Ysabel, esposa caliente 5

Historia de Ysabel, ahora por un compromiso conoce a un cura de un pueblo y este la confiesa....

YSABEL, ESPOSA CALIENTE 5

Luego de aquella tarde lujuriosa y orgiasca, todos nos despedirnos con el compromiso de vernos el próximo fin de semana o durante la semana en fin, esperé a que sean las 10 de la noche aproximadamente para salir del trabajo e irme aprisa a mi casita, calculando que mi esposo ya estaría en cama durmiendo ya que llevaba conmigo todos los regalos que me habían hecho mis amantes,; así fue,  cuando llegué a casa todas las luces estaban apagadas, entre sigilosamente subí a al dormitorio y silenciosamente guarde las cosas en mi ropero el cual nunca abría mi esposo.

Me desnude y me metí a mi cama, dormí placenteramente hasta las 7 de la mañana del día siguiente, todos despertamos ya que era Lunes día de trabajo los chicos al colegio y mi esposo a su oficina y yo en mi casa a mis quehaceres antes de salir Ricardo me dijo que mi prima Romina, madre soltera por cierto había llamado para avisarnos que había preparado el bautizo de mi sobrina para el fin de semana próximo, era un compromiso ya pactado con anterioridad y solo faltaba confirmar la fecha para lo cual nos avisaría y viajaríamos a una provincia cercana de la capital.

Bien todo quedo arreglado para el viaje de ocho horas aproximadamente, viajamos en auto hasta el rancho donde vivía mi prima y toda la familia, que por cierto eran muchos en esa familia, pero bueno el lugar estaba a 20 minutos de la ciudad, acomodaron a los chicos con sus primos y a nosotros nos dieron una habitación, eran como las cinco de la tarde y Romina nos dijo que ese mismo día empezaban las charlas en la iglesia, para lo cual mi esposo y yo nos dimos un baño nos vestimos y salimos con Romina rumbo a la capilla.

Llegamos casi exactos para las charlas entramos a un salón donde habían varias personas  había un monaguillo un joven del pueblo y al poco tiempo entró el cura, Español él que al saludar con su voz gruesa y de aroma a cigarro empezó con su charla, Ricardo por ratos se dormía y yo lo codeaba para despertarlo al final de charla nos tomo nombre a todos, y nos dijo que quería entrevistarnos a todos por grupos padres y padrinos. Quedamos para el día siguiente a la misma hora, mi esposo a regañadientes dijo que eran aburridas las charlas.

Regresamos a casa de prima y esa noche hubo una fiesta de recepción y nos metimos una borrachera toda la familia, que duró hasta la amanecida dormimos hasta las tres de la tarde por lo menos nos levantamos a almorzar y Ricardo continuó con la celebración y nos dijo a mi y ami prima que fuéramos a la entrevista las dos que después nos alcanzaba, nos alistamos y llegamos como a las 5 de la tarde a la entrevista, el cura nos recibió en una oficina un poco fría y lúgubre, el padre comenzó con su disertación y nosotras la escuchábamos con cierto cansancio, me hizo varias preguntas personales que a veces se tornaban indiscretas pero bueno seguí con las respuestas que muchas veces eran si, si, si..  todo para que acabe rápido, para esto el cura nos dijo que durante los días de charla que por cierto eran dos semanas nos iba confesar y que esta seria la primera confesión, nos dirigimos por un pasadizo semioscuro a uno de los confesionarios, otra pequeña habitación al costado de una capilla, que daba miedo verla por fuera, me quede sentada en una silla que estaba al rincón de la pequeña habitación, mientras que mi prima entró primero al confesionario habrían pasado unos 20 minutos aproximadamente, hasta que salió junto con el cura, yo me preparé y como hacia frío el cura nos invito una bebida caliente, al terminar y ya repuestas del frío me preparé para ingresar al confesionario que de afuera no se veía, antes de ingresar mi prima recibió una llamada en su celular, no se con quien hablaba pero dijo que salía afuera para no interrumpir, ya el cura estaba sentado en el confesionario y yo buscaba la ventanilla del costado pero no había, con voz suave me dijo: es por delante hija,

a lo cual yo me asomé y vi una almohadilla a los pies del cura entonces el me dijo arrodíllate hija, yo callada y confundida me arrodillé.

Me dijo deja tu cartera en el piso y dame tus manos, así lo hice con ciertas dudas pero la bebida caliente en realidad me había subido la sangre, empezó con sus rezos y me preguntó:

-          Cuales son tus pecados hija mía, dilos sin prejuicios que la confesión es secreto nadie se enterará.

-          Yo respondí: padre no se que decirle, no se que o cuales son los pecados que debo confesar,….haciéndome la cojuda,

Sentí una corriente en mi estomago que subía hasta mi rostro, en ese momento sentí caliente entre mis piernas, no sabia que hacer, y la curiosidad me embargaba, me preguntaba si los curas usaban algo debajo de la sotana, estaba caliente por la bebida pero sentía escalofríos, en un momento dado sentí que mi concha se mojaba como si me la estuvieran regando, estaba arrecha y confundida por la situación que pasaba y la cojuda mi prima ni se aparecía.

Mis pulsaciones se aceleraron mis manos empezaron a sudar y el padre al sentirlas las apoyó sobre sus piernas, que instintivamente apreté un poco poniéndome aun mas nerviosa el cura me observaba y acariciaba las manos y me decía

-          tranquila hija mía yo te puedo esperar lo que quieras para tu confesión.

Nerviosamente y sin darme cuenta seguí palpando sus piernas sin darme cuenta, por momentos me sonreía y me ruborizaba.

-          a lo que el cura me dijo: que linda sonrisa tienes hija y que bonitos dientes tienes se ve que los cuidas bien, cogiéndome la barbilla a lo que yo le dije: gracias padre,

Me sonrió acariciándome la cabeza muy suavemente lo cual me relajó en cierta forma, entonces mire que entre las piernas se comenzaba a levantar un bulto el cual quedé mirando muy detenidamente, sentí lascivia me relamí instintivamente no me aguante y me incline un poco mas hacia él y puse mi mano cerca a ese gran bulto en formación  lo roce con mis dedos y el bulto se movió levante la mirada y me encontré la mirada fija del cura, nos miramos por unos segundos y fue como si transmitiéramos mensajes visuales a gran velocidad, le dije con mi mirada que me gustaba lo que estaba pasando y yo entendí que el quería que  siga y no me detenga, no necesite mas de 5 segundos para entender, puse mi mano sobre su bulto y el bulto respondió moviéndose haciendo sentir que quería salir de debajo de las telas del habito del cura, la cual lo aprisionaba,  lo acaricié por encima del habito por unos minutos el cura levanto lentamente su habito y yo deje de apoyarme sobre sus duras piernas para facilitar su acción.

Cuando miré curiosamente por debajo vi su piernas fibrosas a pesar de ser una persona de edad las mantenía en forma,

-          Uyy padrecito que buenas piernas….le dije a la vez que las acariciaba.

-          Gracias contestó,,, es por el deporte y algo de ejercicio.

Entonces habiéndose levantado todo descubrí que nos solo tenia buenas piernas sino también un miembro viril hermoso era largo grueso de cabeza rosada y aun mas, tenia unos testículos enormes.

Yo me quedé extasiada lo agarré del tronco apretándolo con el pulgar por la parte de abajo y moviendo mi mano de arriba abajo, sentí su dureza parecía un roble y cada vez que lo apretaba la cabeza se enrojecía con mi otra mano le cogí los testículos por debajo sintiéndolos grandes y calientes, no podía cogerlos con mi mano primero palpaba un testículo y luego el otro, durante dos o tres minutos estuve así sintiendo es palo grueso y largo y esas dos bolas, yo me relamía y lo miraba y el miraba con ojos brillosos luego muy delicadamente el me cogía de la cabeza y me diseccionó hacia su pene yo abrí la boca y cual helado de barquillo le pasé la lengua varias veces por el rededor de su glande eso le encantó al cura luego lo engullí totalmente en mi boca la cual tuve que abrir bastante para no arañarlo con mis dientes.

Empecé a chuparlo frenéticamente lo succionaba muy fuerte ya que una verga así tienes que tratarla con firmeza chupadas francas y sin temor, mientras seguía jugando con sus bolas, seguía chapándole la verga, el cura no dejaba de observarme en mi labor, creo que se la chupe durante 10 minutos sin sacarla de mi boca, el padre tuvo que detenerme,

despacio hija que todavía no acaba la confesión, …

entonces me la saque de la boca y me limpié los labios ya que parte de mi saliva escapaba por la comisura de mis labios. Su verga había crecido enormemente, era descomunal, parecía un brazo sosteniendo un foco rojo,

El cura se levantó y cerró la puerta, se quito la sotana y me ordenó que me desnudara.

-          desnúdate hija mía tienes que terminar con lo que has empezado.

-          Sumisa y con la cabeza agacha contesté: Bien padre.

Me quité la ropa y quedé tal y como vine al mundo. El me observó moviéndose a mi alrededor, como si apreciara una escultura,  se acercó y me besó apasionadamente yo lo abracé del cuello y le acaricié la nuca sentí su lengua áspera y su aliento a tabaco y el aroma que despedía era añejo y limpio, él me acariciaba todo el cuerpo en especial mis nalgas, fueron minutos de besos y caricias apasionados, sentí como su verga empujaba mi vientre, entre jadeos nos tumbamos al suelo sobre una alfombra roja el besaba mis tetas sacándome liquido de mis pezones el cual absorbía con gran placer, besaba mi estomago mi vientre llegando abajo, me abrió de piernas y metió su cabeza entre ellas, sentí como su lengua áspera como la de un perro frotaba mis labios vaginales y mi clítoris, yo enloquecía y me mordía  los labios y me tapaba la boca para no soltar mis gemidos y que alguien nos pudiera escuchar, me hizo venir, si ,   descargue una emisión de mi vagina por culpa de su lengua, con el rostro mojado se acercó y me beso mojándome parte de mi rostro, luego me agarro de las pantorrillas me levanto puso un cojín debajo de mi cintura quedando mi trasero a la altura de su cintura, me imagine lo que se venía y me preparé mentalmente  el se acomodó mas cerca de mi y coloco la cabeza de su vergota en las puertas de mi vagina y empujo muy discretamente como para que no sienta mucho el tamaño de su miembro, yo me tape la boca con las do manos el se acercaba cada vez mas y yo sentía como entraba en mi, hasta que sentí como tocó mi fondo,  yo no soportaba quería gemir libremente pero me aguantaba, mis pantorrillas quedaron sobre sus hombros y él hacia movimientos cortos sin sacar mucho su verga, con esfuerzo levante mi cabeza para poder mirar abajo y me percate que tenia unos abdominales bien marcados lo que le daba buen dominio del movimiento de su cintura.

Mientras se movía de adentro hacia afuera de mi, me besaba y pasaba su lengua por mis pantorrillas, luego se inclinó mas hacia mi apoyándose sobre la parte posterior de mis muslos clavándome aun mas su enorme verga, sentí como sus enormes huevos chocaban con mis nalgas, yo solo movía mi cabeza de un lado para el otro y mis brazoS rodeaban su cintura y mis manos acariciaban su musculosa espalda, no podía moverme del cuello para abajo parecía que su deporte favorito era hacer llaves como en Judo, estaba empalada hasta el fondo sentía que su glande empujaba la pared de mi vagina como queriendo alargarla, y eso me alocaba, luego empezó a moverse frenéticamente durante varios minutos jadeamos y pujamos, sus movimientos eran rápidos y constantes no bajaba la frecuencia de sus embestidas, yo lo abrazaba y acariciaba lo besaba y lo lamia, nuestras lenguas se entrelazaban e intercambiábamos saliva, yo le chupaba su lengua y él la mía,  se puso tenso se echó sobre mi, apoyo sus fuertes brazos sobre la alfombra nos miramos estuvimos así durante varios minutos yo me corrí tres veces gemí me besó para que no grite, me salían las lagrimas por los orgasmos múltiples que experimentada en cada embestida, cuando vi. que se le pronunciaban las venas del cuello supe que ya se venia, traté de levantar mas mi cintura para que pueda entrar algo mas  hasta que soltó un chorro de semen dentro de mi cerró sus ojos y me besó durante los minutos que se estuvo chorreando dentro de mi, sudados, agitados y mojados por debajo con mis emisiones vaginales y su semen nos quedamos tendidos en la alfombra uno encima del otro sintiendo nuestros latidos del corazón volviendo a su ritmo normal.

Luego de estar un par de minutos tendidos me preguntó:

-          No hay problema por haber acabado dentro de ti?

-          Ningún problema le dije….siempre me cuido.

-          Que bien…contestó.

Nos levantamos, y me alcanzó un paño para secarme entre las piernas, nos vestimos y en el momento que terminé de arreglarme toca la puerta la cojuda de mi prima, y me dijo que la llamaron para recoger unos encargos, y que estaba afuera solo hace un par de minutos,……..yo me hice la desentendida y nos despedimos del cura con el compromiso de regresar al día siguiente.

Mientras nos retirábamos mi prima me preguntó que me había dicho, solo le dije que hablamos de la labor de los padrinos, etc. etc.

Ya eran las nueve de la noche cuando llegamos a casa y Ricardo mi esposo estaba durmiendo la mona, de otra borrachera en la que había estado con mi familia.

Esa noche me dormí muy tarde, ya acostada recordaba el encuentro con aquel cura, e imaginándome que iba a pasar cuando estemos nuevamente mi prima yo y es más si mi esposo se animaba a ir,   uy que situación…. Pero algo tenía que maquinar para poder quedarme a solas con el cura porque tenía unas ganas de volver a repetir la confesión.

Llegó el día siguiente 4 y 30 de la tarde ya estaba lista mi prima termina de alistarse y oohh sorpresa Ricardo también se había alistado para ir, yo muda lo miraba y pensaba en algo para alejarlo de la capilla.

Salimos los tres llegamos puntuales, recibimos una pequeña charla en grupo con otros participantes y luego pasamos a la entrevista el cura seleccionó a mi esposo como el primero y lo condujo al confesionario, entonces le dije a Romina que el quería conocer un buen restaurante para cenar los tres después de las entrevistas personales, ella me dijo muy acomedida que no había problema, que ella se encargaría,   yo pensaba …¡que buena prima ¡.

Ricardo salió a los  30 minutos, parece que tenia muchos pecados que confesar el muy pendejo, pero bueno salió se fue a la capilla a rezar y entró Romina, ella duró solo 20 minutos yo miraba mi reloj a cada momento nerviosa y silenciosa, para que nadie se diera cuenta. Hasta que pro fin Romina salió y me dijo que se llevaría a Ricardo a mostrarle los restaurantes que cuando termine la llame para indicarme donde estaban.

Ella se fue, el cura salió y aseguró la puerta,

-          Le dije: no tenemos mucho tiempo, mi prima y mi esposo me esperarán en un restaurante, los tengo que llamar a la hora que acabe mi confesión.

-          Francisco, así se llamaba el curita, sonriendo me dijo: no te preocupes tenemos por lo menos cuarenta y cinco minutos, con la confesión y los rezos que les mandé me imagino que tendrán para rato antes de salir de la capilla..

-          Entonces soy toda tuya.

-           Cierto eres toda mía.

Dicho esto me besó apasionadamente acariciándome dando vueltas alrededor mío, me fue desnudando él mismo a la vez que besaba por el cuello y espalda. Con los ojos cerrados, solo suspiraba y lo dejaba hacer lo que quería con sus dedos hurgaba en los sitios mas recónditos de mi cuerpo y yo le facilitaba su recorrido chapándole los dedos de su mano curiosa.

Frente a frente me arrodillé con la misión de saborear aquella bola rosada, así lo hice empecé a mamarlo y recorrer el largo tronco pálido con mi lengua sin dejar ningún área sin recorrer, llegué mas abajo y bese tiernamente su bolas, una a una me las metí en la boca lo cual provocaba espasmos en él. No quería desprenderme pero teníamos el tiempo contado, así aprovechó que estaba de rodillas para colocarme en cuatro patas, me abrió las nalgas y metió toda su cara en mi culo, lo lamió lo besó paso sus labios por toda mi raja, estaba demasiado caliente por lo que mi ano se dilató rápidamente, Francisco notándolo me metió dos de sus grandes dedos, y los movió hábilmente dentro de mi intestino como hombre recorrido dedujo que la penetración sería fácil. Se arrodillo detrás de mi echó mas saliva en mi culo, de un solo movimiento y lentamente empujó me quitó la respiración y me dijo:  puja un poco hija mía.

Lo cual yo hice, entonces advertí cuando entró la cabeza de su vergota por mi ano y lo demás entró sin ningún problema. Yo pujaba y respiraba con la boca abierta, no me movía para nada ya que cualquier movimiento por mi parte provocaría un estiramiento de mi ano acompañado de dolor, empecé a masturbarme para arrecharme mas y poder soportar semejante invasión en mi culito. Francisco se movió con tal destreza que me penetraba sin provocarme ardor y solo sentía un gozo exquisito con su tranca, bien dilatado mi culo solo nos quedó disfrutar.

-          Así hija mía que bien soportas mi verga.

-          Si padrecito lo siento todo adentro.

-          Me voy a venir padrecito, no aguanto,,   aaahhhhhh que rico aahh

-          Rápidamente el cura me pasó el cojín y me lo puse en la boca y lo mordí para apagar mis gemidos de placer.

El siguió con sus movimiento de adentro hacia fuera, yo seguí mojándome toda. En eso me la sacó me abrió las nalgas para observar mi ano dilatado de seguro vió todo mi ser interior, metió su lengua lo mas adentro posible recorriendo por todo el rededor de mi recto sacando jugos anales en su lengua, rápidamente me volteó se echó encima de mi y me dio a saborear su lengua embadurnada de jugos anales producto de mi ser, nos besamos y nos lamimos las lenguas, se incorporó levantó mis piernas y me la volvió a meter por detrás, estando piernas al hombro la penetración se hizo facil que cuando la tuve toda adentro sentí que llegaba hasta mi estomago en realidad le habia crecido descomunalmente, parecía la de un caballo, pobre curita tan solito sin que nadie lo satisfaga, debe haber tenido guardada su lechita mucho tiempo.

Pero para eso estaba yo para ayudarlo a relajarse y destensionarlo de sus arduas labores. Entre tanto el seguía moviéndose tan rápido y como loco mordisqueó mis talones descargando toda la leche que tenia en esos huevazos, introduciendo aun mas su descomunal verga, me la sacó y vi. como aun botaba pocos de leche presurosa me agache y le lamí la verga dejándosela limpia y brillante lo cual el agradeció con caricias en mi cabeza.

Rápidamente nos secamos nos vestimos y nos despedimos diciéndonos: hasta mañana hija mía,……..hasta mañana padrecito.

Salí casi corriendo y por el camino llamé a Ricardo y mi prima y de paso compré un chicle de mentol para cubrir mi aliento a leche de mi culo.

Cenamos y bebimos los tres conversando del gran día, lo cual les contaré en el próximo relato.