Ysabel, esposa caliente 3.

Continuación de las aventuira de Ysabel una esposa caliente y un empleado de su trabajo

YSABEL, ESPOSA CALIENTE 3

Luego de este ultimo encuentro con Luis, me volví mas calentona, siempre pensaba en cogerme a mi marido en casa y Luis en el trabajo,.

Empezando el verano Mi jefe y su esposa se fueron a pasar el fin de semana a la playa, para lo cual me pidieron que vaya a la casa el sábado y el domingo también, así lo hice el sábado muy temprano por la mañana llegue como cualquier otro día de trabajo. No había mucho que hacer ya que durante la semana ya había hecho todo, me eché a descansar en el sofá pensando si Luis vendría el día de hoy, me quedé dormida no se cuanto tiempo pero el timbre de la entrada sonó y desperté, me arregle y Salí a mirar quien era, y era Luis y dos sujetos mas cargando unas cajas, le abrí la puerta y me dijo que eran unos encargos para el Jefe, entonces él y su acompañantes entraron cada un con una caja de regular tamaño, ingresaron y cerré la puerta con llave y doble seguro por seguridad.

Hacía sol y les ofrecí unos refrescos, luego subieron a la azotea a dejar las cajas, bajó solo Luis y me dijo que iban a realizar unos trabajos requeridos por el Jefe, y que demorarían un poco, yo un poco fastidiada le dije bueno pero que se apuren, me agarró de la cintura y me dió un apasionado beso.

Yo veía la televisión cuando baja Luis sudoroso y agitado y me dice chinita de mi corazón los muchachos quieren algo helado, sácate unas cervezas de las que tiene el Jefe y las subes a la azotea, ya casi acabamos y los muchachos se van pronto.

Yo con tal de que acabaran rápido fui y saque las cervezas heladas de la congeladora, agarré una bandeja y las subí con unos vasos, cuando estuve frente a ellos Luis me presentó, no me gusto como me miraron pero los ignoré.

Luis me dijo ya bajamos chinita pero no te vayas tomate un vasito con nosotros. Yo acepté porque estaba con él y hacia verdaderamente bastante calor. Pero las cervezas se hicieron humo, parecían camellos, traje mas cervezas y contando una que otra anécdota fue pasando el tiempo entre trabajo y cervezas. Terminando el trabajo Luis me dijo que les prestara la ducha a sus compañeros para que se asearan y se fueran. Los dejamos en el baño y me fui con Luis al cuarto del 2do piso, Luis me pidió más cerveza y continuamos bebiendo, estábamos ya mareados cuando nos entró la calentura y quisimos coger.

  • Quítate la ropa chinita rica: me dijo Luis.

  • Ya mi amor, un rapidito antes que se den cuenta tus amigos: le contesté.

Nos quitamos la ropa y empezamos a besarnos todo, me puse en cuatro y Luis vino por detrás, empezó a embestirme salvajemente como siempre lo hacía, yo comencé a gemir y a gritar de placer sentí que Luis saco su verga por unos segundos y nuevamente me la metió y comenzó a embestirme tan fuerte como al principio yo estaba en mi gloria chillando de placer pero no se porque volteo para verlo y era una de sus amigos, Luis y su otro amigo mirándome de atrás, en ese momento no supe que hacer estaba supervaliente, los dos se me acercaron y empezaron a besarme y manosearme, en ese momento y con los tragos encima mas la calentura, decidí seguir adelante, ya los cuatro desnudos en la cama mientras que Roberto el mas robusto me cogía en cuatro Walter me ponía su verga en la boca la cual succionaba deliciosamente Luis me acariciaba observaba como me metían sus vergas Walter y Roberto y yo cada vez mas caliente.

Roberto le decía a Luis: que buena esta la chinita compadre.

Y que bien coge: decía Walter.

A lo que Luis respondió: esa es mi chinita linda.

Walter se echó y Luis me halo hacia el y me hizo sentar sobre el. Me eche sobre el y lo comencé a besar y montarlo a la vez, Tenía un buena verga bien derecha y larga y yo la gozaba frenéticamente.

  • Luis me dijo al oído: chinita ahora viene lo mejor.

Yo intrigada no lo entendí. Entonces sentí a Roberto abriéndome las nalgas con sus grandes manos y empujó su vergota en mi anito, como era de suponerse eso me alocó aun mas, mi ano se abrió fácilmente ya que mi esposito se encarga de abrírmelo siempre que cogemos.

Empecé a gritar de tal manera que tuvieron que darme una almohada para morder, sentí como las dos vergas se saludaban dentro de mi, las lagrimas me salían por la arrechara del momento,

el pendejo de Luis me decía: chinita que rico se te ve así, con dos hombres cogiéndote.

Yo seguía gimiendo y llorando de placer. Los tres sudábamos, en ese momento entre los dos me levantaron y se pusieron de pie y yo en medio de ellos, sentí como se me incrustaron las dos vergas hasta el fondo.

En un momento vi. a Luis haciéndose una paja y mirándome hipnotizado por la escena.

  • Roberto que me la estaba metiendo por culo me decía: chinita que bien te comes estas dos vergas.

No quiero que las saquen: le contesté.

Fueron los minutos mas largos de mi vida, me echaron en la cama y me cogieron piernas al hombro uno tras otro Roberto, Walter y Luis uno a la vez durante largo rato.

Luego en cuatro uno a la vez por la conchita. Me excitaba tanto ese golpeteo de su pelvis contra mis nalgas, me arrodillé para chapárselas primero Roberto, Luego Walter y al ultimo en castigo por sorprenderme a Luis. Primero se vino Luis en mi cara y boca Luego Walter en mis tetas y Roberto quiso que me tragara su lechita, lamí su verga con sabor a mi culo.

Luego nos fuimos al cuarto de baño nos metimos y abrimos la ducha, pero Luis haciéndose el gracioso me orinó en las piernas todos nos reímos, y Luis me termino orinándome toda Roberto y Walter hicieron los mismo pero para disfrutar me arrodillé y me bañaron con su lluvia dorada.

Nos reímos y terminamos de ducharnos, nos despedimos y Roberto y Walter se fueron quedándome a solas con Luis.

Conversando de lo sucedido entre molesta, arrecha y satisfecha, maquinamos un jueguito para el próximo encuentro que se los relataré mas adelante.