Ysabel, esposa caliente 6

Continua la historia de Ysabel una mujer con suerte en el sexo, mientras asiste a unas charlas en el pueblo de su prima le da placer al curita del pueblo.....

YSABEL, ESPOSA CALIENTE 6

En los días subsiguientes, Romina y yo conversamos de las confesiones y las charlas del curita, ganas no me faltaban de comentarle los intensos momentos que había vivido con el padre Francisco, que por cierto conoce a mi prima desde pequeña y a toda la familia también.

Pero cuando hablábamos del curita yo me enardecía tartamudeaba y ella me miraba fijamente y sonreía, la mueca que me hacia era en tono picaresco, yo me ruborizaba mas, bueno después de tanta charla salimos las dos a pasear por el pueblo por la tarde, hacia calor así que fuimos con vestidos delgados y sandalias, luego de visitar tiendas, lugares turísticos, nos sentamos en la plaza a comer unos helados, conversamos de nuestras cosas cuando Romina recibió una llamada a la cual ella respondió esta bien, yo ni le tome atención, entonces me dijo que tenía que recoger un encargo para la fiesta del Sábado, me dijo que la esperara, que no tardaría, le dije que no se demorara.

Ella se fue muy apurada quedándome sentada comiendo mi helado, a los poco minutos llegó el monacillo de la capilla y me dijo que el padre Francisco me había visto sentada y que me esperaba en la capilla para darme un encargo para Romina, yo mire a los costados me levanté y acompañe al monaguillo a la capilla, entré haciéndome la desentendida, y me senté en una banca que estaba en el patio antes del confesionario, el monaguillo se fue por una de las puertas y yo me quedé sola esperando al padre Francisco, a  los pocos minutos llegó y me dijo que la acompañara al confesionario yo dude ya que todavía era muy temprano, él avanzó y yo lo seguí al confesionario, entramos el se sentó en su silla y me jaló para que me sentara en sus piernas.

Le dije que Romina había ido a recoger un encargo y que volvería pronto y no me encontraría donde me dejó, entonces el sonrió y me dijo: no te preocupes hija mía la persona que la llamó era yo.

Le dije que vaya a recoger un arreglo a una sastrería donde ya tenían consigna que la demoren y no vendría sino hasta después de un par de horas por lo menos.

AAAhhh picaron te la sabes todas.

Nos besamos y acariciamos apasionadamente y me levanto el ligero vestido de verano que llevaba puesto, acarició todas mis partes, me dejó con sandalias y calzón ya que no llevaba brazier, siguió con sus besos y caricias,

  • Quiero pedirte algo

  • ¿Qué?

  • Como tu sabras acá en la capilla somos dos curas, y la otra noche mi compañero el padre Hernán nos vió cuando disfrutábamos de los placeres carnales

Me asusté un poco y le dije: ¿pero como? ¿Cómo nos pudo ver?

-          El como yo está mucho tiempo en la capilla y conoce todas las habitaciones y pasadizos y hasta las ranuras que hay en las puertas y ventanas, así que no me sorprende que nos haya podido espiar desde algún rincón o escondite. Pero no te asustes el padre Hernán es una persona buena y así como yo a pasado mucho tiempo en celibato y cuando nos observó despertó en el algo que creyó haber dominado hace mucho tiempo.

-          Pero tu que dices es de confiar?

-          Si hija mía por eso me ha pedido que comparta con el estos placeres, y a ti hija mia te lo estaríamos agradecidos por esta buena acción y que nadie se enterará, tenlo por seguro.

-          La verdad no se, tu me gustas mucho y me siento bien estando contigo, no se como será estar con tu compañero. ¿como y donde lo haríamos?. Haciéndome la cojuda, respondí de esa manera, yo ya había gozado a tres hombres al mismo tiempo y el solo hecho de imaginármelo otra vez me calentaba tremendamente.

-          No te preocupes por eso ponte el vestido y sígueme.

Me puse el vestido y lo seguí, atrás de su silla de confesiones había una angosta cortina y detrás un puerta del mismo ancho, y a continuación un pasadizo  oscuro que apenas se iluminaba por unas ventanas delgadas, un poco asustada apreté la mano de Francisco.

Caminamos unos 15 metros en línea recta y llegamos a otra puerta ingresamos y llegamos a su alojamiento con una bonito alfombra azul y una cama ancha con arreglos coloniales un par de sillas también con estilo colonial y un aroma a incienso mezclado con perfumes y madera no media mas de 20 metros cuadrados, tenia una pequeña ventana al lado de una puerta que quizás sea la salida principal.

Estaba nerviosa pero de arrecha, mis latidos acelerados, y u mis manos transpiraban. Francisco me dijo: algo para relajarte?

-          Quiero algo fresco.

-          Bien, te lo sirvo.

Abrió un frío bar y saco una hielera, una gaseosa y una botella de licor transparente, me lo sirvió en un vaso ancho, el también se sirvió uno y brindamos. Me tome hasta la mitad del vaso por la sed que tenia pero solo al final me sentí el trago que le había echado.

Me refrescó y a la vez sentí un pequeño ardor en el estomago que poco a poco subió hasta mis mejillas.

-          Que rico, le dije…pero que trepador.

-          Si es rico y también relajante.

-          ¿A que hora viene tu compañero?

-          Miró su reloj y me dijo: ya debe estar por llegar.

Entonces se sintieron tres golpes suaves en la puerta, Francisco se levantó y abrió muy despacio, sin hacer ruido. La habitación tenia poca luz de afuera había una lámpara de noche y velas rojas y grandes. Así cuando vi entrar al compañero de Francisco solo vi  una silueta, que se quedó de pie observándome desde la oscuridad. Yo sentada en una de las sillas, trataba de no hacer ningún movimiento. Francisco cerró la puerta le colocó un gran seguro y se acercó a mi me tomo de la mano me hizo poner de pie con delicadeza y llamo a su compañero diciéndole: Hernán acércate hermano.

El cura se acercó a nosotros y recién pude verlo en su totalidad, era calvo, mas bajo que Francisco pero mas alto que yo, pero era grueso y estaba transpirando lo que le quitaba un poco de encanto al asunto.

-          Hernán esta es Ysabel.  Ysabel este es Hernán.

-          Mucho gusto padrecito.

-          El gusto y el placer es mío, respondió Hernán. Cogiendo mi mano y besándola como todo un caballero.

El padre Hernán me desvestía con la mirada, Francisco preparó otros tres vasos con lo mismo que habíamos tomado, estábamos de pie los tres frente a frente y Francisco dijo:

-          Bien Hernán creo que debemos tomar los tragos ya que veo que estas ansioso de empezar con lo acordado.

-          Seguro , respondió..él.

Tomándose el gran vaso de un solo golpe. Yo apenas ponía el vaso en mis labios y el ya había acabado. Por su parte Francisco tomo también todo su vaso por completo luego le dijo a Hernán:

-          Como te gustaría empezar Hernán?, a Ysabel le gustaría complacerte de la forma que mas te guste, verdad Ysabel?

-          Si padrecito guíeme en lo que le gustaría hacer.

Para Hernán las palabras que escuchó sonaron como campanas primaverales, me sentó en la silla se arrodilló y me quito las sandalias, cogió delicadamente mis pies  los acarició y empezó a besarlos con delicadeza mientras que Francisco y yo observábamos de los besos pasó a lamerlos como si fuera una mascota sumisa, acariciaba mis pantorrillas y seguía lamiendo mis pies y miraba entre mis piernas.

Se levantó y se empezó a quitar la sotana, cuando lo vi desnudo me sorprendí ya que pensé que era gordo ya que el habito lo desfavorecía, pero era grueso, de hombros anchos tenia unos grandes pectorales, brazos gruesos y fornidos, piernas gruesas y una verga gruesa, ancha, cabezona de unos 18 centímetros de largo, un poco mas corta que la de Francisco. Pero me quede impresionada con su corpulencia y el único vello que le vi fue el que rodeaba su gruesa verga.

Entre los dos me quitaron la ropa que llevaba encima, mientras que Francisco acomodaba la ropa de los tres en la silla Hernán me cargó como una pluma y me echó en la cama mientras que Francisco preparaba mas tragos, Hernán comenzó a besarme, lamerme y chuparme por todas partes, cosa que me hacía reír y suspirar

Francisco se nos unió el se apoderó de mis tetas mientras que Hernán seguí lamiendo y besando mis piernas y caderas, me abrió las piernas y se apoderó de mi vagina afeitada por cierto, la cual degusto con gran morbosidad, mientras que Francisco chupaba mis tetas y mi boca.

Pareciera que estaban sincronizados en sus movimientos, luego de casi 15 minutos de jadeos besos lamidas Hernán se desprendió de mi vagina y cambió de lugar con Francisco se apoderó de mi vagina baboseada por Hernán mientras que este me besaba dejándome saborear sus labios gruesos y mojados, a la vez que me sobaba las tetas y jugaba con mis pezones. Yo me revolcaba de placer Francisco y su lengua áspera se encaramaba de arrancarme gemidos y quejidos de placer,  Hernán se incorporó  y jalándose el prejuicio dejo en libertad su glande delante de mis labios, y como es mi costumbre lo lamí con la lengua como si fuera un helado triple, para luego intentar metérmela en la boca, cuando la tuve en la boca la absorbí con tanta ansiedad que le saqué juguito a Hernán tragándomelo como una sedienta . La verga de Hernan en la boca y la lengua de Francisco en mi concha, provocaban en mi un placer exquisito que me transportaba a otra dimensión.

Francisco se detuvo se levantó me jalo hasta el borde la cama, levanto mis piernas he introdujo su vergota dentro de mi, sin ningún obstáculo que le impidiera, se comenzó a mover frenéticamente provocándome deliciosas sensaciones cada vez que me penetraba, mientras que Hernán con su verga en mi boca observaba como me lo hacia su compañero, pareciera que tomaba nota de la intensidad con que lo hacia, durante un buen rato Francisco no dejo de bombearme, se detuvo a tomar un descanso, Hernán me dijo que me levantara, así lo hice, se echó boca arriba con la verga mirando al techo y me dijo que me sentara sobre él,  entonces con mucho cuidado me puse encima de él arrodillada sobre la cama en su estomago el me copio de las cadera me levantó un poco direccionando mi concha sobre su falo mis manos sobre su pecho, sentí la cabeza de su verga en mis labios vaginales y poco a poco fui clavándome, sentí su verga mas gruesa que la de Francisco ya que sentía como se estiraba mi conchita hacia los costados. Poco a poco iba engullendo aquella verga, hasta que mis nalgas tocaron el inicio de sus muslos supe que ya me la había comido toda, Hernán amarrándome fuertemente de mis caderas no me daba indicios de querer soltarme quería sentirme toda clavada en él, yo con los ojos cerrados y la boca semi abierta, esperaba que mi conchita se estirara mas de los costados, creo que le exigía mucho a mi conchita, pero bueno, había que hacerlo por los curitas, luego de unos minutos de estar inmóvil, empecé a moverme con la ayuda de los fuertes brazos de Hernán lentamente de abajo hacia arriba, acelerando cada vez mas, hasta que tomé control de la situación, entonces comencé una cabalgata que nunca olvidaría, en cuclillas sobre Hernán seguí montándomelo como si me hubiera desbocado, haciendo gemir por primera vez a mi potro.

Mientras tanto el espectáculo era observado por francisco que bebia su trago mientras se pajeaba,

-          Despacio Ysabel, que parece que quisieras quebrarle la cintura al pobre padre Hernán,

-          No puedo detenerme… le dije. Ya la tengo dominada. Refiriéndome a su verga.

-          Para mujer ,, me dijo Francisco  que yo también quiero lo mío.

-          Pues entonces ven y tómalo ,,, le contesté

Al instante vino al rescate de Hernán me cogió de la cintura me levanto y liberó a Hernán de mi ansiosa concha. Me bajó de la cama y me puso al filo con los pechos sobre la cama y arrodillada en el suelo, me ordeno que no me moviera, metió y palpó con sus dedos el estado de mi ano, saco un pote de vaselina embadurno sus dedos y los metió en mi ano y comenzó a moverlos en todas direcciones para ancharlo. Hernán sudoroso y agitado se levantó y se tomó otro trago, cogió un vela encendida y empezó a echarme la cera derretida sobre mis nalgas como queriéndose desquitar de la montada que le dí pero lo único que provocaban aquellos dos, era arrecharme aun mas.

Ya sabia lo que se avecinaba, mi culo iba ser victima de sus potenciales embestidas, ya había perdido el control quería mas y mas, Francisco tomó la iniciativa, saco sus dedos y metió su verga larga en mi ano, mi anillo anal sintió gran placer al sentir la fricción de su verga tanto así que yo gritaba mordiendo la colcha, cerraba mis ojos y agarraba la colcha tan fuerte como cuando uno da a luz, gozamos durante varios minutos con mis gritos apagados y embestidas de Francisco,  ya había tenido muchos orgasmos pero cuando me dan por el culo me vengo con orín y todo, y así fue me oriné sobre la alfombra, pero eso no le importó a mi atacante, luego le tocó ser relevado por Hernán este me abrió las nalgas y con el camino ya trazado me la metió sin contemplaciones, mi ano de los estirado que estaba se hizo mas ancho se comenzó a estirar para los costados, la verga de Hernán me daba otras deliciosas sensaciones. Inmovilizada de la cintura para abajo por el agarre de sus enormes manos y abiertas mis nalgas por sus regordetes pulgares, estuve sodomizada durante largo rato mientras que seguía mojando la azul alfombra.

Uno tras otro se fueron relevando con mi culo, Francisco sacó su verga de mi culo mientras que nuevamente Hernán se apoderaba de el, Francisco se vino en boca, con la cara sobre la cama y de costado me tomé la leche que me brindaba su enrojecida verga, con un saborcito especial gustosa me la bebí , luego la sacó Hernán y me incorporé para poder tomarla sin dificultad, recuerden que la verga de Hernán es mas ancha y hay que abrir mas la boca, me dió abundante semen, mas que Francisco, Hernán no dejaba de botar semen al hecho que casi me atoro. Pero haciendo un esfuerzo me la tragué.

Quedamos rendidos en un profundo sueño, cuando desperté solo estaba Francisco, y me dijo que Hernán había tenido que ir a sus labores. Me bañe en el cuarto de baño de Francisco, y preocupada por prima mire mi celular y tenia varias llamadas perdidas y un mensaje de voz que decía: Oye cojuda donde estas? Estoy preocupada por ti.  Te espero donde te dejé.

Me despedí de mi macho y Salí muy discretamente de la capilla al encuentro de prima, pensando que pretexto le Daria para mi ausencia.

Lo que les contare en mi próximo relato.