Yurena

Una transformación misteriosa

YURENA

Nací en un pueblo de Normandía, (Francia) cerca de las playas del famoso desembarco de la segunda guerra mundial, mi padre trabajador incansable y buen esposo y padre, mi madre una mujer humilde de pueblo, sencilla y sin aspiraciones en la vida, vivía para su familia. Por desgracia, la perdí, cuando apenas tenía 13 años,  un cáncer de colon se la llevo en 6 meses.

La perdida de mi madre, abatió el espíritu alegre de mi padre, sumiéndolo en una tristeza constante, no levantaba cabeza, del trabajo a casa y viceversa, los días de descanso se los pasaba encerrado en casa recordando a mi madre.

Un día, con motivo de las fiestas del pueblo, salimos a dar un paseo, en la plaza del mismo había una serie de puestos ambulantes, casetas de tiro, bares, tómbolas y otro tipo de diversiones. En uno de esos puestos, había una chica que atendía al público, tendría unos 28 años, ella se encargaba de atender las mesas, ya que era la hija del dueño, era una cervecería ambulante alemana, era rubia, ojos azules hermosos pechos dientes blancos como perlas y una sonrisa que cautivaba, nos sentamos a tomar algo, mi padre pidió una cerveza y para mí un refresco además de unos Hot Dogs, especiales de la casa, se llamaba Helga, nos atendió con prontitud y amabilidad. Yo me fije que a mi padre la vista le cambio, sus ojos mostraban un brillo, que desde la muerte de mi madre no tenia, no sé si seria por la figura de la chica o por otra cosa, lo que si es que permanecimos en ese lugar casi toda la tarde, Helga, con su simpatía atendía a las demás mesas y cada vez que pasaba cerca de nosotros, mi padre la llamaba para pedirle algo, yo me aburría y le pedí permiso para recorrer la feria yo solo. Allí lo deje mientras paseaba viendo los puestos de la feria.

Al día siguiente, por la mañana, mi padre volvió a la susodicha cervecería, cuando lo encontré, estaba sentado en una mesa y hablando muy amigablemente con Helga. Me dio la sensación de que había encontrado a una mujer que sustituiría a mi madre. En parte me alegre, a él se le veía más alegre pero me entristecía porque me daba la sensación de que ya se había olvidado de mi madre.

Las fiestas, terminaron y la cervecería se marcho, a los pocos días, comenzaron a recibirse cartas desde distintos pueblos, unos cercanos y otros más alejados, todas ellas tenían el mismo remite, Helga. Así transcurrió un año. Cuando se volvieron a celebrar las fiestas, mi padre no faltaba ningún día al recinto de las fiestas, había vuelto la cervecería alemana y con ella Helga.

Un día le pregunte.

-          Papa, desde hace un año, me he dado cuenta de que recibes cartas de la Srta. De la cervecería, Helga, ¿es tu novia?

-          Bueno hijo, sinceramente me gusta y parece ser que yo le gusto a ella, con eso quiero decirte que no me olvido de tu madre, pero tú necesitas una persona que te cuide y yo una persona que me quiera. Le he hablado mucho de ti, y quiere conocerte mejor, por eso estos días por las mañanas, que ella tiene menos trabajo, iremos los tres juntos de paseo, quiero que tu también la conozcas mejor.

-          Papa, ¿Te vas a casar con ella?

-          Bueno hijo, es pronto para decirlo, pero ten por seguro que tu serás el primero en enterarte además no lo hare sin tu aprobación.

-          ¿Y cuándo podremos salir a pasear?

-          Mañana mismo, te parece?

-          Perfecto.

Al día siguiente, me puse mi mejor traje y con mi padre fuimos a buscarla, la recogimos en la cervecería y los tres salimos a dar un paseo y almorzar en una fonda a las afueras del pueblo.

Durante el paseo, Helga, cogida de la mano de mi padre, me veía con buenos ojos, en realidad me caía bien, en un prado nos sentamos y mientras mi padre hablaba con el mesonero Helga me dijo.

-          Pierre, quería hablar contigo a solas, no sé si tu padre te conto algo pero si no es así yo quiero aclarar las cosas. Cuando el año pasado conocí a tu padre y a ti el me cayo muy bien, congeniamos y sin darnos cuenta nos enamoramos, me pidió que me casase con él, me dijo que tu madre falleció hace unos años, yo no pretendo sustituir a tu madre a la que seguramente la sigues queriendo, pero tu padre es un hombre con unas grandes ganas de vivir, y de vivir con gente que lo quiera, se que tu lo quieres, pero yo también, y quería decirte que si tu quieres me gustaría casarme con tu padre, yo te cuidaría como lo haría tu madre, si no me aceptas, yo respetare tus deseos y me alejare de la vida de tu padre y no volverás a verme nunca, no quiero que por mi causa pierdas el cariño de tu padre y el tu cariño.

-          Helga, la primera vez que te vi hace un año, pensé para mis adentros, “Que chica más guapa, una así le convendrá a mi padre”, parece ser que mi padre tuvo el mismo pensamiento, si de verdad quieres a mi padre, no será por culpa mía que te cases con el si así lo haces feliz y el te hace feliz, ¿Para cuándo pensáis la boda?

-          Pierre, que alegría me das, dame un abrazo.

Desde la puerta del mesón, mi padre nos estaba viendo, cuando vio que ambos nos abrazábamos vino corriendo hacia nosotros y los tres nos abrazamos. El transcurso del día fue especial, la alegría se mostraba en el rostro de mi padre.

Se dispuso la boda para dentro de tres meses, una vez casados, mi padre y Helga irían a vivir a Alemania, donde su familia tenía una pequeña fábrica de cervezas, la casa donde vivíamos la vendería y el dinero de la venta, lo ingresaría en una cuenta a mi nombre a plazo fijo, hasta que cumpliese la mayoría de edad. Yo me quedaría en Francia, en un Colegio interno, donde terminaría mis estudios y comenzaría una carrera de formación profesional a escoger a mi gusto, podría ir a visitarlos las veces que quisiese y estaríamos en contacto constantemente, el colegio en cuestión estaba en El Havre, importante puerto de Francia.

Tras la boda, mi padre y Helga, al despedirse me dijeron.

-          Hijo, no creas que no te queremos, pero es lo mejor para ti, la dificultad del idioma sería perjudicial para tus estudios, por eso termínalos en Francia, aprovechando para estudiar Alemán, y ven a vernos las veces que quieras, nosotros también vendremos a verte, ya tienes 17 años, si tienes alguna dudad en la vida, no te quedes con ella pregunta. La vida da muchas vueltas y donde menos lo esperas encuentras la felicidad. Te queremos.

Marcharon a su nuevo hogar y yo me fui al colegio donde me había matriculado, todas las semanas recibía carta de ellos, contándome como le iban las cosas a mi padre ya que el alemán no se le daba muy bien, pero tenía la ayuda de Helga.

El tiempo pasó, termine mis estudios y comencé los de informática programación, a los tres años los había terminado, mi padre me mandaba mensualmente una pequeña cantidad de dinero para mis gastos, y como apenas tenía, ese dinero lo guardaba teniendo de esa manera un pequeño remanente para necesidades.

Al terminar los estudios, me puse a trabajar individualmente en varias empresas como programador autónomo en informática, no quería estar sujeto a una empresa sola ya que si por cualquier causa perdía el trabajo después me costaría encontrar nuevo empleo, según dice el refrán BUEY SOLO BIEN SE LAME,  en si trabajaba para tres empresas de informática, siendo mi propio jefe, percibía unos honorarios por mi trabajo, que me permitían tener un apartamento en alquiler, y pagar mis vicios, que eran pocos.

Un día por la noche, trabajando, me entro en el ordenador un correo electrónico, la dirección me era desconocida y lo borre, por precaución de que fuese un virus, no obstante tome nota de la dirección, para averiguar quién era el remitente.

Al día siguiente, desde un cibercafé, mande un mail a dicha dirección con el fin de averiguar las intenciones, dándole una dirección de otro correo que recibiría en el cibercafé.

Al cabo de unos días, al pasar por el ciber, entre y me conecte con el correo que había mandado, la contestación me sorprendió decía:

-          Hola soy Erika, soy crossdresser, me gustaría chatear contigo, cómo te llamas, te mando una fotos mías, espero que te guste, un beso.

Adjuntaba una serie de fotografías de una chica como de unos 24 años, morena, ojos negros, pechos no muy grandes, en si era una chica guapa.

Guarde el mensaje en un lápiz de memoria y me marche.

CONTINUARA