normal, sería en la intimidad cuando cada uno asumiría su rol.

Pues bien, eso hicimos, cenamos, fuimos a un pub liberal, nos tomamos unas copas, vimos gente que hacía de todo y otra tanta que nos ofreció hacer de todo, nos calentamos como colegiales y volvimos a casa. No sería cierto decir que encontraron a su mentor a primeras de cambio, las cosas en la realidad no resultan tan sencillas, así que no viene al caso explayarse en lo que ocurrió los siguientes tres días: Visitaron otros tanto locales, rechazaron decenas de proposiciones y cuando llegaban al hotel, se olvidaban de la frustración por otra búsqueda infructuosa al calmar su calentura, eso sí, sin llegar a tener contacto. Por acuerdo tácito (por el cual decidieron dejar las relaciones plenas hasta que supieran como asumir su nuevo rol) se aliviaban masturbándose uno frente al otro, jugando a provocarse, intentando que el otro terminara antes, cosa que nunca ocurría ya que cuando uno comenzaba a sentir la llegada del orgasmo, el otro se excitaba tanto al ver la cara de placer de su pareja que lo alcanzaban juntos. Esto, lejos de resultar insatisfactorio, les creaba una tensión extra que les encantaba. Hablando en plata, se tiraban todo el día excitadísimos a la espera que la noche diera sus frutos. Y a la 4º los dio.

La misma rutina de días anteriores, pub distinto. Con sus copas se sentaron en una mesa con un sillón en forma de media luna, con otro exactamente igual enfrente. Miraron, otearon, observaron a gente teniendo sexo oral, unos pocos follando, la mayoría se escapaba por puertas traseras una vez que habían cazado a sus presas (parejas con un chico o con una chica, dos parejas revueltas, incluso una madura flanqueada por 4 jovencitos, allí valía todo...) rechazaron amablemente a una pareja en la que, según palabras textuales, "ella se había encaprichado de Ángel hasta hacerla encharcar las bragas" cuando llegó el momento en el que Zaida tuvo que ir al baño a hacer sus necesidades.

-Voy al servicio, echa un último vistazo, y si no ves nada nos vamos –Le dio un beso y se encamino hacia los lavabos. De camino pasaría por delante de la mesa que estaba situada al frente. En ella había un hombre mayor, entre 45 y 50 años, pelo cano, complexión normal. Pero más se fijó en su acompañante (ya lo había hecho mientras tomaban sus copas) una niña grácil, por poco mayor de edad, con un vestido de cuero blanco, con un rostro que servía de modelo a los cuadros de ángeles. Pero aún más llamó su atención la conducta de la misma: piernas juntas, manos sobre las rodillas, cabeza gacha mientras el hombre la acariciaba la nuca. ¿Sería esta chica una sumisa? Salió de dudas con lo que escuché al pasar por su lado:

-¿Te gusta esta mujer mi perrita?

No lo podía creer, notó como se le aceleraba el pulso, como las piernas le temblaban y se empezaba a excitar ante la posibilidad de haber encontrado la persona que pudiera ayudarles. En la historia de los baños nunca ninguno vio mujer hacer sus necesidades tan rápido como Zaida, que ya de vuelta le contó a Ángel lo que acababa de oír visiblemente excitada:

-¿Entonces que, nos acercamos a ver?

-¿A eso hemos venido no? Y cargada de determinación, cogió su copa y se fue hacia donde estaban ellos, dándose cuenta de que el hombre no la había quitado ojo de encima.

-Hola, podemos sentarnos?- Pregunto Ziada

-Por supuesto –Contesto el hombre haciendo un gesto con la mano (la otra seguía en la nuca de la chica acariciándola como a un cachorrillo –No sois habituales a estos sitios, ¿verdad? Dijo con un deje de acento ingles

-¿Tanto se nos nota? Definitivamente Zaida tomó las riendas de la conversación. Mejor para Ángel, ella se desenvolvía mejor en situaciones nuevas

-Jajaja, no os lo toméis a mal, pero parecíais dos vigías, oteando el horizonte en busca de tierra, pero no os preocupéis, al principio nos pasa a todos Dijo al ver nuestro bochorno

-Pues tienes razón. Hemos estado en dos o tres sitios más, pero de momento solo como espectadores. No hemos encontrado lo que buscamos.

  • ¿y lo habéis encontrado aquí? ¿Queréis que pasemos a una de las salas? –Directo y sin anestesia, así se lo soltó el inglés. Tuvo que ser evidente la cara de susto que pusieron. Ya les habían hecho alguna proposición, pero sin acercamiento previo, en frío Llegar y matar. Con esta pareja habían intercambiado algo, un "hola, que tal", una brevísima conversación, y parecía que eso anulaba la acción directa. Viendo sus expresiones, el hombre se apresuro a explicarles. Vaya, perdonad, estoy acostumbrado a los habituales. En esta clase de sitios, si no se usa algún tipo te código como pulseras de colores (cada color indica que buscas y que estas dispuesto a ofrecer) como en este lugar, lo mejor suele ser ir directo al grano. Mucha gente, aparte del físico, busca congeniar, pero eso no se sabes hasta que pasan un tiempo juntos (un par de copas, una botella de champan….) Pero como también se tienen que gustar físicamente, se pregunta directamente: Si alguien no es receptivo, no se pierde el tiempo. Si físicamente resultan del agrado de todos, se toman algo, y si congenian, pues al lio. Evidentemente hay personas que solo quieren sexo sin más, en cuyo caso la charla sobra, ya me entendéis.Pero olvidé que sois noveles. Bueno, yo me llamo John y ella es Nella.

-Yo Zaida, y él es Ángel, encantados. A Zaida no se le escapaba que Nella no había dicho nada aún y seguía en la misma postura mirando al suelo

-Bien, Zaida y Ángel, ¿Y qué es lo que estáis buscando en estos lugares? Porque según me has dicho habéis estado en varios y no habéis encontrado nada de vuestro agrado, lo que me lleva a pensar que no es una chica o un chico para un trío, jejeje

-Cierto, contestó Zaida nos gustaría entrar en el mundo de la dominación, y buscábamos a alguien que pudiera guiarnos en el comienzo, ya que los dos somos novatos en esto…. Me temo que solo tenemos nuestras fantasías, pero andamos un poco escasos de imaginación.

-Ajá. ¿Y cómo os ha dado por a mi mesa?

-Bueno, hemos observado que Nella tiene una actitud sumisa, no habla, además escuche el comentario que la hiciste cuando pase a vuestro lado. Creímos que vosotros podíais practicar ese juego de roles, y por eso nos decidimos a venir.

-Ummm, no os habéis equivocado. Esto es interesante

-¿Porqué? Por primera vez Ángel dijo algo, y el sonido de su voz sorprendió a John.

  • Lo habitual suele ser la combinación amo-esclava y no al revés….

-Nononono Zaida volvió a tomar la palabra La sumisa soy yo

-Jajajaja, vaya, realmente sois noveles si la sumisa es la que habla, pero eso pone las cosas aun mejor – Nuevamente, la cara de sorpresa de ambos exigió una explicación- Las sumisas que en su vida normal son mujeres dominantes y orgullosas son las mejores porque, si bien cuesta un poco mas entrenarlas, su orgullo impide dejar alguna orden por acatar. Resultan de porte alto y sofisticado, les excita sobremanera sentir que son obligadas y humilladas, y eso hace que gocen aun mas sometiéndose. Realmente sois un caso curioso, jejeje. Bueno, yo estaría dispuesto a daros unas directrices básicas, pero debéis saber que el secreto de una pareja dominante es conocer los deseos y anhelos del otro, y explotarlos al máximo, para que eso repercuta en vuestro placer. Esto se sobreentiende de antemano, no sería lógico que un am@ preguntara la opinión de un@ sumis@ en plena sesión. También los hay que están plenamente doblegados y no se les tiene en cuenta para nada. Vosotros tendréis que encontrar los límites. Y bien, ¿qué me decís?

-Nos encantaría Contesto Zaida por los dos

-Bien, lo primero es que una sumisa no habla a menos que la pregunten directamente, por lo que a partir de ahora me dirigiré a Ángel, ¿correcto? Zaida miró hacia abajo, acatando el primer mandamiento de toda sumisa. Simplemente la habían dicho que no hablara y ya notaba la excitación recorriendo sus piernas Bien, pues yo creo, si te parece bien, que podíamos ir a un reservado y hablamos más tranquilos. Se levantó y esperó a Ángel, poniéndose los dos a andar a la par. Paró un minuto para hacer una llamada y abriendo una puerta le indicó que pasara. Zaida esperó a que Nella se levantara y camino a su lado detrás de sus hombres, momento en el que la dio una leve caricia en el trasero y la dedicó una sonrisa dándola la bienvenida a este nuevo mundo. Cuando llegaron a la habitación, John se sentó en uno de los dos sillones que había, invitando a Ángel a que ocupara otro situado enfrente a unos 4 metros. Nella se arrodilló junto a la butaca de su amo, con las manos sobre las rodillas, por lo que Zaida se limito a imitarla. De momento, esta chica sería el espejo en el que mirarse.

-Bueno, no os voy a engañar, solo os podré dedicar un par de horas hoy, porque mañana nos vamos de la ciudad por negocios. Pero si veo que respondéis os pondré en contacto con alguien que os podrá ayudar. Espero a un leve asentimiento de cabeza por parte de Ángel para proseguir Bien, las normas básicas son simples: El dominante simplemente tiene que centrarse en sus fantasías, en que su esclava las cumpla y en darle las directrices para hacerlo. Como ya os dije, el nivel de dominación lo tendréis que decidir vosotros. Por su parte, la sumisa tiene, simplemente, que cumplir todos y cada uno de los deseos de su amo siendo ajena a los deseos de su cuerpo. Vamos, que es el amo quien decide si te corres o no esto último lo dijo dirigiéndose directamente a Zaida.

-Parece sencillo. Contestó Ángel.

-La teoría si, mas difícil es la práctica. Estas normas tienen que ser los cimientos donde construir vuestro castillo de perversiones, vuestra imaginación y tus deseos más ocultos serán los que le darán forma. Con el tiempo iréis descubriendo nuevas formas de explorar vuestra nueva relación, pero eso se consigue con la práctica. Empezaremos por algo simple.

Esto pilló a ambos por sorpresa, Zaida levantó la vista y Ángel posó la mano en su hombro, a la espera del comienzo de lo que tanto habían ansiado en estos últimos días.

-Nella, gatita, ¿Qué te parece nuestro nuevo amigo? ¿Tienes ganas de chuparle la polla?

-Sí señor, me apetece mucho

-Pues ya sabes preciosa, manos a la obra.

La neófita pareja dio un respigo ante lo sorpresivo de la situación. Esperaban algo así como un profesor de prácticas diciéndoles como hacer los ejercicios. Observaban cono Nella se iba acercando hacia ellos gateando, ronroneando como una gatita, mientras John volvía a tomar la palabra:

-Ya sabes Zaida, tu deber es satisfacer a tu amo, y si lo que le apetece ahora es una buena mamada de mi perrita, no te queda otra que mirar el espectáculo. Y recuerda que no puedes hacer nada a menos que lo ordenen. Y si a ti te parece bien Ángel, hoy seré yo el amo de estas dos perritas, así tu podrás tomar nota. Ángel se sentía confuso, le iban a chupar el miembro con su novia al lado, mientras que ella no podría decir ni hacer nada. Mirándola a la cara la pudo ver un poco avergonzada y humillada, pero también se dio cuenta de que comenzaba a estar acalorada fruto de la excitación. Bien pues, era esto lo que los dos queríamos así que adelante. Esto y ver a aquella rubia de rostro angelical hurgando en su recién despertado paquete hizo que se le fueran todas las dudas. Nella, de rodillas ante sus piernas pasaba ambas manos por su entrepierna desperezando a su polla. Lentamente le desabrochó el pantalón, se lo fue bajando hasta quitárselo por completo, y comenzó a hacerle carantoñas a su miembro sobre el calzoncillo. Zaida, mientras tanto veía los acontecimientos con una mezcla de celos y excitación: Algo la oprimía el pecho al ver a otra hembra comiéndose a su macho, pero por otro lado la imposición de no hacer nada comenzaba a humedecerle el tanga, sentía la imperiosa necesidad de llevar sus manos a su entrepierna para intentar calmar el creciente calor y los comenzaban a oprimirse dentro del vestido buscando libertad. John se dio cuenta de su intención y la dijo:

-No no, mi perrita, nadie te ha dado permiso para que te toques. Acércate hasta mí para que pueda controlarte y que no te pierdas detalle del espectáculo. Maldiciendo por privarla de sus caricias pero aun más encendida por la prohibición, imitó a Nella y se acercó gateando, hasta quedar de rodillas junto a él mientras le acariciaba la cabeza. En la vida cotidiana nunca permitía que nadie pasara por encima suya y ahora estaba deseosa de que la pisotearan, si con ello conseguía el tacto necesario para calmar su excitación. Mira como disfrutan

Ciertamente, la visión de su novia gateando hacia un desconocido, esa visión de su generoso trasero hizo que, junto a las atenciones de Nella, a Ángel se hinchara su miembro hasta el límite. Le agasajaba con todo tipo de lametones, desde la punta hasta la base, masajeándole los huevos mientras recorría el tronco con la lengua. Se metía el capullo, poco a poco dejándolo en el interior de su boca para que la legua disfrutara también del juguetito, para sacarlo, con parsimonia, acompañando el movimiento con la mano. Le estaban haciendo una de las mejores mamadas de su vida. Esto unido a la visión de su novia mirando la escena hacía que su excitación creciera hasta el límite. Pero Nella estaba bien enseñada y, tras reconocer los síntomas de la próxima corrida, bajó la intensidad de la felación, dedicándose a dar pequeños chupetones al frenillo y a masajear todo el cuerpo que desde su posición quedaba al alcance de las manos.

Zaida, mientras tanto, se sentía tremendamente excitada al ver a su novio montándoselo con otra, la calentaba sobremanera la forma en que pasaba a un segundo plano a la espera de las migajas que la hicieran estremecer. Deseaba acariciarse su desatendido coño, masajearse los hinchados pezones, o incluso comérsela al hombre que la acariciaba. Pero la habían prohibido hacerlo y eso hacía que su calentura aumentara más aun hasta el borde de un orgasmo que sabia no alcanzaría sin ayuda, si bien lo intentaba contrayendo los muslos en la búsqueda de cualquier roce por leve que fuera.

-¿Te estás excitando pequeña? ¿Era esto lo que querías sentir? La dijo John mientras la seguía acariciando, caricias que la producían escalofríos desde la nuca hasta lo más profundo de su ser excitándola aun mas, a lo que solo pudo responder mirándole con la boca entreabierta por la que se escapaban pequeños gemidos Apuesto a que te gustaría que te diese atenciones, pero debes aprender a dar prioridad al placer de tu amo. Mira y recréate con su placer…. Tras la pequeña tregua, Ángel veía como el orgasmo retrocedió un poco. Nella miró hacia atrás, haciendo una súplica muda a su amo, pidiendo permiso para llevar los juegos más allá. Tras el asentimiento por parte de John, se puso de pié, se despojo del vestido de cuero que llevaba como única prenda, y se ensarto la polla lenta pero firmemente, comenzando un lento mete y saca que estaba haciendo las delicias de Ángel. Veía ante si ese bellísimo rostro, esos pechos pequeños y blanquecinos coronados por dos duros pezones que se movían al ritmo de la follada y eso le ponía a mil. Pero más se excitaba aun cuando miraba mas allá para ver a Zaida jadeando excitada, anhelante por alcanzar el propio orgasmo que se abría entre sus piernas. John se levantó dejando a Zaida arrodillada, y se acerco a la pareja, sacándose un pene tremendamente largo aunque algo fino.

-No te olvides de mi gatita, vamos a hacer los tres que la perrita de ahí desee estar en tu lugar. Y asi era, ansiaba una mano, una polla, una lengua, cualquier cosa con la que pudiera liberar toda la tensión acumulada. Pero se tuvo que conformar con mirar como Nella descabalgaba para volverse a sentar sobre el miembro de Ángel, mirándola, mientras engullía el nuevo ariete que se le ofrecía. Tenía una visión privilegiada de la muchacha llena por dos de sus agujeros, la polla de su novio apareciendo de su coño para volver a enterrarse en él, la de John entrando y saliendo de su boca dejando restos de saliva en la comisura de sus labios, todo acompañado por los jadeos que a duras penas podía articular. Y ella allí, cada vez más cachonda, cada vez mas caliente, sintiendo el cosquilleo en su clítoris por el simple roce del tanga, en los pezones al rozar con el vestido. Cerraba los puños sobre sus rodillas, se mordía el labio inferior mientras daba bocanadas para llevar algo de aire a su pecho. Nunca habría sido capaz de imaginar que podría excitarse tanto sin siquiera tocarse. Sentía las mejillas encendidas, calor por todo el cuerpo, ansias por poder correrse de una vez…. Esta visión fue demasiado para Ángel, que entre profundos alaridos descargo toda su leche en el interior de Nella, la cual no dejo de follarle ni en uno solo de sus espasmos. Rara vez duraba tan poco, pero el estar follándose a esa preciosidad mientras su novia miraba pidiendo a gritos ser calmada era demasiado. La joven muchacha se sacó el miembro que acababa de terminar en su interior y acto seguido se puso a limpiarlo.

DIOSSS, es imposible que pueda estar más cachonda, pensó Zaida. Los latigazos de su novio al terminar los había sentido como propios, pequeños empujoncitos que daban a su maniatado cuerpo en pos del placer. Una caricia, un beso, un soplo habrían hecho posible que alcanzara su orgasmo. Aun trataba de asimilar estas nuevas sensaciones que la torturaban y la agradaban por igual cuando escucho la voz de John:

-Toma nota gatita, una buena sumisa siempre deja la polla de su amo bien limpia después de cada corrida le dijo a Zaida, que ardía de envidia por ocupar el lugar de la chica. Esta se había inclinado para realizar los trabajos de limpieza, mientras que su coño era de nuevo ocupado por John. Te estás portando bien, veo que haces esfuerzos por no tocarte, así que te voy a dar un premio: Voy a dejar que uses uno de tus dedos para acariciarte, pero solo uno de ellos, por donde tú quieras. Pero recuerda que no puedes correrte sin pedir permiso. Sin perder un segundo el dedo corazón de su mano derecha viajó raudo hasta su entrepierna, siendo recibido con alegría por un clítoris rojo e hinchado. Menos mal! Pensó Zaida para sus adentros, algo que echarme a la boca. Ni se imaginó lo equivocada que estaba cuando tras un par de caricias a su botoncito, apareció los primeros signos del orgasmo. Reprimiéndose el deseo de seguir, pero recordando la prohibición, tan solo pudo cerrar los ojos y morderse el labio intentando contener el incipiente clímax que tanto ansiaba y que no podía coger. Asi que haciendo verdaderos esfuerzos por controlarse, comenzó a darse caricias extremadamente suaves, livianos como suspiros en su húmedo clítoris, que le proporcionaban un ínfimo consuelo al no poder descargar toda la tensión acumulaba. Le estaba resultando muy duro contenerse, pero nunca había estado tan excitada. Siendo inconsciente de las penurias de Zaida, Nella disfrutaba con la polla de su amo recorriéndole el interior, arrancando gemidos de su garganta cada vez que el falo hacia tope en su vagina, a la vez que ya tenía el miembro de Ángel nuevamente dispuesto para el combate.

-¿Qué piensas gatita? ¿Crees que las dos pollas deberían estar alojadas en dos agujeritos? Zaida, pensando que era alusión directa hacia ella y que por fin iba a ser aliviada, casi se corre al oírlo, mientras asentía fervientemente con la cabeza. Por fin la dejarían participar, le daba lo mismo que fuera uno u otro, solo quería un trozo de carne que la reventara y la permitiera tener el orgasmo que se había ganado a pulso. La cara de estupor que se le quedó cuando John volvió a hablar fue de campeonato Ya has oído perrita, vuelve a clavarte esa polla que te vamos a follar los dos a la vez.

No era justo!!! Uno de esos miembros la pertenecía a ella, no su solitario dedo que se esforzaba por darla placer sin llegar a terminar. En cambio veía con rabia como Nella se volvía a sentar sobre su novio, clavándosela en el culo con determinación, mientras su amo rellenaba de nuevo su coño. El grito que soltó al sentirse doblemente ensartada hizo que la odiara aun mas por egoísta, por no compartir con ella uno de esos miembros. Pero ella no tenía la culpa, era una sumisa como ella, hacía lo que mandaban y a ella la habían mandado ponerse más cachonda que una perra en celo, acumulando tensión de forma ilimitada ansiando el momento en el que pudiera liberarla. Y el momento era ahora

-Por favor amo, ¿puedo correrme? No aguanto más….

-No mi gatita, aun no puedes. Disfruta viendo como nos follamos a esta perrita, ansia ocupar su lugar, disfruta con el placer de tus amos. Te pone cachonda ¿verdad?

-Si, si, no puedo mas, necesito correrme, por favor amo, deme permiso acompañaba sus suplicas con caricias en su rajita que estaban muy lejos de conseguir calmarlas

-No, aun no es el momento. Da gracias que te dejo utilizar un dedito. Debes aprender a esperar tu momento

Era difícil acatar estas órdenes cuando de fondo solo se escuchaba los gritos de Nella siendo doblemente follada. Mala pécora, si tan solo pudiera adueñarse de un par de esos envites tendría el orgasmo más intenso de su vida. Los dos hombres habían conseguido acoplarse al mismo rito y percutían en el interior de la muchacha al unísono. Para Ángel era una sensación nueva, placentera. Había tenido sexo anal en otras ocasiones, pero nunca mientras también se follaban el coño de la chica. En cada embestida sentía la polla de John a través de la delgada pared que los separaba, provocándole olas de placer desconocidas. Las embestidas acompasadas tenían sus frutos en chica, que entre jadeos rogaba a su amo.

-Por favor señor, me viene, deme permiso para correrme..

-¿Lo deseas perrita? ¿Te lo has ganado?

-AHHH, por favor señor, De permiso a su perra para correrse, ARGGG, siento como me llega AHHHHA, POR FAVOOOOOOOOOR!!!!!

-Bien perrita, puedes correrte a nuestra salud

-SIIIIIIII, DIOS!!!!!!!!!! ME CORRO

Se desató una vorágine de gritos, jadeos y espasmos al alcanzar los tres de forma escalonada el punto álgido del placer. Según notaban su venida los dos hombres se descompasaron en las arremetidas con lo que Nella dejó de sentir por donde la venían las estocadas, se convirtió en un percutir continuo que la alargo la corrida hasta límites insospechados, mientras sus amos se derramaban en su interior

-Siii, siii……. no dejéis de joder a esta perra, AHHHHHHHHH……….., Darme duro siiiiiiiiiiii, llenarme por dentro amos, Folladme como la puta que soy JODEEEERRRRRRRRR

Fue demasiado para Zaida: el calor, la tensión y la excitación hicieron que se le nublara la vista, y tras un leve mareo se tumbó en el suelo. Colocó ambas manos bajo su culo, para negarles la posibilidad de las caricias, a la vez que movía la pelvis arriba y abajo, de forma inconsciente, simulando una follada. Nunca había ansiado nada como correrse en ese momento, pero no podía ceder, no podía fallar a la primera prueba, quería mas, necesitaba más, pero a fe que se lo iba a ganar, iba a demostrar que podía ser la mejor de las perras.

-¿Cómo estas mi zorrita? Se estremeció de nuevo al escuchar a su novio llamarla asi Joder, nunca te había visto tan cachonda, si a duras penas puedes respirar… Pero no te preocupes, que recibirás tu premio por lo bien que te has portado Por detrás John, que nuevamente volvía a acariciar el cuello de Nella, asentía satisfactoriamente al escuchar las frases de Ángel. Tenía potencial, y si el chico sabía jugar sus bazas sería sencillamente espectacular.

-Bien Ángel, la persona a la que os voy a mandar ya os ha visto Dijo mientras señalaba su móvil, estratégicamente situado en uno de los reposabrazos captando toda la acción que se había producido Una video llamada, jejeje. Perdonar el atrevimiento, pero esta mujer es muy elitista y exigente, y no iba a aceptar recibiros sin veros antes en acción. Pero no os preocupéis: si os recibe os dará el video sin copia alguna. Si no, simplemente lo borrará. Es una Madame, pero totalmente legal. A ver si tengo un SMS…. "Ella exquisita, el tiene que encontrar su camino. Mándamelos" Vaya, la habéis caído en gracia, jajajaja. Vais a disfrutar muchísimo con ella. Toma esta tarjeta con la dirección, dádsela al portero y él se encargará. Aun es pronto, podéis aprovechar. Y ahora si nos disculpáis mi perrita y yo tenemos asuntos que atender. A sido un verdadero placer- dio un apretón de manos a Ángel – Seguro que nos volvemos a ver –Dijo mientras salía de la habitación, obsequiando antes a Zaida con una caricia en la cabeza, y seguido de una Nella desnuda

Se quedaron solos, él de pié, tan solo con el calzoncillo puesto, ella aun en el suelo, sin haber perdido un ápice de la calentura. Amparada por la seguridad de estar solos, se puso a gatas y se acercó a Ángel ronroneando….

-Amorcito, me has puesto perrísima y necesito un desahogo… ¿verdad que me vas a ayudar??

ZAAASSSS!!! El tortazo le llegó sin aviso. Desde luego no fue fuerte, hubiera podido imprimirle muchísima más violencia de haber querido. Era lo que simbolizaba lo que hizo que el manantial qué era su coño siguiera goteando

-¿Quién te crees para hablarme de esa forma? ¿Acaso te has olvidado que eres mi perra? – Se le notaba al bueno de Ángel que empezaba a disfrutar de verdad con la nueva situación – te correrás cuando yo quiera, eso siempre y cuando te deje hacerlo, por supuesto. Ahora vámonos donde son ha dicho John, y vas a conducir tú, que le estoy cogiendo el gusto a esto de hacerte sufrir…..

Jodido cabrón, si que aprende pronto el bastardo. Pensó Zaida, aunque ya no se sorprendió cuando tras la reprimenda notaba que su cuerpo volvía otra vez al alza tras el minúsculo descanso. Joder, lo estaba pasando realmente mal, cachondisima perdida y sin poder desahogarse, notando la humedad que se le escurría piernas abajo, pero algo en su interior la instaba a no ceder, a aguantar todo lo que fuera necesario porque la corrida (Si es que la llegaba a tener claro) iba a ser monumental. Se vistieron, salieron al coche y se pusieron en camino. Era fácil llegar, estando situado como estaba en una de las calles principales, pero Ángel no se cortó en los poco más de 15 minutos de trayecto en acariciarla las piernas, la cara interna de los muslos o el costado para asegurarse que la temperatura de Zaida no bajaba lo más mínimo. Llegaron al local: luces de neón, alfombra en la entrada, un portero macizo en la puerta y servicios de aparcacoches. Si era un puticlub, desde luego era de lujo. Bajaron del coche y pararon unos segundos ante la puerta mientras buscaban la tarjeta

-Bueno zorra, vamos a ver si hemos aprendido algo hoy….

Ella no pensaba, no escuchaba. La sola visión del portero, de un hombre, imaginando lo que podría hacerle su polla en las condiciones en las que se encontraba, hacia que su mente no permitiera la entrada de ningún pensamiento que no tuviera algo que ver con su desatendida rajita

CONTINUARA…..