Yurena 8
Una transformacion misteriosa
YURENA – 8
El día señalado, salí rumbo a Alemania, mi padre me esperaba en la estación, cuando me vio casi no me reconoce, hacía años que no nos veíamos personalmente, el apenas había cambiado físicamente, tenía algunas canas pero aun era joven, estaba feliz, como un padre primerizo, me abrazo y me dijo.
- Hijo, que alegría el volverte a ver después de estos años, te encuentro muy bien, veo que te cuidas físicamente, que haces para mantenerte en forma.
- Bueno papá, nada del otro mundo, una vida sana, ejercicios físicos para evitar el sedentarismo de mi trabajo, salgo a correr todos los días, no fumo y apenas bebo.
- Como esta Helga, tengo ganas de verla, me supongo que muy ilusionada con lo que le viene encima.
- Esta más guapa cada día, parece ser que el embarazo le ha sentado muy bien, incluso con ocho meses de embarazo aun me pide sexo, claro está que a estas alturas el médico nos suprimió las penetraciones, únicamente caricias. Pero bueno que te estoy contando, ya sabrás cuando estés en mi situación, vamos rápido para casa que tiene ganas de darte un abrazo.
Al llegar, Helga me abrazo como una madre, su voluminoso cuerpo le impedía moverse con la soltura con que lo hacía cuando la conocí, sus pechos habían crecido por causas del embarazo a cada movimientos bailaban dentro de su sujetador, su tripa sobresalía de la línea perpendicular de su cuerpo, su rostro, mostraba una alegría ya no solo por su estado, sino también por mi llegada, mostraba que me quería como una madre, al abrazarme me dijo al oído.
- Pierre, me alegro mucho que estés con nosotros en estos momentos eres una persona muy importante para mí. Cuando me diste tu consentimiento para casarme con tu padre, sentí dentro de mi corazón, lo que ahora estoy sintiendo con el hijo que llevo en mis entrañas, te quiero como si te hubiese parido, tu padre me ha hecho muy feliz.
Mi padre, me indico mi habitación, deshice la maleta, ocultando las medicinas que llevaba, tenía que procurar deshacerme de los restos de ellas, los viales y las jeringuillas diariamente saliendo de la casa.
Aquel primer día, casi no salimos, nos quedamos en casa hablando de cómo había pasado los años, mis estudios mi trabajo, mis amistades, me preguntaron si tenía alguna amistad especial, le dije al respecto que de momento no había nadie en especial, solamente amigos y amigas con los que salía algún sábado a tomar unas cervezas y a bailar en grupo, pero que no había nadie, mi trabajo me estaba dando mis frutos, trabajaba para tres empresas como autónomo llevándoles toda la cuestión de informática, páginas web, presentaciones online etc., ganaba mis buenos euros permitiéndome una vida no multimillonaria, pero si desahogada sin apuros económicos, incluso el dinero que mi padre me había dado por la venta de la casa familiar no lo había tocado, por lo que me estaba produciendo unos intereses para un futuro.
Durante las primeras semanas, mi padre y Helga, se dedicaron a enseñarme la ciudad y sus alrededores, no querían alejarse mucho de su casa, no fuese que el parto se adelantase y los cogiese fuera de la ciudad, con lo que ello podría ocasionarles. En varias ocasiones en la que me encontraba solo con Helga, ya que mi padre salía a trabajar a la fábrica, le preguntaba cómo se sentía, que sensaciones tenía durante el embarazo y le dije.
- Helga, perdona que te haga esas preguntas, tan particulares para una mujer, pero como sabes, mi madre murió muy joven, yo apenas tenía 13 años, si no se hubiese ido, posiblemente tendría más hermanos y la curiosidad infantil me llevaría a preguntarle como estaba, las clásicas preguntas de un niño a su madre embarazada, si te molesta, si pesa mucho etc.
- Lo comprendo perfectamente, esas mismas preguntas se las hice yo a mi madre cuando estaba embarazada de mi hermana, no me molesta en absoluto, incluso creo que son necesarias para el desarrollo normal de los niños, que sepan desde que son pequeños que un embarazo es un hecho normal en la mujer y nosotras mismas debemos de explicar a nuestros hijos lo que sentimos en esos momentos.
- Los primeros meses, tenía una gran ilusión de que se me notase enseguida mi barriga, todos los días la acariciaba y le hablaba a mi hija, es una niña, me lo dijo el médico, poco a poco al ir creciendo la barriga, notaba que la ropa ya no me serbia, lógico, mis pechos, que ya de por si eran grandes, he tenido que cambiar dos veces de talla de sujetador, me pesan incluso a veces cuando tu padre me acaricia rezuman calostro y me dejan mojada, las aureolas de mis pechos se han vuelto más oscuras y sensibles los pezones, se están preparando para su función. Duermo mal, no encuentro la postura idónea, la barriga me impide moverme con soltura en la cama, a tu padre lo tengo relegado a una esquina de la cama, dice que duerme como las gallinas, en el palo del gallinero, pero lo sigo queriendo cada día más y a ti también Pierre.
- Helga, quisiera pedirte un favor.
- Dime hijo.
Era la primera vez que me llamaba hijo.
- Que no te parezca mal, ¿me dejas tocar tus pechos?
- Claro, ven.
Me puse frente a ella, se desabrocho la blusa, dejando al aire sus pechos escondidos bajo el enorme sujetador, se desabrocho el mismo, sus pechos entonces libres de la opresión del sujetador descendieron, ella los levanto y me los ofreció. Efectivamente la aureola que rodeaba sus pezones era grande, los pezones mostraban una turgencia para mi completamente desconocida, me cogió la mano y la puso sobre ellos invitándome a acariciarlos. Suavemente deslice mi mano sobre aquellas inmensas tetas que se estaban llenando de leche para alimentar a mi futura hermana, los apreté suavemente en eso pude observar que de sus pezones salían una pequeñas gotas de calostro que se deslizaban por la superficie de sus senos, me dijo.
- Si quieres, puedes beber de ellos, tu padre lo hace cuando me excito, no te preocupes que no le diré nada.
La vi hacia sus azules ojos, ella con su mirada me dio su consentimiento, me agache un poco y metí en mi boca uno de aquellos enormes pezones, comenzando a mamar de ellos, sentí que mi boca se llenaba de un liquido medio dulzón, agradable, mi mano instintivamente oprimía su pecho como si estuviese ordeñándolo, tan solo unos minutos y ella misma me ofreció el otro pecho para que hiciese con él lo mismo. Me sacio.
Al terminar me dijo.
- Esto me lo hace tu padre casi todas las noches, cuando nos acostamos, yo se lo pido pues mis pechos están muy cargados, me los alivia y puedo dormir mejor, ya que no rezuman por la noche. No te preocupes, no le diré nada a tu padre, y mientras pueda y quieras los tienes a tu disposición.
Luego de que se volviese a recomponer la ropa, cogió mi cabeza y me dio un beso en la frente diciéndome.
- Sé que eres un buen hijo, y serás un buen hermano para mi niña, te quiero mucho.
En tan solo una mañana, había aprendido mas de las mujeres y su manera de ser que en el resto de mi vida, en realidad, yo había vivido apartado por las causas que sabéis de un entorno familiar falta del cariño de una madre.
Durante mi estancia, ayudaba a Helga en las labores de la casa que le eran pesadas para su estado, sacaba la basura, aprovechando ese momento para deshacerme de los viales y jeringas utilizadas, la acompañaba a la compra, incluso también la acompañaba a comprar alguna ropa para mi hermana. Un día yendo con ella, pasamos por delante de un instituto de belleza unisex, pude leer en sus escaparates que hacían depilaciones integrales tome nota de la dirección para pedir cita. Por la tarde yendo solo me acerque al citado instituto, entre y solicite cita para una depilación integra, les indique que practicaba natación y quería rebajar mi propia marca por una apuesta que tenia con mi entrenador y miembros del equipo, por lo que necesitaba que me hiciesen una depilación definitiva integra, incluso la barba, bueno los pocos pelos que tenia, si se podía llamar barba. Me dieron cita para el día siguiente por la tarde.
Al salir de casa, le dije a Helga que saldría a hacer un poco de footing, no quería perder mi forma física y que estaría fuera un par de horas, me puse un chándal unas zapatillas y salí a correr. Al llegar al establecimiento, tan solo espere cinco minutos, enseguida me llamaron y me pasaron a una sala apartada, me invitaron a desnudarme completamente, me dieron unas gafas para protegerme los ojos y me tumbe en una camilla. Ya tumbado, apareció una chica me pregunto qué tratamiento era el que deseaba, le dije que una depilación total y definitiva de todo el cuerpo de cejas para abajo.
Me aplicaron una crema por todo el cuerpo, brazos, piernas, pecho, axilas cara, pubis, perineo, espalda, glúteos, posteriormente procedieron a pasarme el rayo de luz láser por todas ellas, al final, me pasaron una nueva crema, dejándome todas las zonas completamente limpias de pelos, al terminar, pague los servicios me vestí y me marche, haciendo footing al llegar a casa estaba sudando, directamente me fui a mi cuarto y me duche, al verme íntegramente desnudo y con una depilación integral, me quede con la boca abierta, se habían acabado las maquinillas para depilarme.
Durante mi estancia en casa de mi padre, comencé a sentir unas pequeñas molestias en los pechos, los notaba más sensibles y algo más flácidos, mi piel la sentía en general más suave, mi pelo más brillante y suave, al parecer, el tratamiento comenzaba a hacer sus efectos. Todas las noches en mi soledad me acordaba de Maurice, y me aliviaba, con el consolador que me había comprado, no obstante busque en alguna tienda de sex shop algo que me facilitase el masturbarme, además de necesitar una polla en el culo, también necesitaba descargarme, necesitaría tiempo, seguramente encontraría algo.
Estábamos a primeros de Diciembre, el día 6, Helga se empezó a encontrar mal, parecía que el momento había llegado, los acompañe al sanatorio, a las 3 de la mañana estaba naciendo mi hermana Marlene, una hermosa niña de ojos azules 3,300 tenía la cara de su madre. Por la tarde acudieron a saludarla, sus padres y su hermana, mi padre estaba feliz, tras el bautizo Helga se dedico en cuerpo y alma al cuidado de su hija, yo la sustituía en todo aquello que podía, tanto en la casa como en la fábrica.
Durante mis visitas a la ciudad, encontré un sex shop, entre y pude encontrara un masturbador masculino, era el ideal, ya que la parte importante tenía dos versiones intercambiable, una semejaba a una vagina y otra a un ano, me lleve la que simulaba una vagina y un ano, ya que las vendían en un kit con las dos versiones. También adquirí unas nuevas prótesis de pecho, mas grandes que las que tenia, después de haber visto los pechos de Helga, descubrí que me gustaba los pechos grandes. Esa misma noche la probé como estaba acostumbrado a meter mi polla en culos, puse la que lo simulaba, lo lubrique con el gel que venía, y comencé a masturbarme, la succión que ejercía sobre mi pene era autentica, absorbía mi pene y lo apretaba sobre sus paredes como si de un autentico esfínter se tratase, me produjo tres eyaculaciones durante toda la noche, mis huevos estaban muy cargados además mientras me masturbaba, el consolador me lo había metido en el culo, estaba viviendo una sesión de sexo brutal, me estaba penetrando con el consolador y al mismo tiempo me estaba pajeando con el masturbador, esa noche lo poco que dormí fue relajante ya que quede agotado.
Mi hermana Marlene iba a cumplir 3 meses, yo tenía que regresar le escribí a la portera, anunciándole que por un tiempo indefinido tendría que permanecer en Alemania, ya que mi padre se había puesto enfermo, y como mi hermana trabajaba en lo mismo que yo, ella me sustituiría en mi trabajo, ocupando mi casa, le había dado una llave ya que no sabía a la hora exacta a la que llegaría. Programe mi llegada para un sábado de madrugada, eso me permitiría entrar en mi casa sin que la portera me estuviese esperando, y me presentaría al día siguiente como Yurena, indicándole que había llegado de madrugada, en automóvil me había traído un amigo desde Alemania que iba de paso para Cabourg. A partir de ese momento ya podía entrar y salir de la casa como Yurena, sin andar escondiéndome.
CONTINUARA