Yonathan (I)

Alex queda con un chico de Grindr después de salir del trabajo y descubre que a ese chico le gusta dominar.

Habíamos hablado algunas veces por distintas apps de

ligoteo

, pero nunca nos habíamos atrevido a quedar. Tras varios años sin hablar por fin coincidimos en

grindr

.

Esta vez él estaba muchísimo más lanzado y era bastante directo. Quería quedar y quería que fuese para follar.

Yo estaba tomando algo con un compañero al salir del trabajo cuando Yonathan empezó a decirme lo que tenía ganas de hacerme y a pasarme fotos de su miembro. Solamente lo había visto una vez, hacía varios años, por una foto que me pasó y sinceramente había olvidado lo grande que era. Cachondo cómo estaba saque rápidamente una foto de archivo de mi culo y se la envié.

-

¿Dónde estás ahora?

  • me preguntó

+

Tomando una copa con un compañero del trabajo.

  • Entonces esa foto no es de ahora, igualmente me gustaría follarme ese culo. Si quisieras podrías venir un rato.

Estaba absorto en la conversación, me estaba poniendo muy cachondo, no sabía

que

hacer.

  • ¡Alex, Alex!

  • me llamó la atención mi compañero.

-

Dios tío, perdona, no estaba atento, ¿qué decías?

  • Ya me he dado cuenta, ¿qué estás leyendo que estás tan rojo?

  • preguntó mientras rápidamente me quitaba el móvil y se ponía fuera de mi alcance.

-

¡No Jorge, no!

  • alcé la voz desesperado.

Su rostro enrojeció a la misma velocidad del mío al ver la pantalla de mi móvil.

+

Vaya, ahora entiendo

  • dijo mientras me devolvía el móvil y se empezaba a reír - Oye

que

si quieres ir ve, yo lo entiendo, follar es follar y cuando uno está cachondo se ha de hacer.

-  A ver por falta de ganas no es, ¡pero no te voy a dejar solo tío!

  • ¡Que va hermano, no te preocupes! Escúchame, si tú invitas eres libre para ir y pegar un buen polvo. Aquí paz y después gloria Alex.

  • ¿Seguro?

  • Pregunté sacando rápidamente la cartera y dejando un billete encima de la mesa.

+

Jaja, que si tío, anda y disfruta tú que

puedes

pero alerta que no te destrocen el culazo con ese trabuco

  • me dijo mientras me levantaba y se reía aún más fuerte.

-

Calla anda, ¡mañana ya te diré si me puedo sentar o no!

Nos despedimos y partí a la casa de aquel chico que no vivía lejos del bar en el que estábamos, no más de 15 minutos.

Por el camino le dije que sí que iba y que esperaba que fuera una buena follada como me había prometido porque había dejado a un compañero de curro tirado por él.

  • Tranquilo

  • escribió -

Sabes que desde que volvimos a hablar te tengo ganas y después de ver ese culo aún más.

Iban a salir volando los botones de mi pantalón de lo empalmado que estaba.

  • Solamente una cosa

  • siguió escribiendo -

tengo un problema.

  • A ver, dime

  • dije parándome en seco, a

saber

que

problema me ponía.

+

En mi casa no podemos follar, pero arriba en la terraza de la finca tenemos un trastero y tendremos que follar ahí. Es nuestro y a estas horas no sube ningún vecino así que no habrá problema. Yo tendré puesta una esterilla y un par de toallas en el suelo.

Bueno, en peores sitios lo había hecho así que un trastero no era problema.

+

Además me gustaría pedirte una cosa, quiero que cuando te abra el portal subas arriba y te desnudes, te pongas a cuatro patas y de espaldas a la puerta. Yo llegare después.

  • ¿Es en serio?

  • pregunté

+

Totalmente en serio, si te apetece vente y lo hacemos así.

  • ¡Si!

  • Escribí sin pensármelo -

Si quiero.

  • Bien pues entonces date prisa que quiero follar contigo ya.

Volvía a ser una orden así que aceleré el paso.

Cuando llegué al portal de la finca le escribí y bajo a abrirme. Tiró de mi hacia adentro y me dio un beso.

  • Sube ya y haz lo que te he dicho, yo iré a buscar los condones, tienes tres minutos.

Madre mía, ¿en qué momento me había vuelto tan sumiso?

Subí rápidamente y sin hacer ruido por las horas y vi la puerta entreabierta de un trastero, entre y con la luz que se colaba de fuera vi las toallas y la esterilla en el suelo.

Me desnudé rápidamente, guardé las cosas en la maleta del trabajo y me puse de rodillas, me senté sobre mis tobillos, arqueé la espalda para sacar el culo hacia fuera y apoyé mis manos en mis rodillas dando la espalda a la puerta.

Llevaba un rato esperando y a pesar de lo cachondo que estaba temblaba y no sabía si era por el frío y por los nervios.

Al cabo de un rato escuché la puerta del patio y unos pasos que se dirigían hacia el trastero. Un escalofrío me recorrió la espalda y estuve tentado a girarme cuando la puerta se

abrió

pero decidí hacer caso a lo que se me había ordenado.

Los pasos se pararon detrás mío y sentí como alguien se agachaba. Una mano fría me toco el culo mientras un dedo furtivo se abría paso hacia mi entrada y me la acariciaba y alguien me plantó un beso en el cuello.

  • Buen chico, así me gusta

  • me susurró al oído.

Mientras me seguía acariciando el culo con una mano y el pecho con la otra siguió dándome besos en el cuello a lo que reaccioné ladeando la cabeza para que pudiese hacerlo con más libertad y estirando la mano para acariciarle la cabeza.

+

¿Qué haces?

  • me preguntó mientras me cogía la mano y dejaba de tocarme -

esta noche quiero que hagas lo que yo te diga.

Dios mío, cada vez estaba más cachondo.

  • Bien, date la vuelta, ponte como estabas y con la cabeza gacha quiero que me desabroches los pantalones y me los bajes junto con los calzoncillos.

Dicho y hecho, él mandaba y yo me obedecía.

Una vez lo hube hecho una polla rebotó en mi cara y él se empezó a reír.

Me hizo poner las manos a la espalda y me empezó a restregar la polla por la cara dejando un rastro de

precum

por ella. Dios mío olía a sexo, me encantaba el olor que desprendía.

Me alzó la cabeza para mirarle y se inclinó para darme un beso largo, salvaje, su lengua invadía mi boca.

Cuando se separó se volvió a agarrar la polla y me la paso otra vez por la cara mientras nos mirábamos.

  • Empieza

  • ordenó-

y sin usar las manos.

Otro escalofrío volvió a recorrer mi espalda, estaba disfrutando de que me mandara.

Incliné ligeramente la cabeza y hundí la cara entre su polla y su muslo, a la altura de los huevos, inhalando ese olor del que me había vuelto fan.

Saqué ligeramente la lengua y la pasé por sus huevos, él soltó un leve suspiro mientras seguía agarrando su polla y la mantenía alzada, lamí una y otra vez sus huevos, restregaba la cara en ellos, aspiraba su olor, me los tragaba, los besaba y los volvía a lamer mientras el lanzaba pequeños suspiros.

Cuando hube acabado con esa zona empecé a darle besos en la polla hacia arriba, sorteando su mano, hasta llegar al glande el cual besé un par de veces e introduje ligeramente en mi boca para acariciarlo con mi lengua.

  • Si, que gusto, ya quiero que me la comas

  • me dijo.

Me agarro del pelo con brusquedad y me echó la cabeza hacia atrás.

+

Abre la boca, el culo no va a ser lo único que te folle esta noche.

Como el sumiso en el que me había convertido abrí la boca y saqué la lengua mirándole a los ojos.

  • Mírate

-

rió

-

con lo grandote que eres y ahí estás, de rodillas y con la lengua fuera como un perro. ¿Quieres que te folle la boca? ¿Ah? ¿Quieres que te folle la boca y luego te preñe el culo? ¡Contesta!

  • Aja

  • respondí mientras echaba la cabeza más para atrás para que me viese bien y sacaba más la lengua.

Sin decir nada más sonrío y me acerco la cabeza a la polla.

Me la metió en la boca, si bien no toda, dejándomela bien llena. Empecé a chupar, a humedecerla, a rodearla con mi lengua, a absorberla mientras él la mantenía agarrada y me acariciaba la cabeza. Me la empujaba hasta las mejillas y la empujaba haciendo que se me notase en el costado. La sacaba y la volvía a meter, me daba golpes en la cara con ella, me la restregaba llenándome la cara de mi saliva y de su

precum

, el mismo que dejaba un sabor en mi boca que me hacía querer más polla.

Me seguía cogiendo del pelo y estirándome para arriba para poder agacharse y besarme. Me repetía una y otra vez que le encantaba como sabía mi boca cuando le chupaba la polla.

Seguí dejando que jugara conmigo durante un buen rato haz que

que

me soltó y me ordenó salir fuera a buscarle una silla de la terraza.

-

¿Así?

  • le pregunte -

Voy desnudo Yonathan.

  • Pensaba que habíamos dicho que están noche me obedecías, si no quieres recogemos y cada uno a su casa

  • dijo mientras se empezaba a subir los pantalones los cuales aún tenía en los tobillos.

-

No, tranquilo, salgo a por ella.

Me

levanté

y salí fuera no sin antes girarme para ver

como

me miraba el culo y se mordía el labio.

Fuera solamente iluminaba la luz de las farolas de la calle, que estaban un poco más abajo de la terraza. Cogí la primera silla que vi y al alzar la cabeza para darme media vuelta vi una chica en la terraza de enfrente que se me quedó mirando. Corrí hacia adentro deseando morirme.

Cuando hube dejado la silla en el sitio que me indicó del pequeño rastrero, se sentó y me ordenó quitarle la camiseta y los pantalones y el

calzoncillo

pero dejándole puestas las zapatillas y los calcetines.

Me dijo que se la volviese a chupar, que esta vez podía usar las manos así que se abrió de piernas y me metí entre ellas para agarrarle la polla.

Tenerla cogida era otra cosa completamente distinta. Ahora que podía verla bien la vista era impresionante. Era grande, muy grande, un poco gruesa y con algunas venas marcadas, ardía y palpitaba en mi mano. Sus huevos rasurados contrastaban la ligera capa de pelo que tenía coronando ese tremendo trabuco.

Le lancé una última mirada a la cara y volví a la faena.

Ahora que tenía libertad podía subir y bajar, pajearla, besarla y chuparla, lamerle el tronco, chuparle los huevos, cogérselos y soltárselos.

Él tenía cabeza echada para atrás, con una mano se acariciaba la cara y el pelo mientras resoplaba y con la otra me acariciaba la cabeza mientras con las piernas que había puesto encima de mis hombros me empujaba hacia él.

De repente se incorporó en la silla, me cogió la cabeza con las manos y me dijo que había llegado el momento, sin darme tiempo apenas a reaccionar cogí el poco aire que pude antes de que su polla invadiese mi garganta. La notaba profundo, seguía empujando y seguía entrando carne en mi boca. de repente mi nariz chocó con sus pelos y su olor me hizo enloquecer, empecé a mover la lengua como pude hasta que empecé a quedarme si aire. El seguí apretando mi cabeza contra su polla y gruñía. Yo empecé a golpearle las piernas hasta que me soltó.

Pegué una bocanada de aire mientras una lágrima se me escapaba. Un hilo de saliva unió mi boca con su polla, mi cara estaba encarnada y mi boca se sentía vacía.

Me miraba orgulloso y se cogía la polla mientras la movía desafiándome a volver.

Sin pensármelo dos veces le aparté la mano, le cogí la polla, lamí su tronco para limpiarlo de mi saliva y empecé a chuparla de nuevo y a metérmela cada vez más honro mientras le miraba.

Empecé

un saca

/mete a gran velocidad, yo mismo me obligaba a tragar lo máximo posible y a aguantar todo lo que pudiese, las lágrimas se me salían y mi saliva se escapaba los por huecos de mi boca mientras se la chupaba.

Me la saqué y la alcé, para volver a hundir la cara en sus huevos. Chupándoselos y metiéndolos en mi boca una y otra vez mientras le escuchaba resoplar como un animal. En ningún momento paraba de masturbarle.

Después de un rato volvía a dedicarme a su tronco y su glande, ensalivando este último, trabajándolo con la lengua.

De repente las piernas se le empezaron a tensar me cogió del pelo y me hizo tragarme su polla. Sabiendo lo que se venía empecé a masturbarle mientras me esforzaba para hacerle mi mejor mamada.

Al cabo de un rato me cogió la cara y empezó a follarme la boca a gran velocidad. Gruñó y se vació en

mi

. Varios chorros impactaron en mi garganta haciendo que me atragantase y tosiese.

  • Trágatelo, todo, quiero verte la boca limpia y que luego me la chupes hasta dejarla brillante.

Una vez lo hube echo me senté en el suelo echándome ligeramente hacia atrás, abrí las piensas y me empecé a tocar la polla. La tenía hinchada y los huevos me empezaban a doler, necesitaba correrme.

El me miraba desde la silla mientras se acariciaba el miembro.

Cuando llevaba un rato me puse de rodillas y empecé a masturbarme a más velocidad.

El

se levantó, me empujó con el pie y me obligó a tumbarme mientras me masturbaba.

Cuando por fin mis músculos empezaron a tensarse varios chorros salieron acompañados de suspiros y mojándome el torso.

Caí rendido, dejando los brazos a los lados. Él se arrodilló entre mis piernas, se chupó un dedo y me lo metió entre las piernas.

  • No te relajes todavía, te dije que te iba a preñar el culo y así va a ser

  • dijo meneando su polla otra vez dura -

No hace falta que te limpies, en un rato volverás a estar sucio.