Yurena 15
Misteriosa transformación
YURENA – 15
Tras los acontecimientos que me habían pasado, mi vida fue cambiando lenta pero inexorablemente, me dedique a mi trabajo de informática y atender a mis clientes, a la par que estudiaba los acontecimientos que habían ocurrido en mi cuerpo, pendiente de la venida de mi primera regla.
Desde la última visita de Maurice no había tenido noticias de él, un día comencé a encontrarme indispuesta, notaba una hinchazón en mi bajo vientre, mis pechos lo notaba más duros y sensibles, fue entonces cuando recordé las indicaciones de la ginecóloga, por lo que procedí a ponerme mi primera compresa y esperar, cada vez que me sentaba para orinar revisaba la misma para ver si había señales de sangrado. Pero la dichosa señal no aparecía. En realidad tenía ganas de tener mi primera menstruación para sentirme realmente mujer.
Una mañana cuando me estaba duchando me vino, en un principio no la sentí, ya que como estaba mojada no notaba el flujo que salía de mi vagina, fue cuando al enjabonarme las piernas observe que un pequeño reguero de sangre bajaba por mi pierna, al principio me asuste, pero enseguida me di cuenta de que estaba menstruando, me lave a conciencia u una vez termine de ducharme al vestirme me puse la compresa para que absorbiese el flujo de mi menstruación.
Cada vez que orinaba revisaba las compresas con el fin de comprobar si había sangrado lo suficiente para cambiarla. Por la noche me ponía una más grande, como me había indicado la ginecóloga, así pase 5 días, hasta que deje de sangrar, mi bajo vientre ya no me dolía y mis pechos ya no estaban tan duros y sensibles. Anote la fecha del primer día de sangrado y comencé a llevar un control de mi periodo con el fin de poder saber cuáles serian mis días fértiles y mis días estériles.
Habían pasado 6 meses desde mi transformación y 5 desde mi primera regla, comprobé que el periodo me bajaba exactamente cada 28 días. Con esos datos consulte con la Dra. Que me indico cuando eran los días de mi ovulación y por lo tanto los días en los que podría quedarme embarazada y que para evitarlo me receto unas pastillas con el fin de evitar la ovulación. Debería tomarlas una diaria durante un mes y descansar una semana y así asta que decidiese quedarme embarazada.
Durante esos meses deseaba la visita de Maurice, necesita su polla dentro de mí, y ahora mucho mas ya que quería que fuese él que me desvirgase, durante esos meses me masturbaba acariciando mi nuevo clítoris el cual me producía unos orgasmos intensos y placenteros y para las penetraciones seguía con los consoladores anales, pero my gran deseo era el entregarme a la persona de la que me había enamorado.
Un día recibí un mensaje de Maurice citándome en el lugar de siempre, me lleve una gran alegría, sin falta me puse mis mejores galas y acudí a la cita, cuando llegue el ya estaba esperándome, al verme se puso de pie y me sonrió, al llegar a su lado le puse mis brazos sobre su cuello y uní mis labios con los de él, fue un beso largo y completamente de amor, nos sentamos y le conté todo lo que me había pasado, mis primeros meses con la nueva experiencia de ser totalmente una mujer, él no decía nada solamente sonreía y sujetaba mis manos, le dije que durante todo ese tiempo le había echado mucho de menos y que deseaba que fuese el mi primer hombre que me penetrase como lo que era en ese momento una mujer.
Tras la cena, me llevo a mi casa, subió a tomar la ultima y como siempre tras cerrar la puerta me lance hacia el, loca de tenerlo nuevamente para mí, lo fui desnudando sin dejar de besarlo cuando ya estaba completamente desnudo comencé a desnudarme muy lentamente, veía como su pene aumentaba de tamaño como nunca se lo había visto, llegamos al dormitorio y me tumbe sobre la cama, el se acomodo a mi lado y comenzó a acariciarme todo el cuerpo, mis labios mi nuca, mis orejas, mis pechos besando mis pezones que estaban duros de lo excitada que estaba, sus manos fueron explorando todo mi cuerpo al llegar a mi nuevo sexo se paro, con una suavidad extrema lo acaricio, lo beso con sus largos dedos separo los labios mayores y acaricio mi clítoris me hizo llegar a un orgasmo sin ni siquiera penetrarme, estaba chorreando mis jugos vaginales, se coloco sobre mi y con la delicadeza que tenia comenzó a colocar su enorme pene a la puerta de mi vagina, yo notaba como lentamente mi vagina se abría dejando paso a aquel hermoso atributo hasta que se paro, me dijo:
- Cariño a llegado el momento de hacerte mujer, estas preparada?
- Lo estoy desde hace 6 meses esperando este momento por favor hazme tuya
Con un golpe seco de sus caderas metió todo su pene dentro de mí, sentí un pequeño dolor que al poco tiempo desapareció motivado a los movimientos de mete y saca que hacía. Yo le agarraba con mis piernas rodeando sus caderas y pidiéndole.
- Dame fuerte cariño soy tuya descarga toda tu leche en mi nuevo coño, solo es para ti quiero que seas mi hombre.
- No te preocupes, tú serás mía y nadie te dejara preñada, me darás un montón de hijos y tú conseguirás el placer que sientes ahora multiplicado por las veces que quieras.
En eso tras varios movimientos de mete y saca, el dio un grito corriéndose dentro de mí al mismo tiempo que yo me corría, coincidiendo ambos en un orgasmo brutal y plenamente satisfactorio. Había notado como su esperma golpeaba el interior de mi vagina en cada movimiento que hacía.
Tras la corrida, quedamos tumbados y abrazados, no dejamos de besarnos y acariciarnos durante toda la noche hasta que ambos quedamos dormidos abrazados.
Al levantarnos, el estaba todavía dormido, para despertarlo le hice una mamada, su pene que estaba flácido al entrar en mi boca comenzó a crece, cuando ya estaba en plena erección me senté sobre él y me lo folle, era mi primer polvo en esa postura, su pene alcanzaba el cuello de mi útero, mis movimientos circulares de cadera, además de los movimientos de sacármelo y volver a metérmelo acelero nuestro deseo hasta tal punto que cuando nos dimos cuenta los dos nos habíamos corrido, su esperma había llegado directamente al cuello de mi útero, mientras el agarraba mis pechos exprimiéndolos como si de unas naranjas fuesen. Nos duchamos juntos, yo le lavé su pene con el cariño que se merecía y él me lavo mi coño aprovechando para meter sus dedos en el.
Tras la ducha desayunamos como si fuésemos dos recién casados tras su primera noche juntos.
Al marchar me dijo:
- Cariño, tengo que estar ausente una semana, mañana te mandare un mensaje para que atiendas a unos amigos, ya sabes cómo quiero que lo hagas.
- No te preocupes, los atender lo mejor que se y ahora mucho más, pero sabes que solo tu serás el que me deje preñada.
El resto del día, lo pase trabajando pero siempre pensando en aquella maravillosa noche en la que me había convertido en una autentica mujer.
Al día siguiente, recibí un mensaje citándome en una dirección a la que acudí a la hora señalada, era una pequeña casa en las afueras, al llamar me abrió la puerta un chico tendría unos 26 años me mando pasar a un salón, allí estuve esperando unos 10 minutos, al cabo de los cuales aparecieron unos señores todos rondarían los 33-36 años bien parecidos musculosos unos eran rubios, había un negro y otro que por su apariencia parecía árabe. En total eran 5, estuvimos hablando para romper el hielo y conocernos un poco, tomamos unas copas y cuando ya nos habíamos presentado me retire para prepararme y lavarme al mismo tiempo que les entregaba a los participantes varios preservativos, indicándoles que no era por temor a embarazo sino a prevenir ETS lo aceptaron sin regañadientes, cuando regrese al salón estaba completamente desnuda, ellos habían aprovechado para irse desnudando. Me acerque a ellos y comencé a besarles en la boca al mismo tiempo que al que besaba le cogía su pene para calibrar su tamaño, el que más me llamo la atención y en realidad me asusto fuel el negro, tenía un pene en erección de unos 22cm de largo y un grosor de unos 10 ese me rompería tanto el culo como mi querido coño. Sería el último en metérmela.
CONTINUARA