Yurena 12

Transformacion misteriosa

YURENA – 12

Al día siguiente, me levante tarde, cuando baje a desayunar, el resto de los participantes ya lo habían hecho, unos estaban en la piscina y otros en la cancha de tenis, cuando termine, salí a dar un paseo por la finca, quería caminar, tomar el sol en bikini recorriendo la finca, desde luego era una hermosa finca, amplias zonas de césped, algún árbol frutal, y un pequeño parterre donde había plantado una serie de plantas como zanahorias, lechugas y tomates.

Tras el paseo me dirigí a la piscina, allí estaba Laura con uno de los muchachos, tomándose un refresco, yo directamente me metí en el agua, ya que el paseo me había hecho sudar bajo el sol que aquel día calentaba más de lo normal, enseguida me acompañaron en el agua, Laura y el chico, jugueteamos en el agua, aprovechando para meternos manos mutuamente, cuando salimos del agua, ninguno tenía el bañador puesto, estaban flotando, me acerque al chico le di un beso en la boca, al mismo tiempo que cogía su pene y así fresquito como estaba me lo metí en la boca, le dije.

-          Chico tú te tomaste una cerveza, ama me apetece una leche merengada.

-          Me parece bien, estamos aquí para disfrutar a tope y dejar atrás nuestras inhibiciones, cada uno tiene que demostrar sus deseos en lo que respecta al sexo.

Me costó un poco poner su pene en funcionamiento, ya que estaba frio por el baño, pero mi insistencia dio sus frutos y a los pocos minutos ya estaba gordo y duro dentro de mi boca, me agarro la cabeza y la movía como si fuese mi culo, haciendo que en  mi boca abierta   entrase su polla, yo notaba que la misma engordaba y que en un momento tomaría mi leche merengada, y así fue, descargo su semen en mi boca que con avidez trague.

Laura que nos veía me dijo.

-          Yurena tu eres una traga pollas impresionante, no paras de comértelas.

-          Es que tengo que aprovechar, tú tienes tres agujeros y yo solo dos, tienes más capacidad de llenarte, me gustaría tener también tres pero tengo que sustituirlo por los que tengo, por eso siempre quiero que uno este ocupado.

Tras el aperitivo, nos fuimos a almorzar, tras un café de sobre mesa, nos retiramos hasta media tarde en que nos reuniríamos nuevamente para la segunda sesión conjunta.

Cuando baje a media tarde, Lorena ya tenía una polla en el culo y otra en el coño, mientras le hacia una mamada a otro de los chicos y se la cascaba a dos. Cuando los vi le dije.

-          Chica, solamente me dejaste uno para mí, tengo que apúrame.

Me dirigí al que estaba libre y comencé a mamársela poniéndome de rodillas ante el al mismo tiempo que me masturbaba, en eso note que alguien me lamia el culo, quise darme la vuelta para ver quién era, pero mi partener me lo impidió, los lengüetazos que recibía en mi culo no eran normales, incluso también me lengüeteaba mi pene, en eso me di cuenta de quién era,

Un gran danés, negro, me estaba comiendo mi culo, entonces me puse a cuatro patas y abrí mis piernas para que tuviese mejor acceso a mi culo, al parecer le gustaba pasarme la lengua por él, en esa actitud estuvo unos cinco minutos, me gustaba la sensación que me producía su áspera lengua por mi culo ya dilatado, en eso dejo de lamerme el culo y acercándose se subió encima mía con la intención de penetrarme, nunca me había penetrado un animal, yo había visto en mi pueblo varias veces la actitud de los perros en la monta de una hembra, el tomo la misma posición, sus patas delanteras agarraban mis caderas y con cortos movimientos trataba de penetrarme, pero mi culo quedaba un poco alto, opte por bajar mis caderas y dirigir su pene hasta la puerta de mi culo, incluso llegue a ponérselo tocando mi esfínter, el animal con sus cortos movimientos logro ajustarse al lugar y consiguió  penetrarme, su pene, que terminaba en una punta afilada, pero que el resto a cada envestida era más gordo y de un color entre rosado y morado, tenía en la base dos bolas como si fuesen sus testículos, la insistencia del animal consiguió meterme en mi culo toda aquella masa de carne, yo notaba que en mi interior algo crecía llenando todo mi espacio intestinal y que pequeños chorros de semen canino invadían mi culo, en eso el animal se dio media vuelta, pasando una de sus patas sobre mi espalda, quedando pegado culo con culo, quise soltarme pero no podía. El chico que era veterinario me dijo.

-          No te preocupes, en ese momento el esta descargando su semen en tu culo, las bolas le impiden soltarse, quédate quieta y relájate, si él se mueve tendrás que seguirlo pegada, cuando el pueda soltarse lo hará, pero no fuerces la separación, puedes hacerte daño a él y a ti misma.

Permanecí pegada al animal como 20 minutos, si el se movía para adelanta, yo tenía que seguirlo caminando a cuatro patas para atrás, la imagen era jocosa, en eso el animal sin apuro ninguno, se soltó el solo, lo primero que hizo, fue limpiarme el culo con su lengua y después se limpio él, mi culo había quedado un poco hinchado por la permanencia de las bolas dentro, me lo refresque y me fui a busca un par de pollas para mamarlas, de momento no quería otra en mi culo, debía reponerme, vi que el coño de Laura estaba libre y aproveche para metérsela y descargarme en su interior, mientras mamaba una polla y masajeaba otras dos, alternaba la que tenía en la boca con las que tenía en las manos, me gustaba tener varias pollas a mi disposición, Laura me acariciaba mis pechos al ritmo de que yo la penetraba, en eso me vino una sacudida y me descargue en su vagina, era tal la cantidad de mi eyaculación que sin haberla sacado desbordaba de su interior, el grito de satisfacción fue tal que contagio a los que se la estaba mamando y masturbando, que descargo en mi boca y los otros dos sobre mis tetas, quedando completamente bañada de esperma, blanco y espeso.

Todos nos habíamos descargado, decidimos tomar un descanso para reponer fuerzas, nos limpiamos y comentamos mi debut con el perro, el chico que era veterinario, comento de que conocía a chicas que se lo montaban ya no solo con su perro, sino también con caballos, dándoles mamadas de impresión, incluso que conocía a un granjero, que para satisfacerse le daba su pene a un ternero, el cual lo succionaba como si fuese la ubre de su madre.

Tras el descanso, y aquella charla, me recline en un sofá, enseguida se acercaron dos de los chicos ofreciéndome sus pollas, con avidez, las cogí y mientras una me la metía en la boca la otras era el manubrio que masturbaba, otro de los chicos me pregunto si podía metérmela por detrás, ya que como me había quejado de mi culo, no sabía si estaría receptiva, con un gesto de la cabeza le di permiso, tras acariciarme el esfínter y escupir un poco sobre él me la fue metiendo lentamente, con los otros dos chicos alternaba con sus pollas, mientras a uno se la mamaba a otro se la cascaba y viceversa. Laura tenía más suerte, uno se la había metido en el coño otro se la había metido en el culo y al tercero se la estaba mamando, poco a poco fuimos alternando Laura me pasaba a uno y yo le pasaba otro, aquellas pollas estaban bien gordas y cargadas, la leche que expulsaban eran de mi agrado, no dejaba que se desperdiciase ni una sola gota de leche, así permanecimos casi una hora al terminar todos descargaron sobre nosotras llenándonos de leche y Laura me hizo una mamada para que yo también me pudiese descargar, terminamos agotados, mi cuerpo y el de Laura estaban pringosos del semen pero estábamos satisfechas, nos gustaban esas sesiones. Tras ducharnos, nos dispusimos a cenar y luego nos retiramos cada uno a su dormitorio. A media noche, sentí que alguien entraba en mi dormitorio, encendí la luz, era Laura me dijo

-          Yurena, necesito que me eches un buen polvo, no puedo dormir.

La invite a meterse en mi cama, empezamos a hablar y le conté mi historia, mientras ella me acariciaba el pene para ponerlo a punto, mis manos acariciaban su coño notando que estaba muy mojado, nos pusimos en un 69 , me hizo una mamada bestial, sin llegar a eyacular, mi boca absorbió todos sus jugos vaginales, su clítoris estaba hinchado tal era su tamaño que sobresalía de su capuchón, al metérmelo en la boca sentía como su fuese un pequeño caramelo que degustaba con avidez, cuando ya estábamos preparadas cambiamos de postura y nos pusimos en la del misionero, me acerque lentamente a ella, le bese sus labios y poco a poco se la fui metiendo, cuando ya estaba toda dentro me dijo.

-          Yurena, ahora dame fuerte quiero sentir tu pene en el fondo de mi coño, no te preocupes de hacerme daño, tu sabes cómo nos gusta a las mujeres que nos penetren, a lo bestia, sentir que tenemos un buen macho dentro de nosotras, y tú tienes un buen argumento, que supera en mucho al de los chicos, hazme tuya no me dejes insatisfecha por favor.

-          No te preocupes que vas a salir de aquí con las piernas bien abiertas.

Empecé a dar movimiento a mis caderas, ella me las agarraba con sus piernas cruzadas tras mi culo, a cada movimiento que hacía, yo notaba que la punta de mi pene golpeaba la cerviz del cuello uterino, a cada movimiento ella quería dar gritos de placer pero no se atrevía para no llamar la atención, movía su cabeza de un lado al otro agitándose como una posesa, ponía los ojos en blanco pidiéndome mas y mas, yo ya no pude aguantar, llevábamos en esa actitud media hora hasta que de un solo golpe, descargue todo mi semen dentro de su vagina, ella dio un pequeño grito sonoro dándome las gracias, me agarro del cuello y me dio un beso en la boca.  Esa noche dormimos juntas.

CONTINUARA